La picante pregunta sobre Nicole Kidman que llevó a Keith Urban a abandonar una nota: “Se fue”

No solo las vedettes de los años noventa y algunas estrellas que brillaron fugazmente en el firmamento argentino abandonan entrevistas intempestivamente. Este martes, uno de los músicos más importantes de los Estados Unidos, y además, esposo de una de las grandes figuras de Hollywood, dejó a sus interlocutores sin respuesta y con la palabra en la boca.

Es que, justamente, lo que molestó es que le preguntaran por la mujer con la que comparte su vida. Concretamente, por ciertas escenas subidas de tono que protagonizó en sus últimas películas. El hombre en cuestión es el cantante Keith Urban, marido de la exitosísima Nicole Kidman. El músico estaba brindando una entrevista vía Zoom al programa Hayley & Max in the Morning, conducido por los presentadores Hayley Peterson y Max Burford. Y todo parecía ir por los carriles normales hasta que le realizaron una “pregunta muy complicada y profundamente personal”.

“¿Qué piensa Keith Urban cuando ve a su hermosa esposa con hombres jóvenes y guapos como Zac Efron, teniendo estas hermosas escenas de amor en la pantalla grande?”, preguntó Burford, pero del otro lado, el silencio se volvió eterno.

Y entonces, el presentador se vio obligado a remarcar lo obvio: que el compositor y su equipo “se desconectaron de Zoom”. “Creo que su equipo nos colgó porque no querían que hiciéramos esa pregunta”, explicó el productor del ciclo. Y Peterson indicó: “Creo que eso fue 100% lo que ocurrió. Sabía que era posible que esto ocurriera. ¡Se fue! Claramente, no le gusta hablar sobre su esposa”.

Kidman y Efron estrenaron en junio de 2024 Un asunto familiar. Allí, la actriz interpreta a una prestigiosa escritora ganadora del Pullitzer, ensayista de Vogue y The New Yorker, intelectual y sofisticada, y el actor de High School Musical a una estrella del cine de superhéroes, frívolo, cabeza hueca y adicto al gimnasio. A su vez, la relación madre-hija entre Brooke y Zara (Joey King), signada por el prolongado duelo familiar (el marido de Brooke y padre de Zara ha muerto hace once años) y una subterránea competencia que empujó a ambas a la culposa dependencia. A ello se agrega que Zara es la asistente full time de Chris, envuelta en sus caprichos y excentricidades, aspirante a convertirse en productora de Hollywood pero demorada en retirar la ropa de la tintorería o comprar suplementos dietarios en el supermercado a altas horas de la madrugada. La historia entre los personajes comienza con un encuentro casual de sexo y tequila, y está plagada de situaciones románticas y subidas de tono.

A su vez, la actriz nacida en Hawái estrenó en enero de este año Babygril: deseo prohibido, un thriller erótico en el que le presta el cuerpo a Romy, una directora ejecutiva muy exitosa que, pese a estar casada con Jacob (Antonio Banderas), decide asumir el riesgo de comenzar un romance clandestino con Samuel (Harrison Dickinson) uno de sus pasantes

En ambos casos, sus coprotagonistas masculinos son varios años menores: Kidman tiene 58, Efron 37 y Dickinson 29.

Antes del estreno de Babygirl, la esposa de Urban y madre de sus hijas Sunday y Faith, se refirió sin tapujos a las escenas de sexo que le tocó interpretar: “Hubo momentos mientras filmábamos en los que pensé: ‘No quiero tener más orgasmos’. Pensaba: ‘No te acerques a mí. Odio hacer esto. ¡No me importa si nunca más me tocan en mi vida!’”, reveló.

La protagonista de Moulin Rouge explicó que estuvo “tan presente todo el tiempo” durante las escenas de sexo que fue “casi un agotamiento” para ella, y señaló que a menudo se sentía presionada hasta un punto en el que simplemente se sentía superada por la situación. Además, reconoció que había “una enorme cantidad de intercambio y confianza y luego frustración” entre ella y sus coprotagonistas.

Sin embargo, Kidman señaló que ella, Dickinson y Banderas tuvieron “enorme cuidado” al contar la historia de la película. “Harris, Antonio y yo fuimos muy, muy amables entre nosotros y nos ayudamos mutuamente”, aseguró.

El trío también trabajó con un coordinador de intimidad para las escenas, pero Kidman dijo que ella y sus coprotagonistas todavía no se sentían “condicionados” por lo que se les ordenó hacer o no hacer. “Sigo creyendo firmemente en el carácter sagrado del set o del espacio de los actores, y que nunca, nunca, se debe violar”, explicó. “Porque es nuestro, es la burbuja, y luego está el mundo exterior”, señaló.

No solo las vedettes de los años noventa y algunas estrellas que brillaron fugazmente en el firmamento argentino abandonan entrevistas intempestivamente. Este martes, uno de los músicos más importantes de los Estados Unidos, y además, esposo de una de las grandes figuras de Hollywood, dejó a sus interlocutores sin respuesta y con la palabra en la boca.

Es que, justamente, lo que molestó es que le preguntaran por la mujer con la que comparte su vida. Concretamente, por ciertas escenas subidas de tono que protagonizó en sus últimas películas. El hombre en cuestión es el cantante Keith Urban, marido de la exitosísima Nicole Kidman. El músico estaba brindando una entrevista vía Zoom al programa Hayley & Max in the Morning, conducido por los presentadores Hayley Peterson y Max Burford. Y todo parecía ir por los carriles normales hasta que le realizaron una “pregunta muy complicada y profundamente personal”.

“¿Qué piensa Keith Urban cuando ve a su hermosa esposa con hombres jóvenes y guapos como Zac Efron, teniendo estas hermosas escenas de amor en la pantalla grande?”, preguntó Burford, pero del otro lado, el silencio se volvió eterno.

Y entonces, el presentador se vio obligado a remarcar lo obvio: que el compositor y su equipo “se desconectaron de Zoom”. “Creo que su equipo nos colgó porque no querían que hiciéramos esa pregunta”, explicó el productor del ciclo. Y Peterson indicó: “Creo que eso fue 100% lo que ocurrió. Sabía que era posible que esto ocurriera. ¡Se fue! Claramente, no le gusta hablar sobre su esposa”.

Kidman y Efron estrenaron en junio de 2024 Un asunto familiar. Allí, la actriz interpreta a una prestigiosa escritora ganadora del Pullitzer, ensayista de Vogue y The New Yorker, intelectual y sofisticada, y el actor de High School Musical a una estrella del cine de superhéroes, frívolo, cabeza hueca y adicto al gimnasio. A su vez, la relación madre-hija entre Brooke y Zara (Joey King), signada por el prolongado duelo familiar (el marido de Brooke y padre de Zara ha muerto hace once años) y una subterránea competencia que empujó a ambas a la culposa dependencia. A ello se agrega que Zara es la asistente full time de Chris, envuelta en sus caprichos y excentricidades, aspirante a convertirse en productora de Hollywood pero demorada en retirar la ropa de la tintorería o comprar suplementos dietarios en el supermercado a altas horas de la madrugada. La historia entre los personajes comienza con un encuentro casual de sexo y tequila, y está plagada de situaciones románticas y subidas de tono.

A su vez, la actriz nacida en Hawái estrenó en enero de este año Babygril: deseo prohibido, un thriller erótico en el que le presta el cuerpo a Romy, una directora ejecutiva muy exitosa que, pese a estar casada con Jacob (Antonio Banderas), decide asumir el riesgo de comenzar un romance clandestino con Samuel (Harrison Dickinson) uno de sus pasantes

En ambos casos, sus coprotagonistas masculinos son varios años menores: Kidman tiene 58, Efron 37 y Dickinson 29.

Antes del estreno de Babygirl, la esposa de Urban y madre de sus hijas Sunday y Faith, se refirió sin tapujos a las escenas de sexo que le tocó interpretar: “Hubo momentos mientras filmábamos en los que pensé: ‘No quiero tener más orgasmos’. Pensaba: ‘No te acerques a mí. Odio hacer esto. ¡No me importa si nunca más me tocan en mi vida!’”, reveló.

La protagonista de Moulin Rouge explicó que estuvo “tan presente todo el tiempo” durante las escenas de sexo que fue “casi un agotamiento” para ella, y señaló que a menudo se sentía presionada hasta un punto en el que simplemente se sentía superada por la situación. Además, reconoció que había “una enorme cantidad de intercambio y confianza y luego frustración” entre ella y sus coprotagonistas.

Sin embargo, Kidman señaló que ella, Dickinson y Banderas tuvieron “enorme cuidado” al contar la historia de la película. “Harris, Antonio y yo fuimos muy, muy amables entre nosotros y nos ayudamos mutuamente”, aseguró.

El trío también trabajó con un coordinador de intimidad para las escenas, pero Kidman dijo que ella y sus coprotagonistas todavía no se sentían “condicionados” por lo que se les ordenó hacer o no hacer. “Sigo creyendo firmemente en el carácter sagrado del set o del espacio de los actores, y que nunca, nunca, se debe violar”, explicó. “Porque es nuestro, es la burbuja, y luego está el mundo exterior”, señaló.

 

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