Mientras la suerte del concurso de acreedores de la cerealera Vicentin se define en la Justicia de Santa Fe y cuatro exdirectivos de la firma están en prisión, acusados de maniobras fraudulentas, un exejecutivo de un banco internacional especializado en agronegocios le pidió al presidente Javier Milei que la causa “no se convierta en un símbolo de injusticia”.
En la red social X, el exdirector de Rabobank Argentina, Gert-Jan Mulder, expresó su preocupación por el rumbo judicial que ha tomado el caso Vicentin, en particular por la detención preventiva de Roberto Gazze, uno de los exdirectivos de la empresa y amigo personal del banquero desde hace más de tres décadas.
“Conozco a Roberto como un hombre íntegro, dedicado y trabajador. Durante muchos años colaboramos desde el sector financiero, y fui testigo del crecimiento extraordinario de Vicentin: de una empresa con ingresos por 300 millones de dólares a una agroindustria de más de 4000 millones”, señaló.
Mulder destacó que Vicentin fue durante casi un siglo un ejemplo del espíritu emprendedor argentino y logró posicionarse como líder en la industrialización de soja al competir con multinacionales de primer nivel, en un contexto local marcado por la inestabilidad política y la inflación crónica. Según consideró, “ese crecimiento fue posible gracias al esfuerzo empresarial, pero también al acceso a financiamiento responsable de entidades internacionales como la Corporación Financiera Internacional, del Banco Mundial, el Rabobank y diversos bancos locales”.
El exejecutivo reconoció que “ahora, ese legado empresarial se encuentra en entredicho” y añadió: “si bien no me corresponde afirmar inocencia ni culpabilidad -eso le incumbe a la Justicia-, si me preocupa profundamente el procedimiento aplicado. La detención preventiva por 120 días de Gazze y otros tres exdirectivos despierta dudas legítimas sobre la equidad del proceso”
Según Mulder, las acusaciones por desvío de fondos deben ser evaluadas con objetividad, en un contexto que también incluye intentos de la empresa por preservar activos productivos, mantener el empleo y ofrecer alternativas a sus acreedores. A su entender, en un país que necesita atraer inversiones y recuperar la confianza, el respeto por el debido proceso y la seguridad jurídica resultan fundamentales.
“Hay una delgada línea entre el fraude y el fracaso empresarial, y el riesgo de criminalizar la gestión empresarial es real y peligroso”, advirtió. Y agregó que las crisis no se resuelven buscando culpables a cualquier costo, sino con reglas claras y procedimientos justos.
En la exhortación al presidente Milei, Mulder destacó que apoya “ su objetivo de establecer la libertad económica y el orden institucional” y reclamó “que este caso no se transforme en un símbolo de arbitrariedad”. Afirmó que el país necesita no solo una Justicia eficaz contra el delito, sino también una que sea cuidadosa con el honor y respetuosa de los principios básicos del derecho.
“Roberto Gazze y sus colegas merecen ser escuchados, no condenados por anticipado”, concluyó.
Mientras la suerte del concurso de acreedores de la cerealera Vicentin se define en la Justicia de Santa Fe y cuatro exdirectivos de la firma están en prisión, acusados de maniobras fraudulentas, un exejecutivo de un banco internacional especializado en agronegocios le pidió al presidente Javier Milei que la causa “no se convierta en un símbolo de injusticia”.
En la red social X, el exdirector de Rabobank Argentina, Gert-Jan Mulder, expresó su preocupación por el rumbo judicial que ha tomado el caso Vicentin, en particular por la detención preventiva de Roberto Gazze, uno de los exdirectivos de la empresa y amigo personal del banquero desde hace más de tres décadas.
“Conozco a Roberto como un hombre íntegro, dedicado y trabajador. Durante muchos años colaboramos desde el sector financiero, y fui testigo del crecimiento extraordinario de Vicentin: de una empresa con ingresos por 300 millones de dólares a una agroindustria de más de 4000 millones”, señaló.
Mulder destacó que Vicentin fue durante casi un siglo un ejemplo del espíritu emprendedor argentino y logró posicionarse como líder en la industrialización de soja al competir con multinacionales de primer nivel, en un contexto local marcado por la inestabilidad política y la inflación crónica. Según consideró, “ese crecimiento fue posible gracias al esfuerzo empresarial, pero también al acceso a financiamiento responsable de entidades internacionales como la Corporación Financiera Internacional, del Banco Mundial, el Rabobank y diversos bancos locales”.
El exejecutivo reconoció que “ahora, ese legado empresarial se encuentra en entredicho” y añadió: “si bien no me corresponde afirmar inocencia ni culpabilidad -eso le incumbe a la Justicia-, si me preocupa profundamente el procedimiento aplicado. La detención preventiva por 120 días de Gazze y otros tres exdirectivos despierta dudas legítimas sobre la equidad del proceso”
Según Mulder, las acusaciones por desvío de fondos deben ser evaluadas con objetividad, en un contexto que también incluye intentos de la empresa por preservar activos productivos, mantener el empleo y ofrecer alternativas a sus acreedores. A su entender, en un país que necesita atraer inversiones y recuperar la confianza, el respeto por el debido proceso y la seguridad jurídica resultan fundamentales.
“Hay una delgada línea entre el fraude y el fracaso empresarial, y el riesgo de criminalizar la gestión empresarial es real y peligroso”, advirtió. Y agregó que las crisis no se resuelven buscando culpables a cualquier costo, sino con reglas claras y procedimientos justos.
En la exhortación al presidente Milei, Mulder destacó que apoya “ su objetivo de establecer la libertad económica y el orden institucional” y reclamó “que este caso no se transforme en un símbolo de arbitrariedad”. Afirmó que el país necesita no solo una Justicia eficaz contra el delito, sino también una que sea cuidadosa con el honor y respetuosa de los principios básicos del derecho.
“Roberto Gazze y sus colegas merecen ser escuchados, no condenados por anticipado”, concluyó.