Una ciudadana cubana que emigró a Estados Unidos contó cómo fue su primera experiencia al conocer un Walmart. Según relató, quedó impactada al ver la magnitud del supermercado. La joven describió que, en lugar de una “tiendecita”, se encontró con un espacio enorme, repleto de productos, algo que nunca había visto antes. Su testimonio reflejó el cambio profundo que vivió en su manera de entender el consumo.
Cómo reaccionó una cubana al entrar a Walmart por primera vez
Recién aterrizada en Estados Unidos, @amy_te_lo_cuenta vivió uno de sus primeros choques culturales. La llevaron directamente a un Walmart, para hacer una compra rápida.
El testimonio se volvió viral e inspiró a otros migrantes
Sin embargo, su reacción se volvió viral. “Yo pensé que iba a una tiendecita. Aquello era un continente”, contó en su video de TikTok.
El asombro al conocer Walmart: carros gigantes y pasillos infinitos
Lo primero que notó fue el tamaño del carrito de compras. “Era tan grande que parecía para cargar una familia”, dijo. Los pasillos repletos de productos y la organización perfecta la dejaron sin palabras.
“En Cuba, una tienda de comida apenas tiene comida. Aquí hay de todo en cualquier pasillo”, reflexionó. La abundancia de productos fue uno de los mayores contrastes.
La emoción llegó cuando conoció el área de carnes. Ver pollo disponible en las góndolas, sin tener que hacer filas ni pelear con nadie, le provocó un sentimiento inesperado: “Me dieron ganas de abrazarlo”, bromeó.
La joven también se sorprendió al llenar el carrito con 48 rollos de papel higiénico, solo porque estaban en oferta. Su hermana, familiarizada con la vida en EE.UU., no se detenía ante nada.
El miedo de usar las cajas de autopago en Walmart
La experiencia terminó con tensión en la caja de autopago. Temió cometer un error y ser deportada. “Mi hermana me dijo que pasara los productos y pagara al final, como si fuera normal”, relató. Ese instante reflejó el contraste profundo entre sus recuerdos de Cuba y su nueva vida.
El testimonio de @amy_te_lo_cuenta inspiró a otros migrantes. Muchos compartieron sus primeras visitas a supermercados como Walmart y Costco. Algunos confesaron haberse sentido abrumados. Para la mayoría, el primer encuentro con un supermercado simbolizó libertad y un nuevo comienzo en Estados Unidos.
Cómo es hacer las compras en un supermercado en Cuba
Hacer las compras en Cuba implica adaptarse a una dinámica muy distinta a la habitual. Según relató la bloguera Natália Becattini en las crónicas de su viaje, los supermercados tradicionales casi no existen: en su lugar hay bodegas estatales, pequeños mercados, locales agrícolas y algunas tiendas privadas. El acceso a los productos es limitado y la variedad depende del lugar, por lo que conseguir artículos básicos puede convertirse en un verdadero desafío.
En su experiencia, Becattini contó que algunos supermercados, como las Panamericanas, están gestionados por el gobierno y ofrecen productos con frecuencia irregular, debido a las restricciones de importación.
Los precios en estas tiendas se manejan en MLC, una moneda equivalente al dólar, orientada a turistas y cubanos con acceso a divisas extranjeras. En cambio, los agros permiten acceder a frutas, verduras y carnes locales, aunque conseguir productos como huevos puede ser muy difícil porque forman parte de la canasta básica regulada por el Estado.
En los últimos años, también surgieron las Mipymes, microempresas privadas que ofrecen productos importados. Aunque en el momento de su viaje era posible encontrar marcas internacionales como Heinz o Barilla, los precios estaban tan altos que resultan inaccesibles para la mayoría de los cubanos.
Una ciudadana cubana que emigró a Estados Unidos contó cómo fue su primera experiencia al conocer un Walmart. Según relató, quedó impactada al ver la magnitud del supermercado. La joven describió que, en lugar de una “tiendecita”, se encontró con un espacio enorme, repleto de productos, algo que nunca había visto antes. Su testimonio reflejó el cambio profundo que vivió en su manera de entender el consumo.
Cómo reaccionó una cubana al entrar a Walmart por primera vez
Recién aterrizada en Estados Unidos, @amy_te_lo_cuenta vivió uno de sus primeros choques culturales. La llevaron directamente a un Walmart, para hacer una compra rápida.
El testimonio se volvió viral e inspiró a otros migrantes
Sin embargo, su reacción se volvió viral. “Yo pensé que iba a una tiendecita. Aquello era un continente”, contó en su video de TikTok.
El asombro al conocer Walmart: carros gigantes y pasillos infinitos
Lo primero que notó fue el tamaño del carrito de compras. “Era tan grande que parecía para cargar una familia”, dijo. Los pasillos repletos de productos y la organización perfecta la dejaron sin palabras.
“En Cuba, una tienda de comida apenas tiene comida. Aquí hay de todo en cualquier pasillo”, reflexionó. La abundancia de productos fue uno de los mayores contrastes.
La emoción llegó cuando conoció el área de carnes. Ver pollo disponible en las góndolas, sin tener que hacer filas ni pelear con nadie, le provocó un sentimiento inesperado: “Me dieron ganas de abrazarlo”, bromeó.
La joven también se sorprendió al llenar el carrito con 48 rollos de papel higiénico, solo porque estaban en oferta. Su hermana, familiarizada con la vida en EE.UU., no se detenía ante nada.
El miedo de usar las cajas de autopago en Walmart
La experiencia terminó con tensión en la caja de autopago. Temió cometer un error y ser deportada. “Mi hermana me dijo que pasara los productos y pagara al final, como si fuera normal”, relató. Ese instante reflejó el contraste profundo entre sus recuerdos de Cuba y su nueva vida.
El testimonio de @amy_te_lo_cuenta inspiró a otros migrantes. Muchos compartieron sus primeras visitas a supermercados como Walmart y Costco. Algunos confesaron haberse sentido abrumados. Para la mayoría, el primer encuentro con un supermercado simbolizó libertad y un nuevo comienzo en Estados Unidos.
Cómo es hacer las compras en un supermercado en Cuba
Hacer las compras en Cuba implica adaptarse a una dinámica muy distinta a la habitual. Según relató la bloguera Natália Becattini en las crónicas de su viaje, los supermercados tradicionales casi no existen: en su lugar hay bodegas estatales, pequeños mercados, locales agrícolas y algunas tiendas privadas. El acceso a los productos es limitado y la variedad depende del lugar, por lo que conseguir artículos básicos puede convertirse en un verdadero desafío.
En su experiencia, Becattini contó que algunos supermercados, como las Panamericanas, están gestionados por el gobierno y ofrecen productos con frecuencia irregular, debido a las restricciones de importación.
Los precios en estas tiendas se manejan en MLC, una moneda equivalente al dólar, orientada a turistas y cubanos con acceso a divisas extranjeras. En cambio, los agros permiten acceder a frutas, verduras y carnes locales, aunque conseguir productos como huevos puede ser muy difícil porque forman parte de la canasta básica regulada por el Estado.
En los últimos años, también surgieron las Mipymes, microempresas privadas que ofrecen productos importados. Aunque en el momento de su viaje era posible encontrar marcas internacionales como Heinz o Barilla, los precios estaban tan altos que resultan inaccesibles para la mayoría de los cubanos.