Después de casi dos décadas intentando tener un hijo, una pareja logró un embarazo gracias al uso de inteligencia artificial. De acuerdo con un reportaje de CNN, el caso ocurrió en el Columbia University Fertility Center, en Nueva York, donde por primera vez se aplicó exitosamente un nuevo sistema llamado STAR, diseñado para detectar esperma oculto en pacientes con azoospermia, una condición que impide la presencia visible de espermatozoides en el semen.
El método STAR —sigla de Sperm Tracking and Recovery— utiliza un sistema de visión computarizada que escanea muestras de semen con una cámara de alta velocidad y tecnología de imágenes avanzadas. En cuestión de minutos, el algoritmo analiza millones de capturas microscópicas para localizar células espermáticas que, de otro modo, pasarían desapercibidas incluso para embriólogos altamente entrenados.
En este caso, los especialistas recuperaron apenas tres espermatozoides mediante STAR. Con ellos se fertilizaron los óvulos de la mujer a través de fecundación in vitro, y el tratamiento resultó en un embarazo confirmado. La pareja, que prefirió mantener el anonimato, había atravesado múltiples intentos fallidos en centros de fertilidad de distintos países antes de recurrir a esta técnica experimental. “Mantuvimos nuestras esperanzas bajas después de tantas decepciones”, dijo la esposa en un comunicado enviado por correo electrónico a CNN.
El procedimiento fue desarrollado durante cinco años por el equipo del doctor Zev Williams, director del centro de fertilidad de Columbia. Según explicó, STAR representa una alternativa menos invasiva a las cirugías tradicionales que se utilizan para extraer esperma directamente de los testículos, y podría abrir nuevas posibilidades para miles de personas afectadas por la infertilidad masculina. “Después de pruebas exitosas, nos dimos cuenta que esto podría cambiarle la vida a muchos pacientes”, dijo Williams.
La azoospermia afecta aproximadamente al 10% de los hombres infértiles y suele ser un diagnóstico inesperado y difícil de asimilar. Los pacientes no presentan síntomas físicos visibles ni alteraciones en su función sexual, y muchas veces sus muestras de semen parecen normales a simple vista. El problema se detecta únicamente al observarlas al microscopio, donde en lugar de espermatozoides, solo se encuentran fragmentos celulares. El principal síntoma se evidencia, entonces, cuando aparecen las complicaciones para el embarazo.
Hasta ahora, uno de los tratamientos más comunes era la extracción quirúrgica de tejido testicular en busca de esperma, un procedimiento doloroso, costoso y con riesgo de daños permanentes. En ese sentido, el sistema STAR promete una solución menos invasiva, más precisa y reutilizable, ya que permite identificar incluso una cantidad mínima de espermatozoides viables en una muestra que parecía vacía.
El equipo de Columbia asegura que el sistema puede detectar hasta 40 espermatozoides en una sola muestra donde los técnicos humanos no habían encontrado ninguno. Una vez localizados, los espermatozoides son aislados en gotas microscópicas para su posterior uso en fecundación. La tecnología no reemplaza a los embriólogos, pero amplifica su capacidad de detección y precisión.
“La IA no crea espermatozoides, sino que nos ayuda a encontrar los pocos viables que ya están ahí, pero que son casi invisibles”, afirmó para CNN la Dra. Aimee Eyvazzadeh, endocrinóloga reproductiva con sede en San Francisco y presentadora del podcast The Egg Whisperer Show. “Se trata de un gran avance, no porque sustituya la experiencia humana, sino porque la amplifica, y ese es el futuro de la fertilidad”, agregó.
Otros usos de la IA en la fertilidad asistida
El uso de inteligencia artificial en medicina reproductiva no es nuevo, pero sí creciente. Actualmente, se aplica para seleccionar el embrión con mayor probabilidad de implantación durante tratamientos de fertilización in vitro, lo que permite aumentar las chances de éxito en cada transferencia. “Nos brindó tranquilidad en un momento de alta ansiedad”, contó Carolina, una paciente que hizo este tratamiento, a LA NACION. Hoy, ya está esperando la llegada de su primer bebé.
También se utiliza para evaluar la calidad de los óvulos antes de su congelamiento. “No existe un método estandarizado para evaluar la calidad de los óvulos y la IA ofrece una solución poderosa a este desafío: ayuda tanto a médicos como a pacientes a entender si la calidad ovocitaria pudo haber influido en ciclos fallidos, y permite planificar mejor los próximos pasos”, explica Christy Prada, CEO de Future Fertility.
En paralelo también la IA es útil para personalizar protocolos de estimulación hormonal y predecir, con mayor precisión, las probabilidades de embarazo. Sin embargo, que la tecnología esté entrelazada en un proceso tan natural y que genera una de las cosas más importantes para la humanidad -la vida- despierta ciertas incomodidades. “El uso de IA en fertilidad debe estar siempre guiado por principios éticos: transparencia, supervisión clínica y respeto por la autonomía del paciente”, reflexionó Christy Prada, CEO de Future Fertility.
Después de casi dos décadas intentando tener un hijo, una pareja logró un embarazo gracias al uso de inteligencia artificial. De acuerdo con un reportaje de CNN, el caso ocurrió en el Columbia University Fertility Center, en Nueva York, donde por primera vez se aplicó exitosamente un nuevo sistema llamado STAR, diseñado para detectar esperma oculto en pacientes con azoospermia, una condición que impide la presencia visible de espermatozoides en el semen.
El método STAR —sigla de Sperm Tracking and Recovery— utiliza un sistema de visión computarizada que escanea muestras de semen con una cámara de alta velocidad y tecnología de imágenes avanzadas. En cuestión de minutos, el algoritmo analiza millones de capturas microscópicas para localizar células espermáticas que, de otro modo, pasarían desapercibidas incluso para embriólogos altamente entrenados.
En este caso, los especialistas recuperaron apenas tres espermatozoides mediante STAR. Con ellos se fertilizaron los óvulos de la mujer a través de fecundación in vitro, y el tratamiento resultó en un embarazo confirmado. La pareja, que prefirió mantener el anonimato, había atravesado múltiples intentos fallidos en centros de fertilidad de distintos países antes de recurrir a esta técnica experimental. “Mantuvimos nuestras esperanzas bajas después de tantas decepciones”, dijo la esposa en un comunicado enviado por correo electrónico a CNN.
El procedimiento fue desarrollado durante cinco años por el equipo del doctor Zev Williams, director del centro de fertilidad de Columbia. Según explicó, STAR representa una alternativa menos invasiva a las cirugías tradicionales que se utilizan para extraer esperma directamente de los testículos, y podría abrir nuevas posibilidades para miles de personas afectadas por la infertilidad masculina. “Después de pruebas exitosas, nos dimos cuenta que esto podría cambiarle la vida a muchos pacientes”, dijo Williams.
La azoospermia afecta aproximadamente al 10% de los hombres infértiles y suele ser un diagnóstico inesperado y difícil de asimilar. Los pacientes no presentan síntomas físicos visibles ni alteraciones en su función sexual, y muchas veces sus muestras de semen parecen normales a simple vista. El problema se detecta únicamente al observarlas al microscopio, donde en lugar de espermatozoides, solo se encuentran fragmentos celulares. El principal síntoma se evidencia, entonces, cuando aparecen las complicaciones para el embarazo.
Hasta ahora, uno de los tratamientos más comunes era la extracción quirúrgica de tejido testicular en busca de esperma, un procedimiento doloroso, costoso y con riesgo de daños permanentes. En ese sentido, el sistema STAR promete una solución menos invasiva, más precisa y reutilizable, ya que permite identificar incluso una cantidad mínima de espermatozoides viables en una muestra que parecía vacía.
El equipo de Columbia asegura que el sistema puede detectar hasta 40 espermatozoides en una sola muestra donde los técnicos humanos no habían encontrado ninguno. Una vez localizados, los espermatozoides son aislados en gotas microscópicas para su posterior uso en fecundación. La tecnología no reemplaza a los embriólogos, pero amplifica su capacidad de detección y precisión.
“La IA no crea espermatozoides, sino que nos ayuda a encontrar los pocos viables que ya están ahí, pero que son casi invisibles”, afirmó para CNN la Dra. Aimee Eyvazzadeh, endocrinóloga reproductiva con sede en San Francisco y presentadora del podcast The Egg Whisperer Show. “Se trata de un gran avance, no porque sustituya la experiencia humana, sino porque la amplifica, y ese es el futuro de la fertilidad”, agregó.
Otros usos de la IA en la fertilidad asistida
El uso de inteligencia artificial en medicina reproductiva no es nuevo, pero sí creciente. Actualmente, se aplica para seleccionar el embrión con mayor probabilidad de implantación durante tratamientos de fertilización in vitro, lo que permite aumentar las chances de éxito en cada transferencia. “Nos brindó tranquilidad en un momento de alta ansiedad”, contó Carolina, una paciente que hizo este tratamiento, a LA NACION. Hoy, ya está esperando la llegada de su primer bebé.
También se utiliza para evaluar la calidad de los óvulos antes de su congelamiento. “No existe un método estandarizado para evaluar la calidad de los óvulos y la IA ofrece una solución poderosa a este desafío: ayuda tanto a médicos como a pacientes a entender si la calidad ovocitaria pudo haber influido en ciclos fallidos, y permite planificar mejor los próximos pasos”, explica Christy Prada, CEO de Future Fertility.
En paralelo también la IA es útil para personalizar protocolos de estimulación hormonal y predecir, con mayor precisión, las probabilidades de embarazo. Sin embargo, que la tecnología esté entrelazada en un proceso tan natural y que genera una de las cosas más importantes para la humanidad -la vida- despierta ciertas incomodidades. “El uso de IA en fertilidad debe estar siempre guiado por principios éticos: transparencia, supervisión clínica y respeto por la autonomía del paciente”, reflexionó Christy Prada, CEO de Future Fertility.