Se conocieron los proyectos ganadores del Premio Estímulo a la Escritura

Esta tarde en La Boca se anunciaron a las cuatro ganadoras y el ganador de la quinta edición del Premio Estímulo a la Escritura “Todos los tiempos el tiempo”, coorganizado por la Fundación Bunge y Born, la Fundación Proa y LA NACION, que selecciona obras en proceso de creadores de 20 a 40 años. Este año concursaron 1298 proyectos, el número más alto desde el lanzamiento en el pandémico 2020, y se repartieron siete millones y medio de pesos entre los ganadores. Habrá sexta edición en 2025.

El premio de la categoría de Narrativa lo obtuvo la profesora y escritora Sofía de la Vega (San Miguel de Tucumán, 1993), por “José Francisco Muñecas” (las menciones las recibieron Martín Bericat y Lucía López Vespa). En Narrativa Breve, el jurado premió “Los hechos” de la escritora y editora Andrea Franco (La Habana, 1991), con menciones para Magdalena Girardi y Belén del Huerto Romero y Macarena Mercado Mott. La ilustradora Jazmín Varela (Rosario, 1988) ganó en la categoría de Narrativa Gráfica (la artista fue quien hizo la tapa de la novela Cometierra, de Dolores Reyes); las menciones fueron para Laura Dattoli y Brenda Ruseler. En Guion fue premiado “El profesor de música”, de Renzo Cozza (Buenos Aires, 1991), que posó con Tellas para las fotos (hubo menciones para Ornella Abadía y Sofía Brito), y en Dramaturgia, “Queremos ser nuestros propios líderes”, de Giuliana Kiersz (Buenos Aires, 1991), con menciones para Carolina Mazzaferro y Sol Rodríguez Seoane. Los quince proyectos serán desarrollados en las clínicas de escritura a cargo de Daniel Link y Ariana Harwicz.

“Los vamos a acompañar en el proceso de crecimiento de la obra, hasta donde los autores quieran”, anticipó Link, y auguró que la “escritura humana” le iba a ganar siempre a la escritura artificial porque, dijo, la primera tiene que ver con “el desvío, el salto hacia adelante e incluso con el fracaso”. Enrigue, al presentar a la ganadora de Narrativa Breve, dijo: “Los premios estímulo a todo el mundo le simpatizan; son premios a la esperanza”.

Las cuatro autoras premiadas y el cineasta y guionista premiado tienen obras publicadas, así como obras de teatro y películas estrenadas. En sus discursos, los tres ganadores presentes agradecieron el premio, hicieron referencia al contexto sociopolítico (”cada vez más hostil a la escritura”, según el discurso de Varela que leyó Abadía) y remarcaron la importancia de este tipo de apoyos a la creación. Varela no pudo llegar al acto de premiación por una tormenta en el campo; Kiersz reside actualmente en Berlín: lo recibió en su nombre la madre, emocionada. “Un texto desafiante”, resumió Tellas.

“La novela de Sofía propone un viaje -dijo Guyot sobre la obra en proceso de De la Vega-. Un viaje por la historia argentina pero también por una geografía particular, que es la del norte argentino. El viaje está fraguado con las herramientas y los recursos de la literatura”.

En la ceremonia que condujo el periodista Maximiliano Legnani, estuvieron presentes los cuatro integrantes del jurado, los escritores Héctor Guyot, Vivi Tellas, Gabriela Cabezón Cámara (multipremiada este año por su novela Las niñas del naranjel y atacada por libertarios por un párrafo de Las aventuras de la China Iron) y el escritor mexicano Álvaro Enrigue, Premio Herralde de Novela en 2013 que viajó a Buenos Aires desde Nueva York. Antes de la premiación, hablaron Adriana Rosenberg, directora de Fundación Proa, y Norberto Frigerio, director de Relaciones Institucionales de LA NACION. Por la Fundación Bunge y Born, estuvo Ezequiel Bacher, coordinador de Comunicación de la Fundación Bunge y Born.

“Estamos orgullosos de ver que el Premio sigue creciendo e instalándose en el paisaje cultural argentino como una de las convocatorias más atractivas para autores jóvenes de diversas disciplinas. En apenas cinco años, hemos recibido 6500 proyectos de todo el país; este es un premio federal”, dijo Frigerio, que celebró “las bodas de madera” del certamen. “Además de ser un apoyo económico, es un reconocimiento inapelable al autor y al valor de su obra, que llega en un momento clave: en el medio del proceso de escritura que puede ser incierto y solitario”, indicó Rosenberg.

“Las cinco obras ganadoras atraviesan interrogantes personales y políticos, geografías y épocas diversas, la frontera entre lo real y la ficción -destacó Gastón Solari Yrigoyen, coordinador general del certamen-. Desde la reescritura de un milagro de la Virgen en la Catamarca del siglo XVIII hasta el manifiesto coral y jacobino de una generación irreverente, estos textos recomponen el lenguaje, exploran registros poco frecuentes o llevan la expresividad a nuevos horizontes. Esta selección subraya la importancia de apoyar la creación de textos que toman riesgos a nivel formal y temático”.

Muchas de las “obras en proceso” premiadas en ediciones anteriores se han convertido en libros publicados por editoriales reconocidas, en películas que recorrieron festivales internacionales y en obras de teatro estrenadas en salas del circuito teatral; por ejemplo, las novelas La pez, de Gabriela Larralde, y Algo, de Giuliana Migale Rocco; la novela gráfica La Madriguera, de Femimutancia; el monólogo de teatro Metrochenta de José Guerrero, estrenado en 2022, y el largometraje Los tonos mayores de Ingrid Pokropek.

Esta tarde en La Boca se anunciaron a las cuatro ganadoras y el ganador de la quinta edición del Premio Estímulo a la Escritura “Todos los tiempos el tiempo”, coorganizado por la Fundación Bunge y Born, la Fundación Proa y LA NACION, que selecciona obras en proceso de creadores de 20 a 40 años. Este año concursaron 1298 proyectos, el número más alto desde el lanzamiento en el pandémico 2020, y se repartieron siete millones y medio de pesos entre los ganadores. Habrá sexta edición en 2025.

El premio de la categoría de Narrativa lo obtuvo la profesora y escritora Sofía de la Vega (San Miguel de Tucumán, 1993), por “José Francisco Muñecas” (las menciones las recibieron Martín Bericat y Lucía López Vespa). En Narrativa Breve, el jurado premió “Los hechos” de la escritora y editora Andrea Franco (La Habana, 1991), con menciones para Magdalena Girardi y Belén del Huerto Romero y Macarena Mercado Mott. La ilustradora Jazmín Varela (Rosario, 1988) ganó en la categoría de Narrativa Gráfica (la artista fue quien hizo la tapa de la novela Cometierra, de Dolores Reyes); las menciones fueron para Laura Dattoli y Brenda Ruseler. En Guion fue premiado “El profesor de música”, de Renzo Cozza (Buenos Aires, 1991), que posó con Tellas para las fotos (hubo menciones para Ornella Abadía y Sofía Brito), y en Dramaturgia, “Queremos ser nuestros propios líderes”, de Giuliana Kiersz (Buenos Aires, 1991), con menciones para Carolina Mazzaferro y Sol Rodríguez Seoane. Los quince proyectos serán desarrollados en las clínicas de escritura a cargo de Daniel Link y Ariana Harwicz.

“Los vamos a acompañar en el proceso de crecimiento de la obra, hasta donde los autores quieran”, anticipó Link, y auguró que la “escritura humana” le iba a ganar siempre a la escritura artificial porque, dijo, la primera tiene que ver con “el desvío, el salto hacia adelante e incluso con el fracaso”. Enrigue, al presentar a la ganadora de Narrativa Breve, dijo: “Los premios estímulo a todo el mundo le simpatizan; son premios a la esperanza”.

Las cuatro autoras premiadas y el cineasta y guionista premiado tienen obras publicadas, así como obras de teatro y películas estrenadas. En sus discursos, los tres ganadores presentes agradecieron el premio, hicieron referencia al contexto sociopolítico (”cada vez más hostil a la escritura”, según el discurso de Varela que leyó Abadía) y remarcaron la importancia de este tipo de apoyos a la creación. Varela no pudo llegar al acto de premiación por una tormenta en el campo; Kiersz reside actualmente en Berlín: lo recibió en su nombre la madre, emocionada. “Un texto desafiante”, resumió Tellas.

“La novela de Sofía propone un viaje -dijo Guyot sobre la obra en proceso de De la Vega-. Un viaje por la historia argentina pero también por una geografía particular, que es la del norte argentino. El viaje está fraguado con las herramientas y los recursos de la literatura”.

En la ceremonia que condujo el periodista Maximiliano Legnani, estuvieron presentes los cuatro integrantes del jurado, los escritores Héctor Guyot, Vivi Tellas, Gabriela Cabezón Cámara (multipremiada este año por su novela Las niñas del naranjel y atacada por libertarios por un párrafo de Las aventuras de la China Iron) y el escritor mexicano Álvaro Enrigue, Premio Herralde de Novela en 2013 que viajó a Buenos Aires desde Nueva York. Antes de la premiación, hablaron Adriana Rosenberg, directora de Fundación Proa, y Norberto Frigerio, director de Relaciones Institucionales de LA NACION. Por la Fundación Bunge y Born, estuvo Ezequiel Bacher, coordinador de Comunicación de la Fundación Bunge y Born.

“Estamos orgullosos de ver que el Premio sigue creciendo e instalándose en el paisaje cultural argentino como una de las convocatorias más atractivas para autores jóvenes de diversas disciplinas. En apenas cinco años, hemos recibido 6500 proyectos de todo el país; este es un premio federal”, dijo Frigerio, que celebró “las bodas de madera” del certamen. “Además de ser un apoyo económico, es un reconocimiento inapelable al autor y al valor de su obra, que llega en un momento clave: en el medio del proceso de escritura que puede ser incierto y solitario”, indicó Rosenberg.

“Las cinco obras ganadoras atraviesan interrogantes personales y políticos, geografías y épocas diversas, la frontera entre lo real y la ficción -destacó Gastón Solari Yrigoyen, coordinador general del certamen-. Desde la reescritura de un milagro de la Virgen en la Catamarca del siglo XVIII hasta el manifiesto coral y jacobino de una generación irreverente, estos textos recomponen el lenguaje, exploran registros poco frecuentes o llevan la expresividad a nuevos horizontes. Esta selección subraya la importancia de apoyar la creación de textos que toman riesgos a nivel formal y temático”.

Muchas de las “obras en proceso” premiadas en ediciones anteriores se han convertido en libros publicados por editoriales reconocidas, en películas que recorrieron festivales internacionales y en obras de teatro estrenadas en salas del circuito teatral; por ejemplo, las novelas La pez, de Gabriela Larralde, y Algo, de Giuliana Migale Rocco; la novela gráfica La Madriguera, de Femimutancia; el monólogo de teatro Metrochenta de José Guerrero, estrenado en 2022, y el largometraje Los tonos mayores de Ingrid Pokropek.

 

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