00.50 | Campero, el “radical con peluca” que votó con Milei, ahora reclama gestos del gobierno: “No se puede pensar un país próspero sin universidad pública”
Aliado clave del oficialismo en la Cámara de Diputados, el tucumano Mariano Campero sorprendió esta semana al votar con la oposición para forzar el tratamiento en comisiones de dos temas incómodos para el Gobierno: el financiamiento universitario y la emergencia pediátrica. Lo hizo junto a Martín Arjol, de Misiones, su compañero en la “Liga del Interior”, el bloque de radicales que rompió con la conducción de Rodrigo de Loredo y construyó un vínculo directo con la Casa Rosada.
Ambos respaldaron todos los proyectos clave del oficialismo, incluidos los vetos presidenciales. Pero su último movimiento encendió señales de alerta. ¿Se trata de una advertencia? ¿Un gesto para evitar quedar fuera del armado electoral en sus provincias?
00.15 | Interna en el Gobierno: recrudecieron las diferencias por la estrategia política y se espera que Milei baje el martillo
El martes, en la Casa Rosada, se dio una escena peculiar. Cuando terminó la reunión de Gabinete en el Salón Eva Perón, bajaron a las oficinas de Guillermo Francos todos los “brazos políticos” de Javier Milei: el ministro coordinador, Karina Milei, Martín y “Lule” Menem y Santiago Caputo. Distintos colaboradores en la sede de gobierno dieron por hecho que tendría lugar una nueva cumbre de cúpula política, como ocurre con frecuencia casi semanal. El despacho del vicejefe de Interior, Lisandro Catalán, que mira al río, es habitual punto de encuentro para discutir los cursos de acción y fumar. Pero los tomadores de decisiones oficiales finalmente pulularon por el área sin concretar un cónclave formal cara a cara.
Ese fue el preludio de la adversa sesión que enfrentaron los libertarios en Diputados el miércoles y que expuso, como nunca, las profundas diferencias de visión política que anidan en el seno del Poder Ejecutivo entre el “menemismo” −más propenso a la intransigencia y a “ir con la propia”− y el “caputismo” −que propone una base de acuerdos de “gobernabilidad” en el Congreso−.
00.50 | Campero, el “radical con peluca” que votó con Milei, ahora reclama gestos del gobierno: “No se puede pensar un país próspero sin universidad pública”
Aliado clave del oficialismo en la Cámara de Diputados, el tucumano Mariano Campero sorprendió esta semana al votar con la oposición para forzar el tratamiento en comisiones de dos temas incómodos para el Gobierno: el financiamiento universitario y la emergencia pediátrica. Lo hizo junto a Martín Arjol, de Misiones, su compañero en la “Liga del Interior”, el bloque de radicales que rompió con la conducción de Rodrigo de Loredo y construyó un vínculo directo con la Casa Rosada.
Ambos respaldaron todos los proyectos clave del oficialismo, incluidos los vetos presidenciales. Pero su último movimiento encendió señales de alerta. ¿Se trata de una advertencia? ¿Un gesto para evitar quedar fuera del armado electoral en sus provincias?
00.15 | Interna en el Gobierno: recrudecieron las diferencias por la estrategia política y se espera que Milei baje el martillo
El martes, en la Casa Rosada, se dio una escena peculiar. Cuando terminó la reunión de Gabinete en el Salón Eva Perón, bajaron a las oficinas de Guillermo Francos todos los “brazos políticos” de Javier Milei: el ministro coordinador, Karina Milei, Martín y “Lule” Menem y Santiago Caputo. Distintos colaboradores en la sede de gobierno dieron por hecho que tendría lugar una nueva cumbre de cúpula política, como ocurre con frecuencia casi semanal. El despacho del vicejefe de Interior, Lisandro Catalán, que mira al río, es habitual punto de encuentro para discutir los cursos de acción y fumar. Pero los tomadores de decisiones oficiales finalmente pulularon por el área sin concretar un cónclave formal cara a cara.
Ese fue el preludio de la adversa sesión que enfrentaron los libertarios en Diputados el miércoles y que expuso, como nunca, las profundas diferencias de visión política que anidan en el seno del Poder Ejecutivo entre el “menemismo” −más propenso a la intransigencia y a “ir con la propia”− y el “caputismo” −que propone una base de acuerdos de “gobernabilidad” en el Congreso−.