La nueva ley en California que impacta en las familias hispanas y genera rechazo: 2500 dólares de multa

Un nuevo proyecto de ley en California desató la polémica entre comunidades rurales y criadores de aves, especialmente dentro de la población hispana. La medida, que busca combatir la proliferación de criaderos clandestinos y el maltrato animal, provocó protestas y críticas por el modo en que afecta las tradiciones, el sustento y la vida cotidiana de muchas familias latinas.

Restricciones estrictas al cuidado de gallos en propiedades privadas

La ley AB 928 busca establecer nuevas limitaciones sobre la cantidad de gallos que una persona puede mantener en su propiedad. Esta normativa, que de ser aprobada comenzará a regir a partir del 1° de enero de 2027, introduce una serie de disposiciones detalladas sobre la cría de estas aves en California.

Según el texto, se prohíbe tener más de tres gallos por hectárea o más de 25 gallos en total, sin importar el tamaño del terreno. Además, impide mantenerlos encerrados o atados con elementos que restrinjan su movimiento, salvo en los casos expresamente autorizados.

Estas nuevas pautas nacieron como respuesta a la persistencia de las peleas de gallos en el estado, una práctica ilegal, pero aún frecuente, especialmente en zonas rurales. La ley recordó que las tres incautaciones más grandes de gallos utilizados para combates en todo Estados Unidos entre 2000 y 2024 ocurrieron en California.

Las autoridades estatales señalaron además que estas actividades están fuertemente ligadas a otros delitos:

Tráfico de drogas.Venta de armas ilegales.Violencia armada.Maltrato hacia personas y animales.

También destacaron los riesgos sanitarios de los criaderos masivos. La exposición de los gallos a aves silvestres y la falta de controles veterinarios provocaron brotes de enfermedades graves. En particular, se mencionó el caso de la gripe aviar H5N1, que desde su brote en 2022 causó más de 23 millones de muertes de aves comerciales y domésticas solo en California.

Multas y excepciones específicas ante la nueva ley en California

El incumplimiento de la ley acarreará sanciones económicas considerables. Las autoridades podrán aplicar multas de hasta 2500 dólares por cada infracción, y cada día en que se mantenga la violación contará como una falta independiente.

La ley contempló algunas excepciones para determinadas personas e instituciones, como:

Productores de aves para consumo alimenticio sujetos a inspecciones estatales o federales.Escuelas públicas o privadas registradas ante el Departamento de Educación.Refugios de animales administrados por el gobierno.Organizaciones sin fines de lucro dedicadas al bienestar animal.Proyectos educativos avalados por 4-H, FFA o State Grange.Criadores de aves para exhibiciones legales que cumplan una serie de requisitos estrictos.

Protestas y preocupación en comunidades hispanas

El tratamiento de esta normativa despertó el rechazo de decenas de familias, en su mayoría de origen latino, que se manifestaron frente al Capitolio estatal en Sacramento. La cadena Univision documentó la protesta, que incluyó carteles, discursos y un reclamo unificado contra lo que muchos consideran una criminalización de sus tradiciones.

Los manifestantes argumentaron que la crianza de gallos es una costumbre arraigada en sus culturas, no solo por el entretenimiento que representa en algunos países de origen, sino también como actividad económica y de crianza doméstica. Algunos se definieron como pequeños criadores que no tienen relación con las peleas ilegales ni con redes criminales.

Entre los puntos de conflicto más destacados mencionaron:

La dificultad de cumplir con el límite de tres gallos por hectárea, especialmente en viviendas modestas con terrenos pequeños.El impacto económico que tendrá la medida sobre quienes crían gallos para consumo, venta de huevos, reproducción o exhibiciones.El temor a ser sancionados o señalados por prácticas legales hasta ahora comunes en zonas rurales.

Una madre de familia, entrevistada por el medio citado, expresó: “Nos están tratando como criminales por tener animales que forman parte de nuestra vida diaria. No somos delincuentes, solo cuidamos a nuestros gallos como cualquier otra persona cría sus animales”.

Otros denunciaron que la ley no tomó en cuenta la realidad de muchas familias trabajadoras que dependen de estas actividades. Varios criadores insistieron en que sus aves viven en condiciones seguras y limpias, y que esta norma generaliza y castiga a todos por igual, sin distinguir entre quienes cometen delitos y quienes no.

Un nuevo proyecto de ley en California desató la polémica entre comunidades rurales y criadores de aves, especialmente dentro de la población hispana. La medida, que busca combatir la proliferación de criaderos clandestinos y el maltrato animal, provocó protestas y críticas por el modo en que afecta las tradiciones, el sustento y la vida cotidiana de muchas familias latinas.

Restricciones estrictas al cuidado de gallos en propiedades privadas

La ley AB 928 busca establecer nuevas limitaciones sobre la cantidad de gallos que una persona puede mantener en su propiedad. Esta normativa, que de ser aprobada comenzará a regir a partir del 1° de enero de 2027, introduce una serie de disposiciones detalladas sobre la cría de estas aves en California.

Según el texto, se prohíbe tener más de tres gallos por hectárea o más de 25 gallos en total, sin importar el tamaño del terreno. Además, impide mantenerlos encerrados o atados con elementos que restrinjan su movimiento, salvo en los casos expresamente autorizados.

Estas nuevas pautas nacieron como respuesta a la persistencia de las peleas de gallos en el estado, una práctica ilegal, pero aún frecuente, especialmente en zonas rurales. La ley recordó que las tres incautaciones más grandes de gallos utilizados para combates en todo Estados Unidos entre 2000 y 2024 ocurrieron en California.

Las autoridades estatales señalaron además que estas actividades están fuertemente ligadas a otros delitos:

Tráfico de drogas.Venta de armas ilegales.Violencia armada.Maltrato hacia personas y animales.

También destacaron los riesgos sanitarios de los criaderos masivos. La exposición de los gallos a aves silvestres y la falta de controles veterinarios provocaron brotes de enfermedades graves. En particular, se mencionó el caso de la gripe aviar H5N1, que desde su brote en 2022 causó más de 23 millones de muertes de aves comerciales y domésticas solo en California.

Multas y excepciones específicas ante la nueva ley en California

El incumplimiento de la ley acarreará sanciones económicas considerables. Las autoridades podrán aplicar multas de hasta 2500 dólares por cada infracción, y cada día en que se mantenga la violación contará como una falta independiente.

La ley contempló algunas excepciones para determinadas personas e instituciones, como:

Productores de aves para consumo alimenticio sujetos a inspecciones estatales o federales.Escuelas públicas o privadas registradas ante el Departamento de Educación.Refugios de animales administrados por el gobierno.Organizaciones sin fines de lucro dedicadas al bienestar animal.Proyectos educativos avalados por 4-H, FFA o State Grange.Criadores de aves para exhibiciones legales que cumplan una serie de requisitos estrictos.

Protestas y preocupación en comunidades hispanas

El tratamiento de esta normativa despertó el rechazo de decenas de familias, en su mayoría de origen latino, que se manifestaron frente al Capitolio estatal en Sacramento. La cadena Univision documentó la protesta, que incluyó carteles, discursos y un reclamo unificado contra lo que muchos consideran una criminalización de sus tradiciones.

Los manifestantes argumentaron que la crianza de gallos es una costumbre arraigada en sus culturas, no solo por el entretenimiento que representa en algunos países de origen, sino también como actividad económica y de crianza doméstica. Algunos se definieron como pequeños criadores que no tienen relación con las peleas ilegales ni con redes criminales.

Entre los puntos de conflicto más destacados mencionaron:

La dificultad de cumplir con el límite de tres gallos por hectárea, especialmente en viviendas modestas con terrenos pequeños.El impacto económico que tendrá la medida sobre quienes crían gallos para consumo, venta de huevos, reproducción o exhibiciones.El temor a ser sancionados o señalados por prácticas legales hasta ahora comunes en zonas rurales.

Una madre de familia, entrevistada por el medio citado, expresó: “Nos están tratando como criminales por tener animales que forman parte de nuestra vida diaria. No somos delincuentes, solo cuidamos a nuestros gallos como cualquier otra persona cría sus animales”.

Otros denunciaron que la ley no tomó en cuenta la realidad de muchas familias trabajadoras que dependen de estas actividades. Varios criadores insistieron en que sus aves viven en condiciones seguras y limpias, y que esta norma generaliza y castiga a todos por igual, sin distinguir entre quienes cometen delitos y quienes no.

 

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