Gael Monfils ganó un punto cinematográfico en Montecarlo que luchará por ser el mejor del año

A los 38 años y en óptimas condiciones físicas y emocionales tras un período de desazón post pandemia que lo llevó a evaluar seriamente el retiro, Gael Monfils continúa brindando espectáculo en los courts del mundo y, los fanáticos, lo agradecen mucho. Este lunes, por la primera ronda del certamen de Montecarlo, el tercer Masters 1000 de la temporada (el primero sobre polvo de ladrillo), el tenista francés se midió con el húngaro Fabian Marozsan (81°) y ganó un punto cinematográfico que, sin dudas, podrá aspirar a ser uno de los más destacados de toda la temporada.

El coqueto Court des Princes del Monte-Carlo Country Club, el segundo estadio en importancia del torneo, fue el escenario de un intercambio mágico entre Monfils y Marozsan. El punto fue con el reloj marcando la hora de acción, con el húngaro sacando 2-1 abajo y 40-40 en el segundo set (tras haber ganado el primer parcial por 6-4). Ambos jugadores golpearon la pelota en 32 oportunidades. El punto lo terminó logrando el jugador nacido en París, actual 44° del ranking mundial. Pero antes de ese último toquecito de volea inalcanzable para Marozsan hubo de todo: globos, drops, tiros a las líneas…

El público deliró por semejante espectáculo. Ambos protagonistas, que quedaron extenuados, se endulzaron los oídos con una ovación. Sin embargo, dentro del court ese punto tuvo un efecto inmediato: desmoralizó a Marozsan y envalentonó a Monfils, en su 12° aparición en el cuadro principal de Montecarlo. Desde ese momento, el francés, 6° del ranking en 2016, ganó confianza, se soltó y le hizo mucho daño a un rival que había superado la clasificación y que antes de ese punto maravilloso estaba fluyendo sobre el polvo de ladrillo monegasco. Pero todo cambió desde entonces.

Tras una hora y 42 minutos, Monfils consiguió la victoria por 4-6, 6-1 y 6-1 para avanzar a la segunda ronda, donde se medirá con el ruso Andrey Rublev, quien acaba de sumar a su equipo como entrenador a su compatriota Marat Safin, exnúmero 1 del mundo. Monfils estiró su récord a 11-0 contra jugadores ubicados afuera del top 30 en esta temporada; además, su presencia en Montecarlo se concreta a 20 años de su debut, en 2005, cuando perdió con Rafael Nadal en la primera ronda.

Un punto cinematográfico

Monfils recuperó la alegría. Hace poco tiempo confesó que gracias a su pareja, la tenista ucraniana Elina Svitolina, decidió seguir jugando. “Honestamente, si no hubiese conocido a Elina ya me habría retirado. No tengo dudas sobre eso. Creo que hubiese abandonado después del Covid. En ese momento todavía estaba en el top 10, pero no significaba nada para mí. Jugábamos con estadios vacíos y había una energía diferente, sentía que ya no era para mí”, confesó Monfils, ganador de 13 títulos en el ATP Tour, en el canal Talk Show de YouTube.

“Le empecé a decir (a Svitolina) que quizás era tiempo de parar. No podía regresar a mi antiguo nivel, era profundamente frustrante. Ella me ayudó a superarlo”, amplió Monfils, que este año, en enero, ganó el título Auckland. El tenis, por ahora, lo sigue disfrutando.

Lo mejor de Monfils-Marozsan

A los 38 años y en óptimas condiciones físicas y emocionales tras un período de desazón post pandemia que lo llevó a evaluar seriamente el retiro, Gael Monfils continúa brindando espectáculo en los courts del mundo y, los fanáticos, lo agradecen mucho. Este lunes, por la primera ronda del certamen de Montecarlo, el tercer Masters 1000 de la temporada (el primero sobre polvo de ladrillo), el tenista francés se midió con el húngaro Fabian Marozsan (81°) y ganó un punto cinematográfico que, sin dudas, podrá aspirar a ser uno de los más destacados de toda la temporada.

El coqueto Court des Princes del Monte-Carlo Country Club, el segundo estadio en importancia del torneo, fue el escenario de un intercambio mágico entre Monfils y Marozsan. El punto fue con el reloj marcando la hora de acción, con el húngaro sacando 2-1 abajo y 40-40 en el segundo set (tras haber ganado el primer parcial por 6-4). Ambos jugadores golpearon la pelota en 32 oportunidades. El punto lo terminó logrando el jugador nacido en París, actual 44° del ranking mundial. Pero antes de ese último toquecito de volea inalcanzable para Marozsan hubo de todo: globos, drops, tiros a las líneas…

El público deliró por semejante espectáculo. Ambos protagonistas, que quedaron extenuados, se endulzaron los oídos con una ovación. Sin embargo, dentro del court ese punto tuvo un efecto inmediato: desmoralizó a Marozsan y envalentonó a Monfils, en su 12° aparición en el cuadro principal de Montecarlo. Desde ese momento, el francés, 6° del ranking en 2016, ganó confianza, se soltó y le hizo mucho daño a un rival que había superado la clasificación y que antes de ese punto maravilloso estaba fluyendo sobre el polvo de ladrillo monegasco. Pero todo cambió desde entonces.

Tras una hora y 42 minutos, Monfils consiguió la victoria por 4-6, 6-1 y 6-1 para avanzar a la segunda ronda, donde se medirá con el ruso Andrey Rublev, quien acaba de sumar a su equipo como entrenador a su compatriota Marat Safin, exnúmero 1 del mundo. Monfils estiró su récord a 11-0 contra jugadores ubicados afuera del top 30 en esta temporada; además, su presencia en Montecarlo se concreta a 20 años de su debut, en 2005, cuando perdió con Rafael Nadal en la primera ronda.

Un punto cinematográfico

Monfils recuperó la alegría. Hace poco tiempo confesó que gracias a su pareja, la tenista ucraniana Elina Svitolina, decidió seguir jugando. “Honestamente, si no hubiese conocido a Elina ya me habría retirado. No tengo dudas sobre eso. Creo que hubiese abandonado después del Covid. En ese momento todavía estaba en el top 10, pero no significaba nada para mí. Jugábamos con estadios vacíos y había una energía diferente, sentía que ya no era para mí”, confesó Monfils, ganador de 13 títulos en el ATP Tour, en el canal Talk Show de YouTube.

“Le empecé a decir (a Svitolina) que quizás era tiempo de parar. No podía regresar a mi antiguo nivel, era profundamente frustrante. Ella me ayudó a superarlo”, amplió Monfils, que este año, en enero, ganó el título Auckland. El tenis, por ahora, lo sigue disfrutando.

Lo mejor de Monfils-Marozsan

 

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