En una cueva poco explorada de Texas se llevó a cabo el mes pasado un sorprendente descubrimiento: un conjunto de herramientas de caza con entre 6500 y 7000 años de antigüedad. El hallazgo, realizado cerca del pequeño pueblo de Marfa, es uno de los conjuntos más completos de armas prehistóricas halladas en América del Norte.
El descubrimiento del kit de caza en Texas
Según informó el organismo Center For Big Bend Studies (CBBS, por sus siglas en inglés), el kit de caza fue encontrado a principios de marzo en el San Esteban Rockshelter, una cueva parcialmente colapsada entre las localidades de Marfa y Alpine, Texas. El conjunto de herramientas incluía varias piezas de armas, como fragmentos de un lanzador de lanzas utilizado para aumentar la distancia y la velocidad de los proyectiles.
Entre los objetos hallados también se encontraban dardos con puntas de piedra y madera, que habrían sido utilizados para la caza de animales pequeños y medianos, un boomerang y la piel de un antílope doblada, que probablemente fue utilizada para coser una bolsa o vestimenta.
“Es un hallazgo monumental. Podemos usar la madera para reconstruir el entorno y aprender más sobre el tiempo que dedicaban a trabajar con estas herramientas”, declaró Bryon Schroeder, director del CBBS, en diálogo con la revista Texas Parks & Wildlife.
La colaboración que hizo posible la investigación
Este descubrimiento es el resultado de una colaboración entre dos importantes instituciones académicas: el CBBS de la Sul Ross State University y el Odyssey Archaeological Research Fund de la University of Kansas. Desde que comenzaron sus excavaciones en 2019, los arqueólogos han investigado a las primeras culturas humanas en la región.
La CBBS destacó que los fondos proporcionados por la Universidad de Kansas fueron los que les permitieron al equipo de investigaciones adentrarse en la cueva texana y realizar diversas excavaciones en ella, a pesar de los desafíos planteados por la presencia de saqueadores en la zona.
Schroeder hizo énfasis en la magnitud del descubrimiento y destacó: “Nunca había visto nada similar”. Además, explicó que la cueva se encuentra en una ubicación remota y de difícil acceso, lo que presentó desafíos logísticos. Así y todo, las excavaciones continuaron y los arqueólogos lograron en el terreno para descubrir más artefactos.
¿Qué representa este hallazgo en Texas?
La CBBS resaltó que el descubrimiento de este antiguo conjunto de herramientas tiene varias implicaciones importantes para la arqueología. Primero, ofrece una visión detallada de las técnicas de caza empleadas por los primeros habitantes de la región. Los atlatl (armas para utilizar las lanzas) y los boomerangs, aunque poco comunes en otras partes del continente, podrían haber sido esenciales para la matanza de animales en el Estado de la Estrella Solitaria.
En segundo lugar, los dardos de piedra y madera, también encontrados en la cueva, proporcionan información sobre las prácticas de fabricación de herramientas, un aspecto clave para entender cómo los humanos prehistóricos reparaban y mantenían sus objetos en un entorno tan hostil.
Además, los restos humanos y de fuego, ambos encontrados junto a los artefactos en cuestión, sirven como mayores pruebas de los hábitos de vida, incluyendo las costumbres de alojamiento y cocina, que tenían por ese entonces los antiguos habitantes del desierto texano.
En una cueva poco explorada de Texas se llevó a cabo el mes pasado un sorprendente descubrimiento: un conjunto de herramientas de caza con entre 6500 y 7000 años de antigüedad. El hallazgo, realizado cerca del pequeño pueblo de Marfa, es uno de los conjuntos más completos de armas prehistóricas halladas en América del Norte.
El descubrimiento del kit de caza en Texas
Según informó el organismo Center For Big Bend Studies (CBBS, por sus siglas en inglés), el kit de caza fue encontrado a principios de marzo en el San Esteban Rockshelter, una cueva parcialmente colapsada entre las localidades de Marfa y Alpine, Texas. El conjunto de herramientas incluía varias piezas de armas, como fragmentos de un lanzador de lanzas utilizado para aumentar la distancia y la velocidad de los proyectiles.
Entre los objetos hallados también se encontraban dardos con puntas de piedra y madera, que habrían sido utilizados para la caza de animales pequeños y medianos, un boomerang y la piel de un antílope doblada, que probablemente fue utilizada para coser una bolsa o vestimenta.
“Es un hallazgo monumental. Podemos usar la madera para reconstruir el entorno y aprender más sobre el tiempo que dedicaban a trabajar con estas herramientas”, declaró Bryon Schroeder, director del CBBS, en diálogo con la revista Texas Parks & Wildlife.
La colaboración que hizo posible la investigación
Este descubrimiento es el resultado de una colaboración entre dos importantes instituciones académicas: el CBBS de la Sul Ross State University y el Odyssey Archaeological Research Fund de la University of Kansas. Desde que comenzaron sus excavaciones en 2019, los arqueólogos han investigado a las primeras culturas humanas en la región.
La CBBS destacó que los fondos proporcionados por la Universidad de Kansas fueron los que les permitieron al equipo de investigaciones adentrarse en la cueva texana y realizar diversas excavaciones en ella, a pesar de los desafíos planteados por la presencia de saqueadores en la zona.
Schroeder hizo énfasis en la magnitud del descubrimiento y destacó: “Nunca había visto nada similar”. Además, explicó que la cueva se encuentra en una ubicación remota y de difícil acceso, lo que presentó desafíos logísticos. Así y todo, las excavaciones continuaron y los arqueólogos lograron en el terreno para descubrir más artefactos.
¿Qué representa este hallazgo en Texas?
La CBBS resaltó que el descubrimiento de este antiguo conjunto de herramientas tiene varias implicaciones importantes para la arqueología. Primero, ofrece una visión detallada de las técnicas de caza empleadas por los primeros habitantes de la región. Los atlatl (armas para utilizar las lanzas) y los boomerangs, aunque poco comunes en otras partes del continente, podrían haber sido esenciales para la matanza de animales en el Estado de la Estrella Solitaria.
En segundo lugar, los dardos de piedra y madera, también encontrados en la cueva, proporcionan información sobre las prácticas de fabricación de herramientas, un aspecto clave para entender cómo los humanos prehistóricos reparaban y mantenían sus objetos en un entorno tan hostil.
Además, los restos humanos y de fuego, ambos encontrados junto a los artefactos en cuestión, sirven como mayores pruebas de los hábitos de vida, incluyendo las costumbres de alojamiento y cocina, que tenían por ese entonces los antiguos habitantes del desierto texano.