CBP la detuvo tras llegar de un viaje a pesar de tener green card: así frenó su deportación

La filipina Lewelyn Dixon, que tiene green card hace 50 años, estuvo detenida en un centro del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE, por sus siglas en inglés) durante tres meses, tras regresar de un viaje desde su país de origen. Sin embargo, logró evitar la deportación al demostrar algo clave mientras comparecía ante la jueza migratoria.

Fue detenida por CPB a pesar de tener la green card

Dixon, de 64 años, fue detenida a finales de febrero por agentes de la Patrulla Fronteriza de EE.UU. (CBP, por sus siglas en inglés) en el Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma al regresar de un viaje de Filipinas, su país de origen. El domingo 2 de marzo, fue trasladada al Centro de Procesamiento del ICE del noroeste, lugar en el que estuvo arrestada hasta el 29 de mayo.

La mujer, que llegó a Estados Unidos a sus 14 años, es técnica de laboratorio en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington y posee la green card. Sin embargo, tiene antecedentes penales. Fue detenida por malversación de fondos en 2001, condenada a pasar 30 días en un centro de reinserción social y a pagar una multa de US$6400.

El abogado de Dixon, Benjamín Osorio, señaló que, si bien la mujer había viajado al extranjero con anterioridad sin problemas, su reciente vuelo a Filipinas activó su estatus de “inadmisible”, lo que llevó a su detención actual.

La declaración durante la audiencia que impidió su deportación

Al comparecer ante el tribunal de Tacoma, la migrante remarcó que tras pagar la multa y cumplir con su libertad condicional por el delito en 2001, no volvió a mirar hacia atrás, según informó Kuow. La mujer le explicó a la jueza Tammy Fitting que en aquel momento se había tentado al estar rodeada de mucho dinero y luego buscó una carrera que no implicara manipular plata, por lo que estudio medicina.

Además, Dixon le señaló a la magistrada que solo tiene parientes lejanos en Filipinas y que tendría grandes dificultades en caso de que la deportarán allí. “Aquí es donde crecí. Mi familia me necesita. Yo los necesito. Si me llevan, será devastador”, expresó.

Tras escuchar el testimonio, la jueza Fitting consideró que los factores favorables en el caso de Dixon superaban sus antecedentes penales y decidió otorgarle la libertad a Dixon y no deportarla.

La jueza remarcó que su decisión se debía a la intención de priorizar los vínculos de la migrante con la comunidad, al llevar cinco décadas como residente permanente legal en Estados Unidos, entre otros factores. Por parte del gobierno, las autoridades migratorias debieron no apelar a la decisión.

“Me siento aliviada, eufórica, feliz”, manifestó Dixon al salir de la sala del tribunal y recuperar su libertad. La migrante calificó los meses bajo custodia del ICE como “un infierno”.

¿Por qué no tiene ciudadanía estadounidense?

A pesar de haber vivido en Estados Unidos durante 50 años y ser elegible para la ciudadanía estadounidense, Lewelyn Dixon explicó que no solicitó el documento debido a que podría generar complicaciones con la herencia de unas tierras de cultivo en Filipinas, que su padre pretende dejarle.

La filipina Lewelyn Dixon, que tiene green card hace 50 años, estuvo detenida en un centro del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE, por sus siglas en inglés) durante tres meses, tras regresar de un viaje desde su país de origen. Sin embargo, logró evitar la deportación al demostrar algo clave mientras comparecía ante la jueza migratoria.

Fue detenida por CPB a pesar de tener la green card

Dixon, de 64 años, fue detenida a finales de febrero por agentes de la Patrulla Fronteriza de EE.UU. (CBP, por sus siglas en inglés) en el Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma al regresar de un viaje de Filipinas, su país de origen. El domingo 2 de marzo, fue trasladada al Centro de Procesamiento del ICE del noroeste, lugar en el que estuvo arrestada hasta el 29 de mayo.

La mujer, que llegó a Estados Unidos a sus 14 años, es técnica de laboratorio en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington y posee la green card. Sin embargo, tiene antecedentes penales. Fue detenida por malversación de fondos en 2001, condenada a pasar 30 días en un centro de reinserción social y a pagar una multa de US$6400.

El abogado de Dixon, Benjamín Osorio, señaló que, si bien la mujer había viajado al extranjero con anterioridad sin problemas, su reciente vuelo a Filipinas activó su estatus de “inadmisible”, lo que llevó a su detención actual.

La declaración durante la audiencia que impidió su deportación

Al comparecer ante el tribunal de Tacoma, la migrante remarcó que tras pagar la multa y cumplir con su libertad condicional por el delito en 2001, no volvió a mirar hacia atrás, según informó Kuow. La mujer le explicó a la jueza Tammy Fitting que en aquel momento se había tentado al estar rodeada de mucho dinero y luego buscó una carrera que no implicara manipular plata, por lo que estudio medicina.

Además, Dixon le señaló a la magistrada que solo tiene parientes lejanos en Filipinas y que tendría grandes dificultades en caso de que la deportarán allí. “Aquí es donde crecí. Mi familia me necesita. Yo los necesito. Si me llevan, será devastador”, expresó.

Tras escuchar el testimonio, la jueza Fitting consideró que los factores favorables en el caso de Dixon superaban sus antecedentes penales y decidió otorgarle la libertad a Dixon y no deportarla.

La jueza remarcó que su decisión se debía a la intención de priorizar los vínculos de la migrante con la comunidad, al llevar cinco décadas como residente permanente legal en Estados Unidos, entre otros factores. Por parte del gobierno, las autoridades migratorias debieron no apelar a la decisión.

“Me siento aliviada, eufórica, feliz”, manifestó Dixon al salir de la sala del tribunal y recuperar su libertad. La migrante calificó los meses bajo custodia del ICE como “un infierno”.

¿Por qué no tiene ciudadanía estadounidense?

A pesar de haber vivido en Estados Unidos durante 50 años y ser elegible para la ciudadanía estadounidense, Lewelyn Dixon explicó que no solicitó el documento debido a que podría generar complicaciones con la herencia de unas tierras de cultivo en Filipinas, que su padre pretende dejarle.

 

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