Cuando los detectives de la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina (PFA) llegaron a la casaquinta de Fátima, en Pilar, donde vivía con su madre, su hermana y sus sobrinas, Edgardo Coscia no se sorprendió. Tenía un pasado: hace casi 20 años habría abusado de una menor de edad cuando residía en Georgia, en los Estados Unidos, y trabajaba cuidando caballos. Ahora, tras su detención, se inicia el proceso de extradición. Antes de que le pusieran las esposas llegó a decir que no había hecho nada y que no tenía nada que ver con la acusación en su contra.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes de la PFA. La Justicia de los Estados Unidos requirió la extradición de Coscia, de 53 años, por el delito de abuso sexual agravado.
“Los ataques sexuales por los que está acusado Coscia habrían ocurrido en 2007 y 2008 en el estado de Georgia, cuando el sospechoso tenía una visa temporal de trabajo”, informaron las fuentes que trabajaron en la investigación.
El pedido para detener a Coscia llegó desde la oficina de Interpol en Washington.
“Para localizar al sospechoso se realizaron tareas investigativas y la compulsa de bases de datos de organismos públicos y privados, como el análisis de publicaciones en redes sociales e información suministrada por la Organización Internacional de Policía Criminal [por Interpol]”, dijeron fuentes de la PFA.
La información sobre el expediente judicial y otros datos sobre Coscia llegó a la Argentina por “conducto diplomático”.
El juicio por extradición quedó radicado en el Juzgado Federal de Campana, a cargo del juez federa Adrián González Charvay, quien en estos momentos es subrogado por su colega de Mercedes, Elpidio Portocarrero Tezanos Pinto.
“Se hicieron discretas diligencias investigativas que permitieron establecer un posible domicilio de interés en Fátima, en Pilar, donde el sospechoso vivía con su madre, hermana y sobrinas. El juez Portocarrero Tezanos Pinto ordenó un allanamiento para materializar el arresto del requerido”, explicaron fuentes que participaron de la investigación.
En la actualidad, según pudieron reconstruir los investigadores, Coscia trabajaba en una marmolería. “Ante el personal policial que lo detuvo, el sospechoso sostuvo que en los Estados Unidos trabajó como cuidador de caballos”, dijo un detective que participó de la detención.
Cuando los detectives de la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina (PFA) llegaron a la casaquinta de Fátima, en Pilar, donde vivía con su madre, su hermana y sus sobrinas, Edgardo Coscia no se sorprendió. Tenía un pasado: hace casi 20 años habría abusado de una menor de edad cuando residía en Georgia, en los Estados Unidos, y trabajaba cuidando caballos. Ahora, tras su detención, se inicia el proceso de extradición. Antes de que le pusieran las esposas llegó a decir que no había hecho nada y que no tenía nada que ver con la acusación en su contra.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes de la PFA. La Justicia de los Estados Unidos requirió la extradición de Coscia, de 53 años, por el delito de abuso sexual agravado.
“Los ataques sexuales por los que está acusado Coscia habrían ocurrido en 2007 y 2008 en el estado de Georgia, cuando el sospechoso tenía una visa temporal de trabajo”, informaron las fuentes que trabajaron en la investigación.
El pedido para detener a Coscia llegó desde la oficina de Interpol en Washington.
“Para localizar al sospechoso se realizaron tareas investigativas y la compulsa de bases de datos de organismos públicos y privados, como el análisis de publicaciones en redes sociales e información suministrada por la Organización Internacional de Policía Criminal [por Interpol]”, dijeron fuentes de la PFA.
La información sobre el expediente judicial y otros datos sobre Coscia llegó a la Argentina por “conducto diplomático”.
El juicio por extradición quedó radicado en el Juzgado Federal de Campana, a cargo del juez federa Adrián González Charvay, quien en estos momentos es subrogado por su colega de Mercedes, Elpidio Portocarrero Tezanos Pinto.
“Se hicieron discretas diligencias investigativas que permitieron establecer un posible domicilio de interés en Fátima, en Pilar, donde el sospechoso vivía con su madre, hermana y sobrinas. El juez Portocarrero Tezanos Pinto ordenó un allanamiento para materializar el arresto del requerido”, explicaron fuentes que participaron de la investigación.
En la actualidad, según pudieron reconstruir los investigadores, Coscia trabajaba en una marmolería. “Ante el personal policial que lo detuvo, el sospechoso sostuvo que en los Estados Unidos trabajó como cuidador de caballos”, dijo un detective que participó de la detención.