A menos de un mes para que finalice el 2024 y tras un comienzo de año para el olvido (uno de los peores desde 2020), el sector porcino está cerrando su actividad “increíblemente” de manera positiva, con un crecimiento del 5% en la producción. Para los productores, el primer semestre fue muy complicado, en especial abril, mayo y junio, que hizo que se lleve puesto alrededor de 700 productores que fueron obligados a salir del sistema, según dijeron a este medio. Pero, inesperadamente, en julio pasado el escenario cambió y empezó a recomponerse la situación. Luego, agosto, septiembre, octubre y noviembre también siguieron ese rumbo muy bueno y ahora pronostican que diciembre se va comportar de manera similar. Hace unos días, en un informe la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señaló que 2024 finalizaría en torno a las 785.000 toneladas, “un récord histórico para la Argentina”. El consumo de esta carne, en tanto, que en 2023 estuvo en 21 kilos por habitante por año, ya está en 22,5 kilos y podría concluir 2024 por encima de eso, de acuerdo a expertos consultados.
“Increíblemente se puede decir que fue un año favorable. Pese a que algunos conocemos que el sector tiene una capacidad de rebote importante, si uno esto lo pensaba hace ocho meses atrás era casi imposible hacer esta afirmación. Pero el costo que se tuvo que pagar fue alto y sin sentido, porque se fueron 700 productores de la actividad: a comienzo de año eran 2500 productores [que entregaban a faena] y a mitad de año solo quedaban 1700”, dijo a LA NACION Juan Uccelli, especialista y asesor porcino de JLU Consultora.
Según describió, solo pudieron aguantar el temporal y sortear esta situación tan compleja los que tenían más espaldas para soportarlo, mientras los pequeños y medianos se tuvieron que retirar: “Los que se quedaron se encontraron después con una situación muy favorable y que trae como consecuencia este año muy positivo, incluso más cuando uno hace los análisis del margen bruto”.
“Vamos a cerrar el año con un crecimiento del 5%, que es muy bueno para un año malo. Y la ironía es que se creció con salida de productores. Lamentablemente, los criaderos que salen del sistema son criaderos con baja productividad. Y, cuando entra un criadero nuevo o grande, entra con una cerda nueva, con gran productividad”, aseguró el experto.
Explicó que cuando se va una cerda que está produciendo menos de 1300 kilos por año y entra una nueva para 3600 kilos, la ecuación es que esa madre equivale a tres que salieron: “Esto es una buena noticia, teniendo en cuenta que el cerdo no ha llegado al techo”.
Vale recordar que los crecimientos se dan en relación a las inversiones que se hicieron hace 18 meses. O sea que el resultado del 2024 se empezó a gestar a mediados del 2022 y se vio forjado en los primeros meses del 2024: “Tenemos 18 meses de diferencia desde el momento que se decide crecer hasta que aparecen los animales en faena”. Si bien fuentes oficiales dicen que la faena se mantuvo, Uccelli señaló que, en realidad, y aunque es triste reconocerlo, “fue un año en el que se vendió muchos cerdos en negro en establecimientos autorizados, pero sin ningún tipo de papeles”.
Consumo doméstico
En cuanto al mercado local, el crecimiento de la carne de cerdo también tendrá su mejora: el año pasado se cerró el consumo per cápita en 21 kilos y este año ya se está en 22,5 kilos. “Vamos a cerrar arriba de eso. Ese aumento es interesante. El precio de la carne de cerdo es la que menos subió en comparación con la vacuna y la aviar, sumado a que el valor de las tres carnes crecieron muy por debajo de la inflación. La carne en la Argentina sigue siendo barata en general y el cerdo es más barato aun”, describió el consultor.
Recordó que hubo meses en donde la diferencia con la carne vacuna superaba el 50%, corte por corte, y que en la actualidad se está en un 30%. “Puede ser que se estire en diciembre por el fuerte aumento que está mostrando la hacienda en pie y que se está trasladando al público. El cerdo es una opción para muchos que ya están pensando para las Fiestas reemplazar algunos cortes y platos tradicionales con carne de cerdo”, dijo.
Proyección al 2033
Para dentro de ocho años, en el sector porcino proyectan llegar a los 33 kilos por habitante por año. “Normalmente vamos aumentando con el año, este 2024 estamos un poco atrasados porque estamos cerca de los 23 kilos. Pero vamos a recuperar en los próximos años y en el 2033 vamos a estar en los 33 kilos y capaz en ese momento nos encontremos con el consumo local de carne vacuna también en esos valores. Todo lo que baje la carne vacuna, el cerdo lo va a aprovechar. El crecimiento está garantizado”, indicó.
Para que eso ocurra, los productores necesitan que se arreglen algunas cuestiones impositivas. En este sentido y desde hace tiempo reclaman por el IVA del 21% a las inversiones cuando su producto final se vende a 10,5%.
“Desde el año 2017 esto afecta muy seriamente lo que son las inversiones, que quedaron con un IVA del 21%, mientras que el cerdo y la carne de cerdo se venden con el 10,5%. En el saldo de inversión, donde la inversión del cerdo es la más cara de las tres carnes, ese 21% se pierde y no se llega a recuperar con la venta del 10,5%. Esto es algo que tiene que arreglar este Gobierno, porque todos los que llegaron al poder prometieron solucionarlo y no lo hicieron. Esto es clave para tener un crecimiento para abastecer el mercado local y para exportar”, afirmó.
Los otros dos inconvenientes son los impuestos distorsivos, nacionales, provinciales y municipales que afectan de forma directa el costo de producción y el dólar, que lo necesitan a un precio lógico. “Necesitamos estas cosas para aumentar de una forma muy increíble las inversiones y la producción. Y, al aumentar el consumo interno, somos el mejor aliado de la carne vacuna para poder exportar al mundo. Un país que necesita dólares tiene que exportar lo más caro que es la carne vacuna”, finalizó.
A menos de un mes para que finalice el 2024 y tras un comienzo de año para el olvido (uno de los peores desde 2020), el sector porcino está cerrando su actividad “increíblemente” de manera positiva, con un crecimiento del 5% en la producción. Para los productores, el primer semestre fue muy complicado, en especial abril, mayo y junio, que hizo que se lleve puesto alrededor de 700 productores que fueron obligados a salir del sistema, según dijeron a este medio. Pero, inesperadamente, en julio pasado el escenario cambió y empezó a recomponerse la situación. Luego, agosto, septiembre, octubre y noviembre también siguieron ese rumbo muy bueno y ahora pronostican que diciembre se va comportar de manera similar. Hace unos días, en un informe la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señaló que 2024 finalizaría en torno a las 785.000 toneladas, “un récord histórico para la Argentina”. El consumo de esta carne, en tanto, que en 2023 estuvo en 21 kilos por habitante por año, ya está en 22,5 kilos y podría concluir 2024 por encima de eso, de acuerdo a expertos consultados.
“Increíblemente se puede decir que fue un año favorable. Pese a que algunos conocemos que el sector tiene una capacidad de rebote importante, si uno esto lo pensaba hace ocho meses atrás era casi imposible hacer esta afirmación. Pero el costo que se tuvo que pagar fue alto y sin sentido, porque se fueron 700 productores de la actividad: a comienzo de año eran 2500 productores [que entregaban a faena] y a mitad de año solo quedaban 1700”, dijo a LA NACION Juan Uccelli, especialista y asesor porcino de JLU Consultora.
Según describió, solo pudieron aguantar el temporal y sortear esta situación tan compleja los que tenían más espaldas para soportarlo, mientras los pequeños y medianos se tuvieron que retirar: “Los que se quedaron se encontraron después con una situación muy favorable y que trae como consecuencia este año muy positivo, incluso más cuando uno hace los análisis del margen bruto”.
“Vamos a cerrar el año con un crecimiento del 5%, que es muy bueno para un año malo. Y la ironía es que se creció con salida de productores. Lamentablemente, los criaderos que salen del sistema son criaderos con baja productividad. Y, cuando entra un criadero nuevo o grande, entra con una cerda nueva, con gran productividad”, aseguró el experto.
Explicó que cuando se va una cerda que está produciendo menos de 1300 kilos por año y entra una nueva para 3600 kilos, la ecuación es que esa madre equivale a tres que salieron: “Esto es una buena noticia, teniendo en cuenta que el cerdo no ha llegado al techo”.
Vale recordar que los crecimientos se dan en relación a las inversiones que se hicieron hace 18 meses. O sea que el resultado del 2024 se empezó a gestar a mediados del 2022 y se vio forjado en los primeros meses del 2024: “Tenemos 18 meses de diferencia desde el momento que se decide crecer hasta que aparecen los animales en faena”. Si bien fuentes oficiales dicen que la faena se mantuvo, Uccelli señaló que, en realidad, y aunque es triste reconocerlo, “fue un año en el que se vendió muchos cerdos en negro en establecimientos autorizados, pero sin ningún tipo de papeles”.
Consumo doméstico
En cuanto al mercado local, el crecimiento de la carne de cerdo también tendrá su mejora: el año pasado se cerró el consumo per cápita en 21 kilos y este año ya se está en 22,5 kilos. “Vamos a cerrar arriba de eso. Ese aumento es interesante. El precio de la carne de cerdo es la que menos subió en comparación con la vacuna y la aviar, sumado a que el valor de las tres carnes crecieron muy por debajo de la inflación. La carne en la Argentina sigue siendo barata en general y el cerdo es más barato aun”, describió el consultor.
Recordó que hubo meses en donde la diferencia con la carne vacuna superaba el 50%, corte por corte, y que en la actualidad se está en un 30%. “Puede ser que se estire en diciembre por el fuerte aumento que está mostrando la hacienda en pie y que se está trasladando al público. El cerdo es una opción para muchos que ya están pensando para las Fiestas reemplazar algunos cortes y platos tradicionales con carne de cerdo”, dijo.
Proyección al 2033
Para dentro de ocho años, en el sector porcino proyectan llegar a los 33 kilos por habitante por año. “Normalmente vamos aumentando con el año, este 2024 estamos un poco atrasados porque estamos cerca de los 23 kilos. Pero vamos a recuperar en los próximos años y en el 2033 vamos a estar en los 33 kilos y capaz en ese momento nos encontremos con el consumo local de carne vacuna también en esos valores. Todo lo que baje la carne vacuna, el cerdo lo va a aprovechar. El crecimiento está garantizado”, indicó.
Para que eso ocurra, los productores necesitan que se arreglen algunas cuestiones impositivas. En este sentido y desde hace tiempo reclaman por el IVA del 21% a las inversiones cuando su producto final se vende a 10,5%.
“Desde el año 2017 esto afecta muy seriamente lo que son las inversiones, que quedaron con un IVA del 21%, mientras que el cerdo y la carne de cerdo se venden con el 10,5%. En el saldo de inversión, donde la inversión del cerdo es la más cara de las tres carnes, ese 21% se pierde y no se llega a recuperar con la venta del 10,5%. Esto es algo que tiene que arreglar este Gobierno, porque todos los que llegaron al poder prometieron solucionarlo y no lo hicieron. Esto es clave para tener un crecimiento para abastecer el mercado local y para exportar”, afirmó.
Los otros dos inconvenientes son los impuestos distorsivos, nacionales, provinciales y municipales que afectan de forma directa el costo de producción y el dólar, que lo necesitan a un precio lógico. “Necesitamos estas cosas para aumentar de una forma muy increíble las inversiones y la producción. Y, al aumentar el consumo interno, somos el mejor aliado de la carne vacuna para poder exportar al mundo. Un país que necesita dólares tiene que exportar lo más caro que es la carne vacuna”, finalizó.