Quiero llevar tranquilidad: Milei está bien

mpiezo con una afirmación de impacto global: Milei está muy bien. Lo digo de una y sin dejar resquicio de duda porque en las redes están circulando versiones afiebradas: sostienen que su regreso sin gloria de Davos y episodios locales han logrado, acaso por primera vez, ponerlo a la defensiva. Nada que ver. Totalmente infundado. Fake news. Estiércol. Javi está mejor que nunca. ¿Cómo lo sé? Elemental, Watson: me lo dijo él. Tuvo la deferencia de recibirme en Olivos: un poco porque quería salir a cortar de cuajo esos rumores, y otro poco porque dice que últimamente me veía “extraviado”. ¿Extraviado? “Sí, no pegás una”. Eso fue antes de que empezara la entrevista, y admito que por un momento sentí ganas no de hacerle preguntas, sino zancadillas. Digamos, un diálogo a cara de perro. Desistí por dos motivos. El primero, mi respeto a la investidura presidencial. El segundo: poner cara de perro con Milei rema en contra; te convierte en un hijo de cuatro patas.

Ya más calmo, le propuse hablar un poco de todo. Avieso, hiriente, en ese modo hater que le ha dado fama mundial, dijo que era “imposible hablar de todo con un cagatintas que no sabe nada de nada”.

–Javi, ¿cómo estás?

–Muy bien. Nunca estuve mejor.

–Me refiero a esas cosas que se están diciendo. Que estás golpeado.

–Leíste mal: estoy golpeando. Al que se me pone enfrente, ¡pumba! Fijate lo de Ramiro Marra.

–Te iba a preguntar por él. Amigo tuyo, aliado de la primera hora, y lo echaron como a una rata.

–Lo que pasó es muy sencillo: Marra marró y le dimos una murra. Vieras cómo le quedó el morro, jajaja.

–Muy ingenioso, pero no es divertido. Insisto. Era línea fundadora de La Libertad Avanza.

–Hasta que se vendió al oro de Jorge Macri. Lo adornaron y empezó a votarle todo. Eso no tiene perdón.

–Claro: como Kueider, pero al revés.

–No te hagás el vivo, RR [así me llama cuando se enoja]. Los dólares que le encontraron a Kueider eran ahorros. Tan poco acostumbrado estaba a viajar con plata que le pidió ayuda a la secretaria.

–Habrás visto las reacciones de la gente de Marra: acusan a Pilar Ramírez, su gran enemiga desde que lo reemplazó en la jefatura del bloque, de ser una camporista confesa.

–Ella confesó hace años ser kirchnerista y ahora confiesa ser libertaria. Y antes de dar ese paso se confesó con Karina. En cambio, lo de Marra es inconfesable. Dudo de que hayas leído a Clemenceau, que dijo: si uno de tu partido se va a otro, es un traidor. Y si uno de otro partido se pasa al tuyo, es un converso.

–En lo personal, ¿cómo te afectó haber tenido que echar a Ramiro, y todo el escándalo que se armó?

–Por mi formación, hago cuentas: esta semana en el bloque de la Legislatura perdimos a uno y sumamos a tres; los tres que responden a Patricia Bullrich. Bueno, 3 a 1 es goleada, ¿no?

–No. Tienen que ser tres goles de diferencia.

–Esperá: el partido no terminó.

–También revoleaste al secretario de Medios, Eduardo Serenellini, otro amigo tuyo.

–Es un caso muy distinto. A Marra lo echamos. A Eduardo lo removimos.

–De paso, felicitaciones por lo de Luis Juez. Sacudiste el mercado.

–No tanto: vino regalado.

–No me queda claro si con Pro van a un acuerdo o a la guerra.

–Quiero ser muy respetuoso con Mauricio, un expresidente y buen amigo. O se baja los lienzos y acepta ir como furgón de cola, o va a terminar siendo cómplice electoral del kirchnerismo.

–Javier, a nadie le gusta bajarse los lienzos y ser furgón de cola.

–Tiene que elegir: juega para mí o para Cristina. ¿Te parece tan complicado?

–A ver: vos llevás un buen tiempo pactando con Cristina. Por ejemplo, los votos a la candidatura de Lijo.

–Es una regla de tres simple. Por necesidades estratégicas me veo obligado a recurrir a gente como Santi Caputo, Dani Scioli, Andrés Vázquez, Diego Kravetz… Y si tenés adentro a Santi, Dani, Andrés y Diego, no dormís tranquilo sin un Lijo en la Corte.

–¿Esa es la regla de tres?

–En un enunciado supersencillo para que vos lo entiendas.

–¿Qué sentiste al enterarte de que Vázquez ascendió a su mujer y le triplicó el sueldo?

–Que la quiere mucho.

–¿Cómo procesaste tu paso en falso en Davos? En realidad, del que te escribió el discurso, que, calculo, habrá sido Agustín Laje. Hacerte decir, entre otras barbaridades, que los gays son pedófilos, mamita…

–Ha sido mi discurso en el exterior con más interacciones en las redes. Un discurso viralizado en el mundo entero. Me hiciste acordar: tengo que llamar a Agustín para agradecerle.

–El Índice de Confianza en el Gobierno de la Universidad Di Tella marcó en enero una caída del 2% respecto de diciembre. ¿Te preocupa?

–Lo preocupante es que me preguntes por una caída del 2%. Además, es bien sabido que yo mido mejor que mi gobierno.

–Me encanta cuando decís que no sos “libertarado”. ¡Pragmatismo puro, Javito!

–Lo primero sensato que decís desde que empezó la entrevista, RR. Obvio que privilegio los hechos, la realidad. El mejor ejemplo es que me hice pagar la campaña por Massa para ganarle al macrismo, y en la segunda vuelta me hice pagar por el macrismo para ganarle a Massa. ¿Te gustó esa?

–Extraordinario. Gardel, Lepera y los dos guitarristas.

–Eran tres.

–Sí, pero creo que el tercero era medio zurdo: por eso lo ignoro. La guerra cultural me permite esta licencia de cambiar la historia.

–Segundo acierto. Terminemos acá.

mpiezo con una afirmación de impacto global: Milei está muy bien. Lo digo de una y sin dejar resquicio de duda porque en las redes están circulando versiones afiebradas: sostienen que su regreso sin gloria de Davos y episodios locales han logrado, acaso por primera vez, ponerlo a la defensiva. Nada que ver. Totalmente infundado. Fake news. Estiércol. Javi está mejor que nunca. ¿Cómo lo sé? Elemental, Watson: me lo dijo él. Tuvo la deferencia de recibirme en Olivos: un poco porque quería salir a cortar de cuajo esos rumores, y otro poco porque dice que últimamente me veía “extraviado”. ¿Extraviado? “Sí, no pegás una”. Eso fue antes de que empezara la entrevista, y admito que por un momento sentí ganas no de hacerle preguntas, sino zancadillas. Digamos, un diálogo a cara de perro. Desistí por dos motivos. El primero, mi respeto a la investidura presidencial. El segundo: poner cara de perro con Milei rema en contra; te convierte en un hijo de cuatro patas.

Ya más calmo, le propuse hablar un poco de todo. Avieso, hiriente, en ese modo hater que le ha dado fama mundial, dijo que era “imposible hablar de todo con un cagatintas que no sabe nada de nada”.

–Javi, ¿cómo estás?

–Muy bien. Nunca estuve mejor.

–Me refiero a esas cosas que se están diciendo. Que estás golpeado.

–Leíste mal: estoy golpeando. Al que se me pone enfrente, ¡pumba! Fijate lo de Ramiro Marra.

–Te iba a preguntar por él. Amigo tuyo, aliado de la primera hora, y lo echaron como a una rata.

–Lo que pasó es muy sencillo: Marra marró y le dimos una murra. Vieras cómo le quedó el morro, jajaja.

–Muy ingenioso, pero no es divertido. Insisto. Era línea fundadora de La Libertad Avanza.

–Hasta que se vendió al oro de Jorge Macri. Lo adornaron y empezó a votarle todo. Eso no tiene perdón.

–Claro: como Kueider, pero al revés.

–No te hagás el vivo, RR [así me llama cuando se enoja]. Los dólares que le encontraron a Kueider eran ahorros. Tan poco acostumbrado estaba a viajar con plata que le pidió ayuda a la secretaria.

–Habrás visto las reacciones de la gente de Marra: acusan a Pilar Ramírez, su gran enemiga desde que lo reemplazó en la jefatura del bloque, de ser una camporista confesa.

–Ella confesó hace años ser kirchnerista y ahora confiesa ser libertaria. Y antes de dar ese paso se confesó con Karina. En cambio, lo de Marra es inconfesable. Dudo de que hayas leído a Clemenceau, que dijo: si uno de tu partido se va a otro, es un traidor. Y si uno de otro partido se pasa al tuyo, es un converso.

–En lo personal, ¿cómo te afectó haber tenido que echar a Ramiro, y todo el escándalo que se armó?

–Por mi formación, hago cuentas: esta semana en el bloque de la Legislatura perdimos a uno y sumamos a tres; los tres que responden a Patricia Bullrich. Bueno, 3 a 1 es goleada, ¿no?

–No. Tienen que ser tres goles de diferencia.

–Esperá: el partido no terminó.

–También revoleaste al secretario de Medios, Eduardo Serenellini, otro amigo tuyo.

–Es un caso muy distinto. A Marra lo echamos. A Eduardo lo removimos.

–De paso, felicitaciones por lo de Luis Juez. Sacudiste el mercado.

–No tanto: vino regalado.

–No me queda claro si con Pro van a un acuerdo o a la guerra.

–Quiero ser muy respetuoso con Mauricio, un expresidente y buen amigo. O se baja los lienzos y acepta ir como furgón de cola, o va a terminar siendo cómplice electoral del kirchnerismo.

–Javier, a nadie le gusta bajarse los lienzos y ser furgón de cola.

–Tiene que elegir: juega para mí o para Cristina. ¿Te parece tan complicado?

–A ver: vos llevás un buen tiempo pactando con Cristina. Por ejemplo, los votos a la candidatura de Lijo.

–Es una regla de tres simple. Por necesidades estratégicas me veo obligado a recurrir a gente como Santi Caputo, Dani Scioli, Andrés Vázquez, Diego Kravetz… Y si tenés adentro a Santi, Dani, Andrés y Diego, no dormís tranquilo sin un Lijo en la Corte.

–¿Esa es la regla de tres?

–En un enunciado supersencillo para que vos lo entiendas.

–¿Qué sentiste al enterarte de que Vázquez ascendió a su mujer y le triplicó el sueldo?

–Que la quiere mucho.

–¿Cómo procesaste tu paso en falso en Davos? En realidad, del que te escribió el discurso, que, calculo, habrá sido Agustín Laje. Hacerte decir, entre otras barbaridades, que los gays son pedófilos, mamita…

–Ha sido mi discurso en el exterior con más interacciones en las redes. Un discurso viralizado en el mundo entero. Me hiciste acordar: tengo que llamar a Agustín para agradecerle.

–El Índice de Confianza en el Gobierno de la Universidad Di Tella marcó en enero una caída del 2% respecto de diciembre. ¿Te preocupa?

–Lo preocupante es que me preguntes por una caída del 2%. Además, es bien sabido que yo mido mejor que mi gobierno.

–Me encanta cuando decís que no sos “libertarado”. ¡Pragmatismo puro, Javito!

–Lo primero sensato que decís desde que empezó la entrevista, RR. Obvio que privilegio los hechos, la realidad. El mejor ejemplo es que me hice pagar la campaña por Massa para ganarle al macrismo, y en la segunda vuelta me hice pagar por el macrismo para ganarle a Massa. ¿Te gustó esa?

–Extraordinario. Gardel, Lepera y los dos guitarristas.

–Eran tres.

–Sí, pero creo que el tercero era medio zurdo: por eso lo ignoro. La guerra cultural me permite esta licencia de cambiar la historia.

–Segundo acierto. Terminemos acá.

 

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