Vendían Arepas en la calle, decidieron emprender y ahora son referencia de la comida venezolana en Chicago

Los venezolanos María Eugenia Uzcátegui y Kharim Rincon vendían arepas en la calle y lograron convertirse en referentes de la comida de su tierra con tres restaurantes en Chicago, Illinois. De qué se trata el emprendimiento Rica Arepa que representa a Venezuela en Estados Unidos.

Emigraron sin saber inglés y hoy son referentes de la gastronomía venezolana en Chicago

La pareja llegó a Miami en septiembre de 2014. Ambos emigraron sin un plan concreto y sin saber inglés. “Yo era estudiante de derecho en Venezuela antes de venir a Chicago, no hablaba nada de inglés”, contó Uzcátegui en una entrevista para La Patilla, donde comentó que comenzó su vida laboral como mesera en un restaurante.

Junto a Rincón, que en aquel momento era su novio, tomaron cursos gratuitos de idiomas en el Miami Dade College. Asistían en el horario nocturno, después de trabajar.

La venezolana recordó: “Era ese desafío, en la mañana y tarde trabajar superfuerte y llegar en la noche acabados a entrar en un curso a aprender un idioma nuevo. Cuesta bastante cuando no tienes una base. Pero poco a poco fuimos trabajando, estudiando, mejorando, practicando nuestro inglés y gracias a Dios pudimos avanzar bastante en eso”.

La idea de vender arepas en la calle comenzó con el hermano de María Eugenia. Luego, se unieron ella, su madre y su esposo. Empezaron en el área oeste de Chicago, cerca de donde vivían.

Ante el éxito, la pareja decidió abrir su primer local en noviembre de 2017. “Nosotros realmente vimos la oportunidad, no hicimos ningún plan de negocio, ni nada, Dios nos acompañó en todo momento”, contó sobre el salto que dieron.

Se presentaban, de acuerdo al eslogan, como “un rinconcito de Venezuela”. Así, Rica Arepa se convirtió en el local gastronómico ideal para venezolanos y hasta latinos que extrañaban disfrutar de sus comidas típicas, pero además se consolidó como un lugar para que los estadounidenses descubrieran nuevos sabores. Luego inauguraron el segundo y el tercer local.

“Cuando abrimos el segundo, había una estructura, había procesos, un plan, ya estaba todo más estructurado porque se sabía más o menos qué queríamos. Se entendía cómo era la dinámica de un negocio, y más un negocio de comida”, señaló Uzcátegui.

El tercer local, que abrió sus puertas en octubre del año pasado, tiene una identidad diferente, más sofisticada y neutral. “Queríamos atraer a esa clientela de otras nacionalidades que se sintiera recibida en nuestros negocios”, apuntó la venezolana.

Rica Arepa se volvió un negocio familiar y exitoso

Los locales comenzaron como un emprendimiento de la pareja, pero luego se sumó la familia. “Mi hermano se encarga de una parte, mi esposo de otra, yo de otra. Hacemos un buen equipo en donde cada quien asume sus funciones y las ejecuta como es”, explicó María Eugenia.

Además, mencionó que su madre tiene también un rol pequeño, pero clave: “Ella se dedica solo a sus tequeños”.

Esfuerzo: el ingrediente clave de la pareja venezolana

Con una carta que cuenta con parrillas tradicionales -con yuca frita, ensalada rallada y guasacaca-, las empanadas estilo margariteñas y las cruciales arepas, los venezolanos conquistaron a diversos comensales.

La clave la encuentran en el trabajo constante. “Dios siempre nos ha acompañado, siempre estamos superagradecidos, y damos gracias por todas sus bendiciones, pero también ponemos de nuestra parte, trabajando fuertemente para que las cosas se den de la mano, una cosa de la otra”, remarcó María Eugenia.

Más allá de llevar la comida venezolana al territorio estadounidense, buscan ser como un espacio cómodo y acogedor para los norteamericanos. “Dejamos en alto ese detalle, el cuidado por las cosas, que los platos estuvieran bien presentados, pero que el local sea ameno, de que todos se sientan bienvenidos, tratando de incluir a los estadounidenses y siendo respetuosos de lo que son, de la cultura de acá, que la comida sea rica y siga manteniendo su esencia criolla”, destacó.

Los venezolanos María Eugenia Uzcátegui y Kharim Rincon vendían arepas en la calle y lograron convertirse en referentes de la comida de su tierra con tres restaurantes en Chicago, Illinois. De qué se trata el emprendimiento Rica Arepa que representa a Venezuela en Estados Unidos.

Emigraron sin saber inglés y hoy son referentes de la gastronomía venezolana en Chicago

La pareja llegó a Miami en septiembre de 2014. Ambos emigraron sin un plan concreto y sin saber inglés. “Yo era estudiante de derecho en Venezuela antes de venir a Chicago, no hablaba nada de inglés”, contó Uzcátegui en una entrevista para La Patilla, donde comentó que comenzó su vida laboral como mesera en un restaurante.

Junto a Rincón, que en aquel momento era su novio, tomaron cursos gratuitos de idiomas en el Miami Dade College. Asistían en el horario nocturno, después de trabajar.

La venezolana recordó: “Era ese desafío, en la mañana y tarde trabajar superfuerte y llegar en la noche acabados a entrar en un curso a aprender un idioma nuevo. Cuesta bastante cuando no tienes una base. Pero poco a poco fuimos trabajando, estudiando, mejorando, practicando nuestro inglés y gracias a Dios pudimos avanzar bastante en eso”.

La idea de vender arepas en la calle comenzó con el hermano de María Eugenia. Luego, se unieron ella, su madre y su esposo. Empezaron en el área oeste de Chicago, cerca de donde vivían.

Ante el éxito, la pareja decidió abrir su primer local en noviembre de 2017. “Nosotros realmente vimos la oportunidad, no hicimos ningún plan de negocio, ni nada, Dios nos acompañó en todo momento”, contó sobre el salto que dieron.

Se presentaban, de acuerdo al eslogan, como “un rinconcito de Venezuela”. Así, Rica Arepa se convirtió en el local gastronómico ideal para venezolanos y hasta latinos que extrañaban disfrutar de sus comidas típicas, pero además se consolidó como un lugar para que los estadounidenses descubrieran nuevos sabores. Luego inauguraron el segundo y el tercer local.

“Cuando abrimos el segundo, había una estructura, había procesos, un plan, ya estaba todo más estructurado porque se sabía más o menos qué queríamos. Se entendía cómo era la dinámica de un negocio, y más un negocio de comida”, señaló Uzcátegui.

El tercer local, que abrió sus puertas en octubre del año pasado, tiene una identidad diferente, más sofisticada y neutral. “Queríamos atraer a esa clientela de otras nacionalidades que se sintiera recibida en nuestros negocios”, apuntó la venezolana.

Rica Arepa se volvió un negocio familiar y exitoso

Los locales comenzaron como un emprendimiento de la pareja, pero luego se sumó la familia. “Mi hermano se encarga de una parte, mi esposo de otra, yo de otra. Hacemos un buen equipo en donde cada quien asume sus funciones y las ejecuta como es”, explicó María Eugenia.

Además, mencionó que su madre tiene también un rol pequeño, pero clave: “Ella se dedica solo a sus tequeños”.

Esfuerzo: el ingrediente clave de la pareja venezolana

Con una carta que cuenta con parrillas tradicionales -con yuca frita, ensalada rallada y guasacaca-, las empanadas estilo margariteñas y las cruciales arepas, los venezolanos conquistaron a diversos comensales.

La clave la encuentran en el trabajo constante. “Dios siempre nos ha acompañado, siempre estamos superagradecidos, y damos gracias por todas sus bendiciones, pero también ponemos de nuestra parte, trabajando fuertemente para que las cosas se den de la mano, una cosa de la otra”, remarcó María Eugenia.

Más allá de llevar la comida venezolana al territorio estadounidense, buscan ser como un espacio cómodo y acogedor para los norteamericanos. “Dejamos en alto ese detalle, el cuidado por las cosas, que los platos estuvieran bien presentados, pero que el local sea ameno, de que todos se sientan bienvenidos, tratando de incluir a los estadounidenses y siendo respetuosos de lo que son, de la cultura de acá, que la comida sea rica y siga manteniendo su esencia criolla”, destacó.

 

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