En el estado de Nuevo México, el inicio de la primavera no solo trae consigo jornadas más largas y cielos despejados, también marca el periodo en que los escorpiones incrementan su presencia en zonas habitadas, atraídos por la frescura, la humedad y la disponibilidad de alimento. Identificar sus patrones de movimiento y aplicar métodos preventivos resulta clave para mantener un entorno doméstico protegido.
Los alacranes reaparecen en Nuevo México: cómo protegerse
En Nuevo México, la presencia de escorpiones se intensifica desde la primavera hasta los primeros días del otoño. El aumento de las temperaturas impulsa su actividad, en especial durante los meses de mayo, junio y julio. Las condiciones climáticas favorables estimulan su desplazamiento, ya que salen de sus refugios invernales en busca de alimento y para cumplir su ciclo reproductivo.
El clima árido del suroeste estadounidense, particularmente en esta región, ofrece un ecosistema propicio para estos arácnidos. Las altas temperaturas junto a las zonas rocosas y desérticas facilitan su reproducción. A ello se suma el crecimiento de áreas urbanas en terrenos rurales, lo que genera un incremento en los encuentros entre escorpiones y personas dentro de sus hogares o jardines.
Zonas habituales donde se ocultan los escorpiones
Durante esta época, estos animales eligen espacios frescos, oscuros y con niveles de humedad elevados. Dentro de las viviendas, suelen aparecer en rincones con escasa iluminación como sótanos, armarios o detrás de muebles inmóviles por largos periodos. También pueden alojarse en el interior de calzado, por lo que conviene inspeccionar cuidadosamente antes de ponerse los zapatos, sobre todo si estuvieron guardados por un tiempo prolongado.
En los exteriores, prefieren jardines con elementos como piedras, macetas, troncos o acumulaciones de hojas. Estos objetos les ofrecen sombra y condiciones adecuadas para capturar pequeños insectos. Las grietas en paredes, pisos y techos constituyen rutas comunes para su ingreso al interior de las casas.
Entre los sitios más habituales se encuentran cocinas y baños. Las instalaciones hidráulicas y áreas cercanas a fuentes de agua les proporcionan humedad constante. A su vez, estos ambientes suelen tener conexiones con el exterior, lo cual permite su entrada a través de desagües o conductos de ventilación.
Consejos para evitar un encuentro con escorpiones
Minimizar el riesgo de encuentros requiere:
Mantener cerradas todas las posibles aberturas en puertas, ventanas y paredes.Colocar mallas metálicas en los sistemas de ventilación y en los desagües. Limpiar el jardín, para eliminar restos de madera o acumulaciones de vegetación.
Durante la noche, la luz ultravioleta facilita su localización, ya que estos arácnidos emiten un resplandor característico. Además, los aceites esenciales de canela o lavanda funcionan como repelentes naturales, eficaces si se aplican en esquinas o marcos de ventanas. Otra medida preventiva consiste en evitar caminar descalzo, especialmente en lugares donde su presencia fue documentada.
¿Qué hacer en caso de sufrir una picadura?
Si se es picado por un alacrán, lo fundamental es conservar la calma. Se recomienda lavar la zona afectada con agua y jabón, además de aplicar compresas frías para aliviar el dolor y controlar la inflamación. No deben realizarse cortes, succionar el veneno ni utilizar hielo directamente sobre la piel.
Cuando los efectos resultan leves, las manifestaciones incluyen dolor localizado, adormecimiento o ardor. Sin embargo, si se presentan dificultades respiratorias, náuseas, convulsiones o taquicardia, se impone la necesidad de acudir de inmediato a un centro médico. Estos síntomas reflejan una reacción grave al veneno, más común en pacientes pediátricos y personas mayores.
En Nuevo México, se puede contactar a emergencias mediante el 911. También es recomendable tener a mano el número del centro de control de intoxicaciones: 1-800-222-1222. En los hospitales, el tratamiento puede contemplar analgésicos, sedantes o antídotos, dependiendo de la gravedad del caso. La atención oportuna resulta clave ante cualquier picadura, incluso cuando sus efectos iniciales parecen leves.
En el estado de Nuevo México, el inicio de la primavera no solo trae consigo jornadas más largas y cielos despejados, también marca el periodo en que los escorpiones incrementan su presencia en zonas habitadas, atraídos por la frescura, la humedad y la disponibilidad de alimento. Identificar sus patrones de movimiento y aplicar métodos preventivos resulta clave para mantener un entorno doméstico protegido.
Los alacranes reaparecen en Nuevo México: cómo protegerse
En Nuevo México, la presencia de escorpiones se intensifica desde la primavera hasta los primeros días del otoño. El aumento de las temperaturas impulsa su actividad, en especial durante los meses de mayo, junio y julio. Las condiciones climáticas favorables estimulan su desplazamiento, ya que salen de sus refugios invernales en busca de alimento y para cumplir su ciclo reproductivo.
El clima árido del suroeste estadounidense, particularmente en esta región, ofrece un ecosistema propicio para estos arácnidos. Las altas temperaturas junto a las zonas rocosas y desérticas facilitan su reproducción. A ello se suma el crecimiento de áreas urbanas en terrenos rurales, lo que genera un incremento en los encuentros entre escorpiones y personas dentro de sus hogares o jardines.
Zonas habituales donde se ocultan los escorpiones
Durante esta época, estos animales eligen espacios frescos, oscuros y con niveles de humedad elevados. Dentro de las viviendas, suelen aparecer en rincones con escasa iluminación como sótanos, armarios o detrás de muebles inmóviles por largos periodos. También pueden alojarse en el interior de calzado, por lo que conviene inspeccionar cuidadosamente antes de ponerse los zapatos, sobre todo si estuvieron guardados por un tiempo prolongado.
En los exteriores, prefieren jardines con elementos como piedras, macetas, troncos o acumulaciones de hojas. Estos objetos les ofrecen sombra y condiciones adecuadas para capturar pequeños insectos. Las grietas en paredes, pisos y techos constituyen rutas comunes para su ingreso al interior de las casas.
Entre los sitios más habituales se encuentran cocinas y baños. Las instalaciones hidráulicas y áreas cercanas a fuentes de agua les proporcionan humedad constante. A su vez, estos ambientes suelen tener conexiones con el exterior, lo cual permite su entrada a través de desagües o conductos de ventilación.
Consejos para evitar un encuentro con escorpiones
Minimizar el riesgo de encuentros requiere:
Mantener cerradas todas las posibles aberturas en puertas, ventanas y paredes.Colocar mallas metálicas en los sistemas de ventilación y en los desagües. Limpiar el jardín, para eliminar restos de madera o acumulaciones de vegetación.
Durante la noche, la luz ultravioleta facilita su localización, ya que estos arácnidos emiten un resplandor característico. Además, los aceites esenciales de canela o lavanda funcionan como repelentes naturales, eficaces si se aplican en esquinas o marcos de ventanas. Otra medida preventiva consiste en evitar caminar descalzo, especialmente en lugares donde su presencia fue documentada.
¿Qué hacer en caso de sufrir una picadura?
Si se es picado por un alacrán, lo fundamental es conservar la calma. Se recomienda lavar la zona afectada con agua y jabón, además de aplicar compresas frías para aliviar el dolor y controlar la inflamación. No deben realizarse cortes, succionar el veneno ni utilizar hielo directamente sobre la piel.
Cuando los efectos resultan leves, las manifestaciones incluyen dolor localizado, adormecimiento o ardor. Sin embargo, si se presentan dificultades respiratorias, náuseas, convulsiones o taquicardia, se impone la necesidad de acudir de inmediato a un centro médico. Estos síntomas reflejan una reacción grave al veneno, más común en pacientes pediátricos y personas mayores.
En Nuevo México, se puede contactar a emergencias mediante el 911. También es recomendable tener a mano el número del centro de control de intoxicaciones: 1-800-222-1222. En los hospitales, el tratamiento puede contemplar analgésicos, sedantes o antídotos, dependiendo de la gravedad del caso. La atención oportuna resulta clave ante cualquier picadura, incluso cuando sus efectos iniciales parecen leves.