La NASA revela misteriosos detalles de las auroras de Júpiter: “No entendemos cómo sucede esto”

El telescopio espacial James Webb, operado por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) en colaboración con las agencias espaciales europea y canadiense, permitió captar con gran precisión fenómenos en Júpiter, el planeta más grande del sistema solar. Uno de los más destacados es el comportamiento de sus auroras, que, según recientes observaciones, son considerablemente más intensas, variables y complejas de lo que se creía.

Novedades sobre las auroras de Júpiter: los detalles de la investigación de la NASA

El estudio, liderado por el investigador Jonathan Nichols de la Universidad de Leicester en Reino Unido, se centró en el análisis de las auroras polares de Júpiter. Estas estructuras luminosas, similares en origen a las auroras boreales de la Tierra, presentan particularidades que amplían el entendimiento de la dinámica atmosférica y magnética del planeta.

“Queríamos ver qué tan rápido cambian las auroras, esperando que se desvanecieran lentamente, tal vez con una demora de un cuarto de hora, más o menos. En cambio, observamos toda la región auroral que burbujeaba y estallaba con luces, a veces variaban en segundos”, dijo Nichols en el artículo de la NASA.

Qué son las auroras jovianas de Júpiter y por qué son únicas

Las auroras de Júpiter se generan cuando partículas con carga eléctrica chocan con la atmósfera superior del planeta en zonas cercanas a sus polos magnéticos. Al igual que en la Tierra, estas suelen tener origen solar. Sin embargo, en este caso, existe una fuente adicional: su luna Ío, caracterizada por intensa actividad volcánica.

Ío libera constantemente material al espacio, y este es capturado por el fuerte campo magnético de Júpiter, que lo acelera a gran velocidad. Al impactar contra la atmósfera del planeta, ese flujo de partículas provoca la formación de auroras notablemente energéticas, hasta cientos de veces más potentes que las terrestres.

Lo que mostró el telescopio espacial James Webb: “No entendemos cómo sucede esto”

El 25 de diciembre de 2023, el telescopio James Webb utilizó su cámara de infrarrojo cercano (NIRCam) para capturar imágenes de las luces del norte del planeta. Uno de los elementos más detectables fue el catión trihidrógeno (H3+), una molécula iónica que se forma por la interacción entre electrones energéticos y el hidrógeno molecular, según explican en el estudio publicado por Nature.

Las nuevas imágenes permitieron observar cómo esta emisión cambia de forma repentina y con gran rapidez. Al mismo tiempo que se obtenían datos con James Webb, el telescopio espacial Hubble tomaba imágenes en el espectro ultravioleta. La intención era cruzar información entre las dos observaciones para comprender mejor los mecanismos que alimentan las auroras.

Uno de los hallazgos más llamativos fue la detección de emisiones infrarrojas que no tuvieron correspondencia alguna en las imágenes del Hubble. Esta discrepancia desconcertó al equipo científico.

“Nos topamos con emisiones muy brillantes en el infrarrojo, sin ninguna señal en el ultravioleta. Eso sugiere una combinación de partículas de energía inusualmente baja chocando contra la atmósfera, algo que hasta ahora no se creía posible. Todavía no entendemos cómo sucede esto”, afirmó Nichols.

Esta revelación pone en evidencia que las auroras jovianas no solo son más brillantes y duraderas que las terrestres, sino también más dinámicas. El equipo ya planea realizar nuevas observaciones que incluyan comparaciones con los datos de la misión Juno, la sonda espacial que orbita el planeta desde 2016.

Los pulsos, desplazamientos y las nuevas incógnitas sobre las auroras de Júpiter

Las imágenes obtenidas por la NASA revelaron también patrones de movimiento en las auroras. Se identificaron pulsos de luz que se desplazan hacia el este, así como estructuras que recorren el camino marcado por la influencia de Ío, conocido como la “huella de Ío”.

Estas pulsaciones abren una nueva línea de investigación sobre cómo interactúan las lunas de Júpiter con su campo magnético y qué papel juegan en los procesos de aceleración de partículas.

El telescopio James Webb, una herramienta clave en la exploración espacial

El telescopio James Webb fue lanzado al espacio el 25 de diciembre de 2021 y se encuentra ubicado en el punto L2 de Lagrange, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra. Desde esa ubicación, observa el universo en longitudes de onda infrarrojas con una precisión sin precedentes.

Su misión abarca desde el estudio de los orígenes del universo hasta la formación de planetas y sistemas solares. Las observaciones en Júpiter forman parte de su programa de monitoreo del sistema solar y buscan descifrar fenómenos que hasta ahora no habían sido completamente comprendidos.

El telescopio espacial James Webb, operado por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) en colaboración con las agencias espaciales europea y canadiense, permitió captar con gran precisión fenómenos en Júpiter, el planeta más grande del sistema solar. Uno de los más destacados es el comportamiento de sus auroras, que, según recientes observaciones, son considerablemente más intensas, variables y complejas de lo que se creía.

Novedades sobre las auroras de Júpiter: los detalles de la investigación de la NASA

El estudio, liderado por el investigador Jonathan Nichols de la Universidad de Leicester en Reino Unido, se centró en el análisis de las auroras polares de Júpiter. Estas estructuras luminosas, similares en origen a las auroras boreales de la Tierra, presentan particularidades que amplían el entendimiento de la dinámica atmosférica y magnética del planeta.

“Queríamos ver qué tan rápido cambian las auroras, esperando que se desvanecieran lentamente, tal vez con una demora de un cuarto de hora, más o menos. En cambio, observamos toda la región auroral que burbujeaba y estallaba con luces, a veces variaban en segundos”, dijo Nichols en el artículo de la NASA.

Qué son las auroras jovianas de Júpiter y por qué son únicas

Las auroras de Júpiter se generan cuando partículas con carga eléctrica chocan con la atmósfera superior del planeta en zonas cercanas a sus polos magnéticos. Al igual que en la Tierra, estas suelen tener origen solar. Sin embargo, en este caso, existe una fuente adicional: su luna Ío, caracterizada por intensa actividad volcánica.

Ío libera constantemente material al espacio, y este es capturado por el fuerte campo magnético de Júpiter, que lo acelera a gran velocidad. Al impactar contra la atmósfera del planeta, ese flujo de partículas provoca la formación de auroras notablemente energéticas, hasta cientos de veces más potentes que las terrestres.

Lo que mostró el telescopio espacial James Webb: “No entendemos cómo sucede esto”

El 25 de diciembre de 2023, el telescopio James Webb utilizó su cámara de infrarrojo cercano (NIRCam) para capturar imágenes de las luces del norte del planeta. Uno de los elementos más detectables fue el catión trihidrógeno (H3+), una molécula iónica que se forma por la interacción entre electrones energéticos y el hidrógeno molecular, según explican en el estudio publicado por Nature.

Las nuevas imágenes permitieron observar cómo esta emisión cambia de forma repentina y con gran rapidez. Al mismo tiempo que se obtenían datos con James Webb, el telescopio espacial Hubble tomaba imágenes en el espectro ultravioleta. La intención era cruzar información entre las dos observaciones para comprender mejor los mecanismos que alimentan las auroras.

Uno de los hallazgos más llamativos fue la detección de emisiones infrarrojas que no tuvieron correspondencia alguna en las imágenes del Hubble. Esta discrepancia desconcertó al equipo científico.

“Nos topamos con emisiones muy brillantes en el infrarrojo, sin ninguna señal en el ultravioleta. Eso sugiere una combinación de partículas de energía inusualmente baja chocando contra la atmósfera, algo que hasta ahora no se creía posible. Todavía no entendemos cómo sucede esto”, afirmó Nichols.

Esta revelación pone en evidencia que las auroras jovianas no solo son más brillantes y duraderas que las terrestres, sino también más dinámicas. El equipo ya planea realizar nuevas observaciones que incluyan comparaciones con los datos de la misión Juno, la sonda espacial que orbita el planeta desde 2016.

Los pulsos, desplazamientos y las nuevas incógnitas sobre las auroras de Júpiter

Las imágenes obtenidas por la NASA revelaron también patrones de movimiento en las auroras. Se identificaron pulsos de luz que se desplazan hacia el este, así como estructuras que recorren el camino marcado por la influencia de Ío, conocido como la “huella de Ío”.

Estas pulsaciones abren una nueva línea de investigación sobre cómo interactúan las lunas de Júpiter con su campo magnético y qué papel juegan en los procesos de aceleración de partículas.

El telescopio James Webb, una herramienta clave en la exploración espacial

El telescopio James Webb fue lanzado al espacio el 25 de diciembre de 2021 y se encuentra ubicado en el punto L2 de Lagrange, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra. Desde esa ubicación, observa el universo en longitudes de onda infrarrojas con una precisión sin precedentes.

Su misión abarca desde el estudio de los orígenes del universo hasta la formación de planetas y sistemas solares. Las observaciones en Júpiter forman parte de su programa de monitoreo del sistema solar y buscan descifrar fenómenos que hasta ahora no habían sido completamente comprendidos.

 

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