¿Qué es un embarazo ectópico? El cuadro que llevó a María Becerra a ser internada de urgencia

La cantante María Becerra, de 25 años, atraviesa un momento delicado de salud luego de que su familia confirmara que volvió a atravesar un embarazo ectópico, que derivó en una hemorragia interna con riesgo de vida. Actualmente, permanece internada en la Clínica Zabala, en el barrio porteño de Belgrano, tras haber sido operada de urgencia por un shock hipovolémico, con fuertes dolores abdominales y sangrado interno.

Según trascendió, la joven se encuentra momentáneamente fuera de peligro, y se espera el resultado de nuevas ecografías y análisis de sangre para monitorear su evolución luego de la intervención quirúrgica.

Desde la cuenta de Instagram de la cantante se difundió un comunicado. “Con el respeto que merece esta situación y agradeciendo profundamente el cariño que tantas personas han brindado siempre a Mari y Juli, queremos compartir un momento muy delicado que ha sucedido en las últimas horas”, comienza el mensaje.

“Mari volvió a atravesar un embarazo ectópico que derivó en una hemorragia interna con riesgo de vida. Gracias a la rápida intervención de Juli, del equipo médico y del entorno que los acompaña, se logró actuar a tiempo”, agrega el texto.

El cuadro

Josefina Romero, médica del servicio de obstetricia del Hospital Alemán, explica que el embarazo ectópico es aquel que se desarrolla fuera del útero, siendo la trompa de Falopio el sitio más común, aunque no el único. Por supuesto, la experta aclara que no conoce el caso de la cantante, sino que esta es una respuesta a LA NACIÓN sobre el cuadro médico en general.

“Puede ocurrir en otros sectores de la pelvis o del abdomen. Siempre hablamos de la trompa porque es el lugar más frecuente, pero no es el único posible”, advierte.

Este tipo de embarazos no son frecuentes, pero sí son una de las principales causas de complicaciones graves en el primer trimestre de gestación. Representan aproximadamente entre el 1% y el 2% de todos los embarazos, según datos de la Mayo Clinic y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC)

Uno de los desafíos más importantes es que, en etapas iniciales, muchas pacientes no presentan síntomas. “En muchos casos, el embarazo ectópico es asintomático. El diagnóstico lo hacemos con laboratorio y ecografía: pedimos la hormona del embarazo y, si no se observa un saco dentro del útero, lo buscamos por fuera”, señala la especialista. A veces, se necesitan controles seriados y varias ecografías para confirmarlo.

Señales de alerta

Sin embargo, en algunos casos pueden aparecer señales de alerta como sangrado vaginal y dolor abdominal. “Ese dolor suele ser leve, salvo que el embarazo ectópico se complique, por ejemplo, si la trompa se rompe al no poder alojar el saco. Ahí puede haber sangrado interno, que descompensa a la paciente y genera un dolor mucho más fuerte. En esos casos, suelen consultar directamente en la guardia”, detalla Romero.

Sobre los factores de riesgo, la médica explica que tienen que ver con alteraciones en el funcionamiento de las trompas. “El cigarrillo, por ejemplo, afecta el movimiento de la trompa. También haber tenido infecciones pélvicas, enfermedades inflamatorias, cirugías previas, tratamientos de fertilidad o un embarazo ectópico anterior. Incluso quedar embarazada usando un DIU puede aumentar el riesgo”, enumera.

Las complicaciones pueden ser graves, además de que estos embarazos no son viables. “La peor es la rotura de la trompa. Cuando eso pasa, se genera un sangrado interno que puede acumularse en el abdomen y llevar a una descompensación hemodinámica. Las pacientes llegan con dolor, mareos, vómitos, hipotensión. En esos casos, lo prioritario es frenar el sangrado y estabilizar a la paciente”, subraya la experta.

Respecto al tratamiento, hay dos alternativas principales: una médica y otra quirúrgica. “El tratamiento médico se hace con una medicación llamada metotrexato, pero no todas las pacientes son candidatas: el embarazo debe ser pequeño, con baja hormona en sangre. Como no siempre se cumplen los requisitos, muchas veces terminamos haciendo cirugía laparoscópica”, indica. En estos casos, se realiza una salpingectomía, es decir, se extrae la trompa afectada. “Antes intentábamos conservar la trompa, pero si ya está dañada, hoy preferimos retirarla para evitar complicaciones futuras”, agrega.

En cuanto a la fertilidad posterior, Romero explica que dependerá del tratamiento realizado y del estado de la trompa restante. “Si se hace tratamiento médico y el saco se reabsorbe, la paciente conserva ambas trompas, aunque puede volver a tener un embarazo ectópico. Si se extirpa una trompa, puede quedar embarazada con la otra, pero si esa también está comprometida, por infecciones previas o por el cigarrillo, el riesgo aumenta”, explica.

Por último, la especialista señala que en el Hospital Alemán buscan detectar el embarazo ectópico en etapas muy tempranas, lo que mejora el pronóstico. “Las pacientes vienen a las cuatro semanas y eso permite un diagnóstico precoz y un seguimiento más sencillo. Pero en general, en muchos lugares, el diagnóstico se hace recién cuando aparecen los síntomas: sangrado y dolor”, concluye.

La cantante María Becerra, de 25 años, atraviesa un momento delicado de salud luego de que su familia confirmara que volvió a atravesar un embarazo ectópico, que derivó en una hemorragia interna con riesgo de vida. Actualmente, permanece internada en la Clínica Zabala, en el barrio porteño de Belgrano, tras haber sido operada de urgencia por un shock hipovolémico, con fuertes dolores abdominales y sangrado interno.

Según trascendió, la joven se encuentra momentáneamente fuera de peligro, y se espera el resultado de nuevas ecografías y análisis de sangre para monitorear su evolución luego de la intervención quirúrgica.

Desde la cuenta de Instagram de la cantante se difundió un comunicado. “Con el respeto que merece esta situación y agradeciendo profundamente el cariño que tantas personas han brindado siempre a Mari y Juli, queremos compartir un momento muy delicado que ha sucedido en las últimas horas”, comienza el mensaje.

“Mari volvió a atravesar un embarazo ectópico que derivó en una hemorragia interna con riesgo de vida. Gracias a la rápida intervención de Juli, del equipo médico y del entorno que los acompaña, se logró actuar a tiempo”, agrega el texto.

El cuadro

Josefina Romero, médica del servicio de obstetricia del Hospital Alemán, explica que el embarazo ectópico es aquel que se desarrolla fuera del útero, siendo la trompa de Falopio el sitio más común, aunque no el único. Por supuesto, la experta aclara que no conoce el caso de la cantante, sino que esta es una respuesta a LA NACIÓN sobre el cuadro médico en general.

“Puede ocurrir en otros sectores de la pelvis o del abdomen. Siempre hablamos de la trompa porque es el lugar más frecuente, pero no es el único posible”, advierte.

Este tipo de embarazos no son frecuentes, pero sí son una de las principales causas de complicaciones graves en el primer trimestre de gestación. Representan aproximadamente entre el 1% y el 2% de todos los embarazos, según datos de la Mayo Clinic y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC)

Uno de los desafíos más importantes es que, en etapas iniciales, muchas pacientes no presentan síntomas. “En muchos casos, el embarazo ectópico es asintomático. El diagnóstico lo hacemos con laboratorio y ecografía: pedimos la hormona del embarazo y, si no se observa un saco dentro del útero, lo buscamos por fuera”, señala la especialista. A veces, se necesitan controles seriados y varias ecografías para confirmarlo.

Señales de alerta

Sin embargo, en algunos casos pueden aparecer señales de alerta como sangrado vaginal y dolor abdominal. “Ese dolor suele ser leve, salvo que el embarazo ectópico se complique, por ejemplo, si la trompa se rompe al no poder alojar el saco. Ahí puede haber sangrado interno, que descompensa a la paciente y genera un dolor mucho más fuerte. En esos casos, suelen consultar directamente en la guardia”, detalla Romero.

Sobre los factores de riesgo, la médica explica que tienen que ver con alteraciones en el funcionamiento de las trompas. “El cigarrillo, por ejemplo, afecta el movimiento de la trompa. También haber tenido infecciones pélvicas, enfermedades inflamatorias, cirugías previas, tratamientos de fertilidad o un embarazo ectópico anterior. Incluso quedar embarazada usando un DIU puede aumentar el riesgo”, enumera.

Las complicaciones pueden ser graves, además de que estos embarazos no son viables. “La peor es la rotura de la trompa. Cuando eso pasa, se genera un sangrado interno que puede acumularse en el abdomen y llevar a una descompensación hemodinámica. Las pacientes llegan con dolor, mareos, vómitos, hipotensión. En esos casos, lo prioritario es frenar el sangrado y estabilizar a la paciente”, subraya la experta.

Respecto al tratamiento, hay dos alternativas principales: una médica y otra quirúrgica. “El tratamiento médico se hace con una medicación llamada metotrexato, pero no todas las pacientes son candidatas: el embarazo debe ser pequeño, con baja hormona en sangre. Como no siempre se cumplen los requisitos, muchas veces terminamos haciendo cirugía laparoscópica”, indica. En estos casos, se realiza una salpingectomía, es decir, se extrae la trompa afectada. “Antes intentábamos conservar la trompa, pero si ya está dañada, hoy preferimos retirarla para evitar complicaciones futuras”, agrega.

En cuanto a la fertilidad posterior, Romero explica que dependerá del tratamiento realizado y del estado de la trompa restante. “Si se hace tratamiento médico y el saco se reabsorbe, la paciente conserva ambas trompas, aunque puede volver a tener un embarazo ectópico. Si se extirpa una trompa, puede quedar embarazada con la otra, pero si esa también está comprometida, por infecciones previas o por el cigarrillo, el riesgo aumenta”, explica.

Por último, la especialista señala que en el Hospital Alemán buscan detectar el embarazo ectópico en etapas muy tempranas, lo que mejora el pronóstico. “Las pacientes vienen a las cuatro semanas y eso permite un diagnóstico precoz y un seguimiento más sencillo. Pero en general, en muchos lugares, el diagnóstico se hace recién cuando aparecen los síntomas: sangrado y dolor”, concluye.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *