El espacio verde que recuperaron los vecinos de Núñez y fue distinguido de “Interés Cultural y Social”

En el corazón de Núñez, donde el sonido del tren se mezcla con el canto de los pájaros, un espacio verde volvió a cobrar vida. Los Jardines de Pissarro, alguna vez un terreno olvidado junto a las vías del tren Mitre, hoy florecen gracias a la iniciativa de Valeria Boxaca, su esposo Roberto Fuhr, y los vecinos de la zona, quienes con trabajo y pasión transformaron el lugar en un refugio verde.

Este esfuerzo recibió recientemente un reconocimiento especial de la Legislatura Porteña, que lo declaró espacio de “Interés Cultural y Social”. “La jardinería es absolutamente beneficiosa, porque convoca a gente. Es una verdadera terapia”, asegura Valeria, orgullosa de ver cómo el jardín ha sido un catalizador de comunidad y bienestar en el barrio.

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La historia de un espacio rescatado

“Lo empezamos a poner en valor porque era un lugar absolutamente abandonado y olvidado. Había basura, escombros y pozos donde la gente había llevado tierra”, cuenta Valeria sobre los inicios de la iniciativa, en marzo de 2023. Con el tiempo y la dedicación de los vecinos, el espacio comenzó a transformarse en un jardín que atrae tanto a los habitantes del barrio como a curiosos de otras zonas. “Hacer un trabajo en comunidad, en el barrio, es muy saludable desde lo social porque nos conocimos todos, y hay una fuerza de trabajo que se desaprovecha cuando no se apoya a estos proyectos vecinales”, reflexionó Valeria.

Un esfuerzo a pulmón

Sin ayuda oficial, los vecinos impulsaron el proyecto con donaciones, colaboración y mucho trabajo. “Acá fue todo a pulmón. Cada planta que hay, la compostera, todo lo que se ve es gracias a donaciones, o lo juntamos entre todos para comprarlo. Picamos la tierra, que parecía un contrapiso, y ahora luce espléndida”, dijo Valeria, quien destacó también la participación de un artista local que donó esculturas de animales que adornan el espacio. A diferencia de lo que ocurre en otros municipios, donde estos proyectos recibieron apoyo, en este caso los vecinos no contaron con asistencia de la Ciudad. “Fuimos a pedir al menos una calificación del espacio para que no se lo llevaran por delante en caso de obras, pero no obtuvimos nada”, comentó Valeria.

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El impulso de la Legislatura Porteña

Fue el trabajo constante y el empeño de los vecinos lo que llamó la atención de legisladores, como Manuela Thourte, del bloque de UCR Evolución en Juntos por el Cambio, y el legislador de Unión por la Patria, Alejandro Grillo, quienes impulsaron el reconocimiento de los Jardines Pisarro. “Es una distinción al trabajo de los vecinos por preservar una parte importante del barrio de Núñez, que además era un terreno desaprovechado y que ahora luce lindísimo, con plantas nativas y una huerta. Los vecinos trabajan todos los sábados, y eso le da un valor especial a este proyecto”, señaló Thourte.

Además de de Thourte y el equipo de Grillo, estuvo presente Diego Achile, comunero de Unión por la Patria, que también apoyó esta iniciativa. Para Thourte, esta declaración es un reconocimiento que impulsa a otros barrios a seguir el ejemplo y a defender los intereses de la identidad barrial. “Hace poco los vecinos lograron frenar un proyecto de paso bajo nivel en Correa. Núñez es un barrio muy activo”, asegura.

Un espacio verde para todos

Para Manuela, quien es madre y vecina de Núñez, este jardín recuperado representa un lugar único donde sus hijos pueden disfrutar de la naturaleza cerca de casa. “Antes solo teníamos la plaza Félix Luna, que queda lejos para muchos. Mis hijos vienen acá y están contentos”, comentó con una sonrisa. Para ella, esta iniciativa no solo es un respiro para el barrio, sino un modelo que debería replicarse en otros sectores de la ciudad. “Hay mucho espacio verde desperdiciado en la ciudad que se puede ganar. Un vecino me sugirió que hasta podrían correr el alambrado para hacer un parque lineal más ancho, y me parece una gran idea”.

La terapia del jardín comunitario

Valeria Boxaca, mientras recorre el jardín con su perro, expresó lo que este lugar significa para ella: “Es como una parte de tu casa que no está en tu casa. Venir y ver qué brotó, qué se ha marchitado, es un sentimiento enorme. Cuando el jardín está en tu casa, lo cuidas solo para vos, pero acá lo cuidamos todos los vecinos, y vienen personas de otros barrios a ayudarnos”, comenta. Para ella, la jardinería es una actividad que “atraviesa a toda la sociedad”, un ejercicio terapéutico que invita a colaborar, a compartir y a formar comunidad.

Una invitación a otros barrios

“Queremos contagiar a los demás barrios, porque esto se hace con el trabajo de los vecinos cercanos, sino es imposible”, afirmó Valeria. Su visión es que los bordes de las vías del tren pueden convertirse en jardines comunitarios en toda la ciudad, para promover una jardinería que, más allá de ser una actividad física, es también un beneficio social. “Es una terapia y es benéfica, porque estás haciendo el bien”, concluyó e invitó a otros barrios a replicar el modelo de los Jardines de Pisarro.

En el corazón de Núñez, donde el sonido del tren se mezcla con el canto de los pájaros, un espacio verde volvió a cobrar vida. Los Jardines de Pissarro, alguna vez un terreno olvidado junto a las vías del tren Mitre, hoy florecen gracias a la iniciativa de Valeria Boxaca, su esposo Roberto Fuhr, y los vecinos de la zona, quienes con trabajo y pasión transformaron el lugar en un refugio verde.

Este esfuerzo recibió recientemente un reconocimiento especial de la Legislatura Porteña, que lo declaró espacio de “Interés Cultural y Social”. “La jardinería es absolutamente beneficiosa, porque convoca a gente. Es una verdadera terapia”, asegura Valeria, orgullosa de ver cómo el jardín ha sido un catalizador de comunidad y bienestar en el barrio.

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La historia de un espacio rescatado

“Lo empezamos a poner en valor porque era un lugar absolutamente abandonado y olvidado. Había basura, escombros y pozos donde la gente había llevado tierra”, cuenta Valeria sobre los inicios de la iniciativa, en marzo de 2023. Con el tiempo y la dedicación de los vecinos, el espacio comenzó a transformarse en un jardín que atrae tanto a los habitantes del barrio como a curiosos de otras zonas. “Hacer un trabajo en comunidad, en el barrio, es muy saludable desde lo social porque nos conocimos todos, y hay una fuerza de trabajo que se desaprovecha cuando no se apoya a estos proyectos vecinales”, reflexionó Valeria.

Un esfuerzo a pulmón

Sin ayuda oficial, los vecinos impulsaron el proyecto con donaciones, colaboración y mucho trabajo. “Acá fue todo a pulmón. Cada planta que hay, la compostera, todo lo que se ve es gracias a donaciones, o lo juntamos entre todos para comprarlo. Picamos la tierra, que parecía un contrapiso, y ahora luce espléndida”, dijo Valeria, quien destacó también la participación de un artista local que donó esculturas de animales que adornan el espacio. A diferencia de lo que ocurre en otros municipios, donde estos proyectos recibieron apoyo, en este caso los vecinos no contaron con asistencia de la Ciudad. “Fuimos a pedir al menos una calificación del espacio para que no se lo llevaran por delante en caso de obras, pero no obtuvimos nada”, comentó Valeria.

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Fue el trabajo constante y el empeño de los vecinos lo que llamó la atención de legisladores, como Manuela Thourte, del bloque de UCR Evolución en Juntos por el Cambio, y el legislador de Unión por la Patria, Alejandro Grillo, quienes impulsaron el reconocimiento de los Jardines Pisarro. “Es una distinción al trabajo de los vecinos por preservar una parte importante del barrio de Núñez, que además era un terreno desaprovechado y que ahora luce lindísimo, con plantas nativas y una huerta. Los vecinos trabajan todos los sábados, y eso le da un valor especial a este proyecto”, señaló Thourte.

Además de de Thourte y el equipo de Grillo, estuvo presente Diego Achile, comunero de Unión por la Patria, que también apoyó esta iniciativa. Para Thourte, esta declaración es un reconocimiento que impulsa a otros barrios a seguir el ejemplo y a defender los intereses de la identidad barrial. “Hace poco los vecinos lograron frenar un proyecto de paso bajo nivel en Correa. Núñez es un barrio muy activo”, asegura.

Un espacio verde para todos

Para Manuela, quien es madre y vecina de Núñez, este jardín recuperado representa un lugar único donde sus hijos pueden disfrutar de la naturaleza cerca de casa. “Antes solo teníamos la plaza Félix Luna, que queda lejos para muchos. Mis hijos vienen acá y están contentos”, comentó con una sonrisa. Para ella, esta iniciativa no solo es un respiro para el barrio, sino un modelo que debería replicarse en otros sectores de la ciudad. “Hay mucho espacio verde desperdiciado en la ciudad que se puede ganar. Un vecino me sugirió que hasta podrían correr el alambrado para hacer un parque lineal más ancho, y me parece una gran idea”.

La terapia del jardín comunitario

Valeria Boxaca, mientras recorre el jardín con su perro, expresó lo que este lugar significa para ella: “Es como una parte de tu casa que no está en tu casa. Venir y ver qué brotó, qué se ha marchitado, es un sentimiento enorme. Cuando el jardín está en tu casa, lo cuidas solo para vos, pero acá lo cuidamos todos los vecinos, y vienen personas de otros barrios a ayudarnos”, comenta. Para ella, la jardinería es una actividad que “atraviesa a toda la sociedad”, un ejercicio terapéutico que invita a colaborar, a compartir y a formar comunidad.

Una invitación a otros barrios

“Queremos contagiar a los demás barrios, porque esto se hace con el trabajo de los vecinos cercanos, sino es imposible”, afirmó Valeria. Su visión es que los bordes de las vías del tren pueden convertirse en jardines comunitarios en toda la ciudad, para promover una jardinería que, más allá de ser una actividad física, es también un beneficio social. “Es una terapia y es benéfica, porque estás haciendo el bien”, concluyó e invitó a otros barrios a replicar el modelo de los Jardines de Pisarro.

 

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