Cómo funcionará desde el lunes el nuevo esquema de bandas cambiarias

El dólar oficial pasará a moverse desde el lunes libremente dentro de un sistema bandas de flotación que parte de una amplitud del 40% (que tendrá un “piso” de $1000 y un “techo” de $1400), pero a la vez se irá ampliando a razón del 1% por mes.

Se trata de un mínimo que arranca 7,22% por debajo del nivel en que se encuentra hoy el tipo de cambio oficial (el más barato del mercado) y un máximo que parte apenas 1,8% por encima del valor al que cerró hoy el dólar blue ($1375) o de entre el 4,1% al 5% por encima del precio al que lo hizo los dólares financieros y legales accesibles con dinero en blanco (CCL y MEP).

La flotación sucia quiere decir que si el billete llegara a cotizar a $1000 de acá a un mes, el BCRA procederá a comprar dólares para defender ese valor y, en el proceso, acumular reservas internacionales. Pero para poder seguir haciéndolo a partir de allí, necesitaría que caiga hasta los $990 para poder seguir comprando de mayo en adelante o que lo haga hasta $980,10 un mes más tarde.

Si por el contrario la cotización, que cerró hoy a $1078, subiera y se ubicara desde el lunes en adelante en $1400, el BCRA quedará habilitado a vender reservas para defender ese “techo” y, a la vez, ir absorbiendo pesos para ir achicando en paralelo el riesgo de enfrentar una corrida. Claro que, por la regla antes citada, sólo podrá salir a frenarlo desde el mes que viene cuando esa cotización llegue al $1414 o cuando lo haga a $1428,14 un mes más tarde.

Allí radican los reaseguros diseñados por el Gobierno para este nuevo esquema monetario y cambiario.

Dado que ratifica que no aumentará la oferta de dinero de aquí en más por vías espurias (promete seguir con superávit fiscal para no tener que recibir asistencia del BCRA, cuando ya se eliminó la emisión por remuneración de los pasivos que tenía esa entidad) y que podrá (bajo determinadas condiciones) retirar pesos del mercado, si necesitara vender reservas, lo que tiende a asegurar son condiciones que eviten la posibilidad de que se generen corridas descontroladas dentro de un esquema que contempla la volatilidad citada.

El punto a descubrir es cuán tolerable será el sistema local de precios a una posible volatilidad tan amplia del dólar oficial, si es que la experimenta.

A su vez, como la emisión de pesos resultante de las compras de divisas por parte del BCRA no será esterilizada, eso podrá facilitar la remonetización de la economía que pueda resultar de aumentos en la demanda real de dinero que deriven de la expansión de la actividad.

La otra parte del esquema es la liberación de los flujos cambiarios (de ingreso y salida), lo que marca el final del cepo y apunta a alentar el ingreso de capitales que se encontraban a la espera de tener abierta la posibilidad de salida, si quisieran ejercerla.

A la vez, para que el equilibrio monetario de partida no enfrente la posibilidad de desequilibrarse por los stocks que quedaron atrapados en los últimos años en el cepo, los que serán atendidos mediante un nuevo sistema de cuotificaciones que será nuevamente instrumentado mediante la emisión de nuevas series del bono Bopreal, un título que las empresas podrán comprar en pesos para afrontar obligaciones con el exterior relacionados con deudas o dividendos previos a 2025, y deudas comerciales con fecha previa al 12 de diciembre de 2023.

El dólar oficial pasará a moverse desde el lunes libremente dentro de un sistema bandas de flotación que parte de una amplitud del 40% (que tendrá un “piso” de $1000 y un “techo” de $1400), pero a la vez se irá ampliando a razón del 1% por mes.

Se trata de un mínimo que arranca 7,22% por debajo del nivel en que se encuentra hoy el tipo de cambio oficial (el más barato del mercado) y un máximo que parte apenas 1,8% por encima del valor al que cerró hoy el dólar blue ($1375) o de entre el 4,1% al 5% por encima del precio al que lo hizo los dólares financieros y legales accesibles con dinero en blanco (CCL y MEP).

La flotación sucia quiere decir que si el billete llegara a cotizar a $1000 de acá a un mes, el BCRA procederá a comprar dólares para defender ese valor y, en el proceso, acumular reservas internacionales. Pero para poder seguir haciéndolo a partir de allí, necesitaría que caiga hasta los $990 para poder seguir comprando de mayo en adelante o que lo haga hasta $980,10 un mes más tarde.

Si por el contrario la cotización, que cerró hoy a $1078, subiera y se ubicara desde el lunes en adelante en $1400, el BCRA quedará habilitado a vender reservas para defender ese “techo” y, a la vez, ir absorbiendo pesos para ir achicando en paralelo el riesgo de enfrentar una corrida. Claro que, por la regla antes citada, sólo podrá salir a frenarlo desde el mes que viene cuando esa cotización llegue al $1414 o cuando lo haga a $1428,14 un mes más tarde.

Allí radican los reaseguros diseñados por el Gobierno para este nuevo esquema monetario y cambiario.

Dado que ratifica que no aumentará la oferta de dinero de aquí en más por vías espurias (promete seguir con superávit fiscal para no tener que recibir asistencia del BCRA, cuando ya se eliminó la emisión por remuneración de los pasivos que tenía esa entidad) y que podrá (bajo determinadas condiciones) retirar pesos del mercado, si necesitara vender reservas, lo que tiende a asegurar son condiciones que eviten la posibilidad de que se generen corridas descontroladas dentro de un esquema que contempla la volatilidad citada.

El punto a descubrir es cuán tolerable será el sistema local de precios a una posible volatilidad tan amplia del dólar oficial, si es que la experimenta.

A su vez, como la emisión de pesos resultante de las compras de divisas por parte del BCRA no será esterilizada, eso podrá facilitar la remonetización de la economía que pueda resultar de aumentos en la demanda real de dinero que deriven de la expansión de la actividad.

La otra parte del esquema es la liberación de los flujos cambiarios (de ingreso y salida), lo que marca el final del cepo y apunta a alentar el ingreso de capitales que se encontraban a la espera de tener abierta la posibilidad de salida, si quisieran ejercerla.

A la vez, para que el equilibrio monetario de partida no enfrente la posibilidad de desequilibrarse por los stocks que quedaron atrapados en los últimos años en el cepo, los que serán atendidos mediante un nuevo sistema de cuotificaciones que será nuevamente instrumentado mediante la emisión de nuevas series del bono Bopreal, un título que las empresas podrán comprar en pesos para afrontar obligaciones con el exterior relacionados con deudas o dividendos previos a 2025, y deudas comerciales con fecha previa al 12 de diciembre de 2023.

 

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