Dos chefs venezolanos establecidos en Estados Unidos, lograron lo que muchos aspirantes a cocineros buscan durante toda su vida profesional: ser reconocidos con una estrella Michelin. Se llaman Tatiana Mora y Miguel Guerra lo hicieron a través de MITA, un restaurante ubicado en el barrio de Shaw, en Washington D.C..
Una propuesta de cocina vegetariana con raíces latinas en Washington
MITA se ha posicionado como un espacio único en su tipo al ofrecer exclusivamente cocina latinoamericana basada en plantas.
No es un restaurante vegano tradicional. Su menú se inspira en platos clásicos de Latinoamérica, reinterpretados sin ingredientes de origen animal. Desde las entradas hasta los postres, cada preparación es un homenaje a la riqueza cultural y culinaria del continente, con técnicas modernas y una presentación refinada.
Según los creadores, el concepto nació durante la pandemia, cuando comenzaron a experimentar con platos elaborados a base de vegetales desde casa. La buena recepción que obtuvieron los animó a seguir adelante. “Primero fue algo más informal, luego más a la carta, y terminamos con la creación de un menú degustación. Al final, teníamos dos opciones, dejar todo y pasar a algo nuevo o abrir un restaurante. Y bueno, aquí estamos”, explicó Mora en una entrevista reciente con El País.
Entre los platos que más destacan se encuentran versiones reinventadas de recetas tradicionales como el asado negro venezolano, las arepas de distintos orígenes y elaboraciones complejas como un crudo de sandía con leche de tigre de pepino y zanahoria fermentada.
El camino desde Venezuela hasta la estrella Michelin
Tatiana Mora y Miguel Guerra comparten una historia común entre quienes emigran en busca de mejores oportunidades. Mora llegó a EE.UU. con una trayectoria consolidada en Caracas. Guerra, por su parte, egresó de la escuela culinaria Le Cordon Bleu en Miami y pasó por cocinas reconocidas antes de asociarse con su compatriota.
Su experiencia previa en proyectos gastronómicos como Alma Cocina Latina y Serenata en Washington fue clave para definir la identidad de MITA. En este último, de hecho, fue donde ambos se conocieron. El venezolano ya contaba con una estrella Michelin por su trabajo en el restaurante Cielo, especializado en cocina colombiana.
Originalidad y técnica de primera
La fusión de sus estilos y trayectorias desembocó en un proyecto que ha captado la atención por su estética. La guía Michelin reconoció su originalidad y técnica y destacó la ejecución de platos con fuerte identidad latinoamericana y un enfoque vegetal que no sacrifica sabor ni complejidad.
La propuesta gastronómica del restaurante ha despertado el interés tanto de comensales exigentes como de críticos especializados por su enfoque original y su ejecución técnica. El reconocimiento llegó apenas 11 meses después de su apertura. “En EE.UU. nada es de la noche a la mañana”, aseguró Mora en su entrevista con El País, desde entonces, conseguir una reserva en MITA se ha vuelto un desafío.
MITA: estructura y experiencia
El restaurante ofrece tres tipos de menús:
Menú degustación: compuesto de varios actos con una variedad de recetas a US$150Menú de seis pasos: a US$95Menú de cuatro pasos: a US$75
Cada uno permite recorrer distintas regiones del continente a través de platos elaborados exclusivamente con vegetales.
Abierto de martes a sábado por la noche, MITA opera en la dirección 804 V St NW, en el corazón de la capital estadounidense. La carta cambia regularmente al seguir la temporada de ingredientes y el desarrollo creativo de sus fundadores.
Más allá de la experiencia gastronómica, Mora y Guerra han concebido el menú como un recorrido simbólico. Inicia con cacao inspirado en las ceremonias del temazcal, seguido de una secuencia de sabores que alude a rituales como la Pachamama peruana, y termina con homenajes visuales como un postre inspirado en el Salar de Uyuni en Bolivia o los moáis de la Isla de Pascua.
“El crudo de sandía también es una insignia de la carta. Esta se sirve marinada, con unas zanahorias fermentadas en miso, acompañada de una leche de tigre de pepino”, agregó Mora.
El reconocimiento de Michelin representa no solo una validación profesional, sino también una plataforma para visibilizar la cocina latinoamericana desde una nueva óptica: centrada en los vegetales, sin perder el carácter cultural.
“Para nosotros es muy importante representar a nuestra región y queremos resaltar los platos insignias de nuestros países, pero a nuestra manera. Ese es nuestro mayor reto”, aseguró la chef venezolana. “También darle protagonismo a los vegetales, porque siempre es lo contrario. La proteína animal suele ser la estrella de la mayoría de los restaurantes”, explicó.
Ni Mora ni Guerra siguen una dieta estrictamente vegana, pero ambos han dejado de consumir carne roja. Para ellos, la cocina basada en plantas no es una moda, sino una oportunidad de explorar nuevos sabores y revalorizar ingredientes tradicionales de la región.
Dos chefs venezolanos establecidos en Estados Unidos, lograron lo que muchos aspirantes a cocineros buscan durante toda su vida profesional: ser reconocidos con una estrella Michelin. Se llaman Tatiana Mora y Miguel Guerra lo hicieron a través de MITA, un restaurante ubicado en el barrio de Shaw, en Washington D.C..
Una propuesta de cocina vegetariana con raíces latinas en Washington
MITA se ha posicionado como un espacio único en su tipo al ofrecer exclusivamente cocina latinoamericana basada en plantas.
No es un restaurante vegano tradicional. Su menú se inspira en platos clásicos de Latinoamérica, reinterpretados sin ingredientes de origen animal. Desde las entradas hasta los postres, cada preparación es un homenaje a la riqueza cultural y culinaria del continente, con técnicas modernas y una presentación refinada.
Según los creadores, el concepto nació durante la pandemia, cuando comenzaron a experimentar con platos elaborados a base de vegetales desde casa. La buena recepción que obtuvieron los animó a seguir adelante. “Primero fue algo más informal, luego más a la carta, y terminamos con la creación de un menú degustación. Al final, teníamos dos opciones, dejar todo y pasar a algo nuevo o abrir un restaurante. Y bueno, aquí estamos”, explicó Mora en una entrevista reciente con El País.
Entre los platos que más destacan se encuentran versiones reinventadas de recetas tradicionales como el asado negro venezolano, las arepas de distintos orígenes y elaboraciones complejas como un crudo de sandía con leche de tigre de pepino y zanahoria fermentada.
El camino desde Venezuela hasta la estrella Michelin
Tatiana Mora y Miguel Guerra comparten una historia común entre quienes emigran en busca de mejores oportunidades. Mora llegó a EE.UU. con una trayectoria consolidada en Caracas. Guerra, por su parte, egresó de la escuela culinaria Le Cordon Bleu en Miami y pasó por cocinas reconocidas antes de asociarse con su compatriota.
Su experiencia previa en proyectos gastronómicos como Alma Cocina Latina y Serenata en Washington fue clave para definir la identidad de MITA. En este último, de hecho, fue donde ambos se conocieron. El venezolano ya contaba con una estrella Michelin por su trabajo en el restaurante Cielo, especializado en cocina colombiana.
Originalidad y técnica de primera
La fusión de sus estilos y trayectorias desembocó en un proyecto que ha captado la atención por su estética. La guía Michelin reconoció su originalidad y técnica y destacó la ejecución de platos con fuerte identidad latinoamericana y un enfoque vegetal que no sacrifica sabor ni complejidad.
La propuesta gastronómica del restaurante ha despertado el interés tanto de comensales exigentes como de críticos especializados por su enfoque original y su ejecución técnica. El reconocimiento llegó apenas 11 meses después de su apertura. “En EE.UU. nada es de la noche a la mañana”, aseguró Mora en su entrevista con El País, desde entonces, conseguir una reserva en MITA se ha vuelto un desafío.
MITA: estructura y experiencia
El restaurante ofrece tres tipos de menús:
Menú degustación: compuesto de varios actos con una variedad de recetas a US$150Menú de seis pasos: a US$95Menú de cuatro pasos: a US$75
Cada uno permite recorrer distintas regiones del continente a través de platos elaborados exclusivamente con vegetales.
Abierto de martes a sábado por la noche, MITA opera en la dirección 804 V St NW, en el corazón de la capital estadounidense. La carta cambia regularmente al seguir la temporada de ingredientes y el desarrollo creativo de sus fundadores.
Más allá de la experiencia gastronómica, Mora y Guerra han concebido el menú como un recorrido simbólico. Inicia con cacao inspirado en las ceremonias del temazcal, seguido de una secuencia de sabores que alude a rituales como la Pachamama peruana, y termina con homenajes visuales como un postre inspirado en el Salar de Uyuni en Bolivia o los moáis de la Isla de Pascua.
“El crudo de sandía también es una insignia de la carta. Esta se sirve marinada, con unas zanahorias fermentadas en miso, acompañada de una leche de tigre de pepino”, agregó Mora.
El reconocimiento de Michelin representa no solo una validación profesional, sino también una plataforma para visibilizar la cocina latinoamericana desde una nueva óptica: centrada en los vegetales, sin perder el carácter cultural.
“Para nosotros es muy importante representar a nuestra región y queremos resaltar los platos insignias de nuestros países, pero a nuestra manera. Ese es nuestro mayor reto”, aseguró la chef venezolana. “También darle protagonismo a los vegetales, porque siempre es lo contrario. La proteína animal suele ser la estrella de la mayoría de los restaurantes”, explicó.
Ni Mora ni Guerra siguen una dieta estrictamente vegana, pero ambos han dejado de consumir carne roja. Para ellos, la cocina basada en plantas no es una moda, sino una oportunidad de explorar nuevos sabores y revalorizar ingredientes tradicionales de la región.