En Nueva Orleans: así se usó el polémico reconocimiento facial secreto

La policía de Nueva Orleans implementó en secreto un software de reconocimiento facial. Esto se realizó con el motivo de vigilar a la población y detectar sospechosos de delitos. El proyecto fue usado para ayudar en la captura de los 10 prófugos de la cárcel en Louisiana la semana pasada. Cinco de ellos ya fueron recapturados.

Uso de reconocimiento facial en Nueva Orleans provoca dudas

La tecnología, que utiliza inteligencia artificial para escanear rostros en las calles, fue operada en conjunto con Project NOLA, una organización sin fines de lucro que mantiene una red privada de más de 200 cámaras.

Aunque la ley local restringe el uso de reconocimiento facial a investigaciones específicas de delitos violentos y exige validación en un centro estatal, la policía usó estas cámaras en decenas de arrestos sin reportarlo oficialmente. La falta de informes transparentes ha generado críticas sobre la posible violación de derechos civiles y la legalidad del programa, según una investigación de The Washington Post.

Reacción oficial y suspensión del programa

La superintendente Anne Kirkpatrick confirmó que el programa fue suspendido en abril para realizar una revisión interna y garantizar el cumplimiento de la ley, como indica el medio. Durante este proceso, las alertas automáticas de reconocimiento facial permanecen desactivadas.

La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) calificó esta práctica como una amenaza para la privacidad, y advierte que el reconocimiento facial puede ser usado para vigilar injustamente a comunidades marginadas, activistas e inmigrantes, sin la debida supervisión ni transparencia.

Sin embargo, la revisión de registros judiciales indica que la tecnología fue clave en decenas de arrestos no registrados oficialmente, por ejemplo, WDSU News confirmó que uno de los reclusos, Kendell Myles, fue arrestado por la policía estatal en el Barrio Francés con la ayuda de las cámaras de Project NOLA equipadas con software de reconocimiento facial.

Mientras tanto, el Project NOLA ha defendido su sistema, y señala Bryan Lagarde, director ejecutivo del programa, en una entrevista para Fox 8 que fue determinante para recapturar a los reclusos que escaparon de la prisión del estado. No obstante, el debate sobre el uso ético y legal de esta tecnología continúa en asenso en una ciudad históricamente marcada por tensiones entre las autoridades y las libertades civiles.

¿Cuál es el papel de Project NOLA en la seguridad pública?

Project NOLA opera más de 5,000 cámaras en Nueva Orleans, de las cuales más de 200 están equipadas con tecnología de reconocimiento facial. Estas cámaras son instaladas en propiedades privadas, como hogares y negocios, y están conectadas a un centro de monitoreo en tiempo real, como se confirmó en la entrevista para Fox 8.

El sistema utiliza inteligencia artificial para identificar rostros y enviar alertas automáticas a las autoridades cuando se detecta una coincidencia con una base de datos de personas buscadas.

Aunque Project NOLA no tiene un contrato formal con la ciudad, su red de cámaras ha sido utilizada por el Departamento de Policía de Nueva Orleans (NOPD) para monitorear y localizar sospechosos en tiempo real. Sin embargo, esta colaboración ha generado preocupaciones sobre la privacidad y la legalidad del uso de tecnología de reconocimiento facial sin supervisión pública adecuada, explica The Washington Post.

¿Cómo se financia Project NOLA?

Project NOLA se financia principalmente a través de donaciones privadas y contribuciones de la comunidad. La organización ofrece cámaras de vigilancia a precios subsidiados, inicia desde US$150, y servicios de grabación en la nube por tan solo US$15 al mes.

Estas tarifas asequibles han permitido la instalación de una amplia red de cámaras sin depender de fondos municipales o federales, como explican en su sitio oficial.

Además, colaboró con asociaciones comunitarias y propietarios de negocios para expandir su red de vigilancia, promueve así la participación ciudadana en la seguridad pública. Sin embargo, la falta de supervisión gubernamental directa ha suscitado debates sobre la transparencia y la rendición de cuentas en el uso de estas tecnologías.

La policía de Nueva Orleans implementó en secreto un software de reconocimiento facial. Esto se realizó con el motivo de vigilar a la población y detectar sospechosos de delitos. El proyecto fue usado para ayudar en la captura de los 10 prófugos de la cárcel en Louisiana la semana pasada. Cinco de ellos ya fueron recapturados.

Uso de reconocimiento facial en Nueva Orleans provoca dudas

La tecnología, que utiliza inteligencia artificial para escanear rostros en las calles, fue operada en conjunto con Project NOLA, una organización sin fines de lucro que mantiene una red privada de más de 200 cámaras.

Aunque la ley local restringe el uso de reconocimiento facial a investigaciones específicas de delitos violentos y exige validación en un centro estatal, la policía usó estas cámaras en decenas de arrestos sin reportarlo oficialmente. La falta de informes transparentes ha generado críticas sobre la posible violación de derechos civiles y la legalidad del programa, según una investigación de The Washington Post.

Reacción oficial y suspensión del programa

La superintendente Anne Kirkpatrick confirmó que el programa fue suspendido en abril para realizar una revisión interna y garantizar el cumplimiento de la ley, como indica el medio. Durante este proceso, las alertas automáticas de reconocimiento facial permanecen desactivadas.

La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) calificó esta práctica como una amenaza para la privacidad, y advierte que el reconocimiento facial puede ser usado para vigilar injustamente a comunidades marginadas, activistas e inmigrantes, sin la debida supervisión ni transparencia.

Sin embargo, la revisión de registros judiciales indica que la tecnología fue clave en decenas de arrestos no registrados oficialmente, por ejemplo, WDSU News confirmó que uno de los reclusos, Kendell Myles, fue arrestado por la policía estatal en el Barrio Francés con la ayuda de las cámaras de Project NOLA equipadas con software de reconocimiento facial.

Mientras tanto, el Project NOLA ha defendido su sistema, y señala Bryan Lagarde, director ejecutivo del programa, en una entrevista para Fox 8 que fue determinante para recapturar a los reclusos que escaparon de la prisión del estado. No obstante, el debate sobre el uso ético y legal de esta tecnología continúa en asenso en una ciudad históricamente marcada por tensiones entre las autoridades y las libertades civiles.

¿Cuál es el papel de Project NOLA en la seguridad pública?

Project NOLA opera más de 5,000 cámaras en Nueva Orleans, de las cuales más de 200 están equipadas con tecnología de reconocimiento facial. Estas cámaras son instaladas en propiedades privadas, como hogares y negocios, y están conectadas a un centro de monitoreo en tiempo real, como se confirmó en la entrevista para Fox 8.

El sistema utiliza inteligencia artificial para identificar rostros y enviar alertas automáticas a las autoridades cuando se detecta una coincidencia con una base de datos de personas buscadas.

Aunque Project NOLA no tiene un contrato formal con la ciudad, su red de cámaras ha sido utilizada por el Departamento de Policía de Nueva Orleans (NOPD) para monitorear y localizar sospechosos en tiempo real. Sin embargo, esta colaboración ha generado preocupaciones sobre la privacidad y la legalidad del uso de tecnología de reconocimiento facial sin supervisión pública adecuada, explica The Washington Post.

¿Cómo se financia Project NOLA?

Project NOLA se financia principalmente a través de donaciones privadas y contribuciones de la comunidad. La organización ofrece cámaras de vigilancia a precios subsidiados, inicia desde US$150, y servicios de grabación en la nube por tan solo US$15 al mes.

Estas tarifas asequibles han permitido la instalación de una amplia red de cámaras sin depender de fondos municipales o federales, como explican en su sitio oficial.

Además, colaboró con asociaciones comunitarias y propietarios de negocios para expandir su red de vigilancia, promueve así la participación ciudadana en la seguridad pública. Sin embargo, la falta de supervisión gubernamental directa ha suscitado debates sobre la transparencia y la rendición de cuentas en el uso de estas tecnologías.

 

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