Exclusivo. Es inminente el decreto que reformará el INTA: por dónde pasará la motosierra

El Gobierno publicará en las próximas horas el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) con el cual el Gobierno le quitará la autarquía al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA): de ente descentralizado pasará a ser un organismo desconcentrado dependiente de la Secretaría de Agricultura. El INTA, considerado uno de los organismos más relevantes del país, dejará de manejar su propio presupuesto y dependerá administrativa y financieramente de la cartera agrícola, a cargo de Sergio Iraeta. El Consejo Directivo se transformará en un Consejo Técnico y en ese cambio se reducirán de 10 a 7 los integrantes, no tendrá más independencia económica y pasarán por él solo las decisiones técnicas.

Se cierra: comenzó el desmantelamiento de una unidad clave del INTA

Según pudo confirmar LA NACION, por otra parte, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) se transformará en una “unidad organizativa” dependiente de la Secretaría de Industria y Comercio. El avance del Gobierno no se limitará al INTA y el INTI, ya que el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) y el Instituto Nacional de Semillas (Inase), que hasta ahora tenían jerarquía de entes descentralizados, pasarán a ser direcciones nacionales dependientes de la Secretaría de Agricultura. Esto implicará una reducción significativa de sus respectivos rangos, autonomía y presupuesto. Se fusionarían las áreas de apoyo del organismo con Recursos Humanos, Administración y Asuntos Jurídicos.

Según pudo reconstruir este medio, el cambio de estatus que impulsa el gobierno de Milei para organismos como el INTA no es meramente técnico: implica una transformación directa en su funcionamiento y capacidad de decisión. Al convertirse en entes “desconcentrados” estos pierden la administración propia y el control de sus fondos, que pasarán a estar en manos de funcionarios designados por la Secretaría de Agricultura. En la práctica, la caja ya no la manejará el organismo sino el Poder Ejecutivo.

El Consejo Directivo del INTA está integrado por representante del sector privado y público. Por el primero entidades del sector agropecuario como la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), con Alejandro Conci; Sociedad Rural Argentina (SRA), a través de Juan Manuel Bautista; Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), con Sergio Melgarejo; Federación Agraria Argentina (FAA), vía Gustavo Tettamanti, y por Coninagro, con Nicolás Carlino.

También está conformado por un representante de la Facultad de Agronomía, con Jorge Omar Dutto, y por la Facultad de Ciencias Veterinarias de universidades nacionales, con Guillermo Bernardes. Y tiene tres miembros de parte de la Secretaría de Agricultura: Carlos Alberto Vera; su presidente, Nicolás Bronzovich, y la vicepresidenta, María Beatriz “Pilu” Giraudo.

De acuerdo con calificadas fuentes, el representante de Aacrea y los de las facultades quedarán fuera del nuevo Consejo. Es decir, con esto habrá tres miembros oficiales y cuatro en representación de las entidades del sector agropecuario. El presidente tiene voto doble en caso de empate.

A partir de los cambios por decreto se sustituirá el artículo N°4 del decreto-Ley 21.680 [de creación del ente] y se otorgará la conducción del INTA al presidente con rango y jerarquía de secretario que, como hasta ahora, será designado por el Poder Ejecutivo. Entre sus funciones estará gestionar los bienes y patrimonio asignado al INTA, dictaminar el reglamento interno de funcionamiento y proponer la estructura organizativa del organismo, entre otros.

Seguido, el Gobierno también incorporará el artículo N°4 bis, en el que crea el Consejo Técnico, es decir, se elimina la figura de “Consejo Directivo”, cuyos miembros actuarán en carácter ad honorem. Este tendrá a su cargo el establecimiento de los lineamientos científicos-técnicos del INTA. En este marco, el Poder Ejecutivo se reservará la toma de decisiones claves en el ente.

El flamante Consejo Técnico tendrá entre sus funciones elaborar los objetivos y planes generales de trabajo del organismo para su posterior aprobación por el presidente del INTA, establecer los lineamientos de investigación identificando áreas prioritarias con base en criterios científicos y productivos. Además de evaluar el impacto técnico y productivo de los programas y proyectos.

En resumen, el sector agropecuario perderá representación real dentro del INTA, a un rol más técnico, lo que pondría en jaque la capacidad para incidir en las políticas de investigación y desarrollo del campo, según alertan en el sector rural. Por otra parte, según trascendió, se abrirá un proceso de retiros voluntarios.

El Gobierno publicará en las próximas horas el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) con el cual el Gobierno le quitará la autarquía al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA): de ente descentralizado pasará a ser un organismo desconcentrado dependiente de la Secretaría de Agricultura. El INTA, considerado uno de los organismos más relevantes del país, dejará de manejar su propio presupuesto y dependerá administrativa y financieramente de la cartera agrícola, a cargo de Sergio Iraeta. El Consejo Directivo se transformará en un Consejo Técnico y en ese cambio se reducirán de 10 a 7 los integrantes, no tendrá más independencia económica y pasarán por él solo las decisiones técnicas.

Se cierra: comenzó el desmantelamiento de una unidad clave del INTA

Según pudo confirmar LA NACION, por otra parte, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) se transformará en una “unidad organizativa” dependiente de la Secretaría de Industria y Comercio. El avance del Gobierno no se limitará al INTA y el INTI, ya que el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) y el Instituto Nacional de Semillas (Inase), que hasta ahora tenían jerarquía de entes descentralizados, pasarán a ser direcciones nacionales dependientes de la Secretaría de Agricultura. Esto implicará una reducción significativa de sus respectivos rangos, autonomía y presupuesto. Se fusionarían las áreas de apoyo del organismo con Recursos Humanos, Administración y Asuntos Jurídicos.

Según pudo reconstruir este medio, el cambio de estatus que impulsa el gobierno de Milei para organismos como el INTA no es meramente técnico: implica una transformación directa en su funcionamiento y capacidad de decisión. Al convertirse en entes “desconcentrados” estos pierden la administración propia y el control de sus fondos, que pasarán a estar en manos de funcionarios designados por la Secretaría de Agricultura. En la práctica, la caja ya no la manejará el organismo sino el Poder Ejecutivo.

El Consejo Directivo del INTA está integrado por representante del sector privado y público. Por el primero entidades del sector agropecuario como la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), con Alejandro Conci; Sociedad Rural Argentina (SRA), a través de Juan Manuel Bautista; Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), con Sergio Melgarejo; Federación Agraria Argentina (FAA), vía Gustavo Tettamanti, y por Coninagro, con Nicolás Carlino.

También está conformado por un representante de la Facultad de Agronomía, con Jorge Omar Dutto, y por la Facultad de Ciencias Veterinarias de universidades nacionales, con Guillermo Bernardes. Y tiene tres miembros de parte de la Secretaría de Agricultura: Carlos Alberto Vera; su presidente, Nicolás Bronzovich, y la vicepresidenta, María Beatriz “Pilu” Giraudo.

De acuerdo con calificadas fuentes, el representante de Aacrea y los de las facultades quedarán fuera del nuevo Consejo. Es decir, con esto habrá tres miembros oficiales y cuatro en representación de las entidades del sector agropecuario. El presidente tiene voto doble en caso de empate.

A partir de los cambios por decreto se sustituirá el artículo N°4 del decreto-Ley 21.680 [de creación del ente] y se otorgará la conducción del INTA al presidente con rango y jerarquía de secretario que, como hasta ahora, será designado por el Poder Ejecutivo. Entre sus funciones estará gestionar los bienes y patrimonio asignado al INTA, dictaminar el reglamento interno de funcionamiento y proponer la estructura organizativa del organismo, entre otros.

Seguido, el Gobierno también incorporará el artículo N°4 bis, en el que crea el Consejo Técnico, es decir, se elimina la figura de “Consejo Directivo”, cuyos miembros actuarán en carácter ad honorem. Este tendrá a su cargo el establecimiento de los lineamientos científicos-técnicos del INTA. En este marco, el Poder Ejecutivo se reservará la toma de decisiones claves en el ente.

El flamante Consejo Técnico tendrá entre sus funciones elaborar los objetivos y planes generales de trabajo del organismo para su posterior aprobación por el presidente del INTA, establecer los lineamientos de investigación identificando áreas prioritarias con base en criterios científicos y productivos. Además de evaluar el impacto técnico y productivo de los programas y proyectos.

En resumen, el sector agropecuario perderá representación real dentro del INTA, a un rol más técnico, lo que pondría en jaque la capacidad para incidir en las políticas de investigación y desarrollo del campo, según alertan en el sector rural. Por otra parte, según trascendió, se abrirá un proceso de retiros voluntarios.

 

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