Luego de la presentación de los nuevos concursantes y del primer día de encierro televisado, llegó este martes por la noche el segundo programa de la nueva edición de Gran Hermano, con un resumen de algunas de las situaciones más sobresalientes de la convivencia y el análisis de los “especialistas”.
Una de las incorporaciones de este año al equipo es la de Marina Calabró, que este martes compartió el panel con los históricos Sol Pérez, Laura Ubfal, Gastón Trezeguet y Ceferino Reato y también con Eliana Guercio. El primer cruce televisivo de la noche entre el conductor, Santiago Del Moro, y los participantes fue a instancias de un anuncio de Gran Hermano: “Quiero referirme a los eventuales gritos de afuera y el protocolo que se debe cumplir en el caso de que se produzcan. Está totalmente prohibido interactuar con quien envíe un mensaje desde el exterior. Ustedes de ninguna manera podrán gritar ni establecer ningún tipo de diálogo con el afuera”, les recordó el dueño de casa. Y agregó que en el caso de que se encuentren en el jardín y escuchen un grito, deberán ingresar a la casa inmediatamente al interior y cerrar la puerta. A su vez, explicó que, a diferencia de lo que ocurría en ediciones pasadas, tienen prohibido hablar entre ellos sobre lo que escucharon desde el exterior.
Ronquidos, sonambulismo y lágrimas
Luego, sí, Del Moro les preguntó cómo pasaron la primera noche en la casa. “Sin dormir”. “Una locura”, se escuchó, como respuesta. Y entonces, el conductor les recomendó que administraran la comida, porque los vio “jugando” con los alimentos. También les anunció que el ganador de la prueba de liderazgo obtendría un “super beneficio” y les comunicó que en esta edición funcionará una especie de kiosco con mercadería, como cigarrillos o golosinas, que van a poder canjear con tickets que les van a ser entregados. Lo que no les contó fue que quien gane esta primera prueba de liderazgo tendrá la potestad de prohibirle a cuatro compañeros que entren al confesionario a votar.
Petrona Jerez fue sin dudas una de las grandes protagonistas de las primeras 24 horas en la casa. Un clip la mostró primero roncando -de hecho dos miembros del incipiente grupo de “las lindas”, Martina Pereyra y Delfina De Lellis fueron a quejarse al confesionario y a pedir tapones para los oídos- y luego levantándose de su casa sonámbula y golpeando los lockers.
Aunque la escena duró segundos, un grupo de las chicas salió corriendo de la habitación y fue a buscar ayuda al cuarto de los varones. Durante todo el día, a sus espaldas, algunas de sus compañeras conspiraron para que a partir de esta noche ya no durmiera en el cuarto de las mujeres. Mientras hablaba con Delfina De Lellis, Martina Pereyra, Keila Sosa, Luz Tito y otros participantes, Chiara Mancuso señaló: “Que se quede a dormir con nosotras. Hay una realidad: si ella ronca o es sonámbula, es parte de la convivencia. Hoy vamos a estar todas cansadas y capaz que no la vamos a escuchar, probemos hoy”. Petrona, que oía atentamente las opiniones de sus compañeras, se puso a llorar.
Después de que Trezeguet marcara que no le creyó nada a la participante y Calabró indicara que sí, la producción puso al aire otro tape que mostraba cómo la tucumana acompañó uno a uno a sus compañeros hasta las habitaciones, llevándoles la valija, a medida que iban ingresando a la casa. “Le creo poco, pero claramente hizo un debut a lo grande”, sintetizó Reato.
El siguiente clip mostró el brindis de bienvenida, en el que cada uno dijo unas palabras. Petrona cortó el clima de estudiantina con una carta fuerte: “Acuérdense de que el juego es individual”.
Las otras protagonistas
En una edición repleta de chicas que quieren ser modelos y varones que solo quieren entrenar, la historia de Luciana Martínez se reveló en estas primeras horas como una de las más complejas. En su presentación, la chica trans santacruceña explicó: “Mi apellido es artístico. No comparto el apellido de mis hermanos porque mi papá abandonó a mi mamá cuando yo estaba en la panza y tengo una lucha con eso. Soy bailarina, tengo una escuela de baile. La verdad es que el baile vino a mi vida en un momento en el que la estaba pasando mal; me sanó y me salvó”.
“Tengo 7 hermanos y 19 sobrinos. Somos una familia numerosa, unida. Siempre recalco esto de la unión porque mis hermanos son casi todos varones, trabajan muchas horas afuera y es difícil a veces juntarnos a todos. El último recuerdo que me traigo es el Día de la Madre, con ellos”, continuó, emocionada. Y enjugándose las lágrimas, indicó: “Mamá es lo único que tengo. Fue criada en el campo, sin estudios. Mi padre la dejó y tuvo que salir a trabajar para criarnos a todos. Es mi orgullo mi mamá. Más adelante les voy a contar un poco más de mí, pero este es el resumen de lo que soy”.
Durante la tarde del martes, en diálogo con Keila, otra de las protagonistas de este primer día, le contó: “Hablé con Sandra y con Petrona, y creo que van a ser mis pilares. Necesito que ella dos estén conmigo. Y cuando yo cuente mi historia quiero su apoyo. Voy a esperar el momento. Quizá en el fogón va a estar bueno, porque vamos a estar todos”. “Me gustaría que cuentes tu historia. Es fuerte. Vas a ver que vamos a ser todos muy compañeros y te vamos a apoyar. Hay gente buena todavía en el mundo”, le respondió la otra concursante.
Un liderazgo polémico
Como en las últimas ediciones, la prueba de liderazgo se definió en vivo entre los finalistas, que debían embocar una pelota en una plataforma giratoria. El vencedor resultó el uruguayo Santiago Algorta, que debió elegir también en vivo a los cuatro competidores a los les quitaba el derecho a votar. Su decisión no sorprendió demasiado a los televidentes clásicos del formato: “La primera que elijo es Petrona, porque de a poquito voy viendo cómo se va armando gente con la que conecto, con la que siento que vamos a hacer una buena experiencia acá, que vamos a hacer ruido, que vamos a generar cosas. Y capaz que pienso que algunas de esas personas van a intentar nominar por esa gente que yo quiero mucho en estas horas”, se justificó.
Y continuó, con cierta soberbia: “La segunda persona que elijo es por lo mismo. Considero que son personas que necesitan un poquito más de tiempo para conocer, para ver qué está pasando antes de nominar. Siento que si nominan ahora, la van a errar, se van a confundir, Esa persona es Sandra”. A nadie sorprendió que las otras dos participantes elegidas por el uruguayo fueran mujeres: “A otra persona que le puede venir bien pensar un poquito más es Jenifer. Y la cuarta persona, por el mismo motivo, es Delfina”.
Su decisión, desde luego, generó el enojo de algunas de las protagonistas, sobre todo de Delfina, que no dudó en dar a conocer su descontento. Frustrada, la participante se quitó el maquillaje, se puso el pijama y se fue a dormir en medio de un ataque de llanto.
Que siga el llanto
Otro de los clips que presentó Del Moro mostró a Juan Pablo De Vigili llorando en el confesionario. “Me agarró un ataque de angustia. Es muy difícil por las cosas que dejé”, se lo escucha decir. Luego, se dirige directamente a su cama y Andrea Lázaro intenta consolarlo. “Estoy bien, posta. Es que están todas mis cosas tan lejos… Sobre todo mis perros”, le explica antes de mostrarle las fotos de sus mascotas.
Minutos después, todavía con lágrimas en los ojos, el salteño les contó a algunos de sus compañeros: “A mí me hicieron mucho daño. Emocional y económico. Me usaron, me expusieron y me vulneraron de una manera que me hicieron sentir un pelotudo. Me hicieron una estafa muy grande, me usaron porque yo tenía una posición en mi ciudad. Tenía un bar que era muy exitoso y estaba abriendo restaurantes. Y unos flacos, unos traders, me hicieron un laburo de muchísimo tiempo, hicieron un fondo… Cuestión que nunca existió tal trader. Me expusieron ante un montón de gente y perdí todo, literal, porque todo lo que había conseguido con años de esfuerzo se derrumbó, Toqué fondo y pensé en pegarme un tiro, pero no lo hice por mis perros”, recordó, todavía muy angustiado.
Y explicó: “¿Ahora entienden por qué los extraño? Yo estaba ahí, tirado en el piso, y ellos la pasaron muy mal, viendo todo. Entrar a la casa para mí es un logro en todo sentido. Vengo a contar mi verdad, a salir adelante y a hacer borrón y cuenta nueva. Ya estoy acá, ahora lo que pase de ahora en más, bienvenido sea”, indicó.
“Soy una exbotinera”
Otra de las historias en las que la producción decidió hacer hincapié durante este segundo programa fue la de Jenifer Lauría. “Tengo una hija de tres años y medio. Soy la exmujer de un jugador de fútbol, soy una exbotinera”, comenzó contándole a sus compañeros. Y si bien en un principio se negó a decir el nombre de su ex, sí aceptó mencionar uno de los clubes en los que jugó: Boca Juniors, y cuando alguien preguntó si se trataba de Ricardo Centurión, asintió.
“Él es el padre de mi hija. La realidad es que me cansé de que me metiera los cuernos. Estaba superenamorada de él. Enamorada de verdad. Lo conocí y al principio no éramos novios, pero andábamos. Después nos pusimos de novios, quedé embarazada, nos fuimos a vivir juntos y ahí arrancaron los problemas”, rememoró.
“La familia de él me tenía bronca y me empezaron a hacer cosas malas. Pasé un embarazo heavy. Decían que yo era una negra, que me sacó de un pozo. Nunca dejé de trabajar estando con él, aunque me lo pidió un montón de veces. Hoy vivo gracias a mí, porque él se quedó sin nada. No le desearía ni a mi peor enemigo lo que yo pasé”, indicó. Y más tarde le contó a Petrona: “La gente piensa que si estás con un jugador tenés una vida de lujos y no es así”.
Brian también se quebró antes de cumplir las primeras 24 horas de encierro. “Soy Brian Ezequiel Alberto. Soy vendedor ambulante en trenes. Trabajo desde los 12 años. Tengo 28 años y soy de San Miguel. Lo que me trajo acá es el deseo de salir de la situación económica que estamos pasando con mi familia. Por emprender, me endeudé. Pedía plata prestada para hacer negocios y me salía mal, me quedaba con la mercadería y la cuenta. Pero siempre poniéndole onda y actitud. Siempre para adelante, con esta sonrisa que me ven”, comenzó contándole a sus compañeros.
“Salgo todos los días a pelearla, a lucharla, porque tengo tres hijos a los que darles de comer y una mujer hermosa. Si yo estoy acá, es pura y exclusivamente por ellos. No quiero fama. Quiero solamente darles lo que yo no tuve”, continuó.
Por la tarde, se quebró y recibió el abrazo apretado de Giuliano Vaschetto, que también dejó afuera un hijo de 7 años. “Yo sé lo que es. Mandales saludos. Ellos te ven; sos vos el que la está sufriendo, le aconsejó.
Doble vida
La última historia que decidieron transitar durante el segundo programa fue la de Carlos Tocco. Como en los otros casos, el tape comenzó con la presentación ante los otros competidores. “Me dicen Cali. Creo que soy el más grande de la casa. Soy de Ituzaingó. Vivíamos en la casa de mis abuelos, en un galponcito en el fondo. En una pieza dormíamos todos. Fue una época difícil. Yo era jugador de fútbol profesional y cuando terminó mi carrera, con lo que pude hacer en ese tiempito me compré una casa, un coche y puse un boliche baiable”, empezó relatando.
Y disparó: “Por algo muy feo que me pasó, me operé de la columna, me hicieron mala praxis dos veces y quedé en silla de ruedas. Puse fuerza de voluntad y hace diez días pudo volver a jugar al fútbol”. Sin embargo, todavía faltaba un detalle: “Durante mucho tiempo tuve una doble vida. Mi exmujer es una persona excelente, pero con un carácter muy difícil, muy complicado. Las peleas diarias eran tremendas, Mis hijos sufrieron muchísimo. Y yo les tengo que pedir disculpas por no haber tenido los huevos para separarme. Conocí a otra persona que es mi pareja actual, que me dio todo lo que faltaba. Estuve así con más de 20 años. Ella siempre estuvo a la sombra. Nunca me pidió nada, ni que me separe, ni que la deje. Ella siempre estuvo ahí, me esperó. Me gustaría pedirle disculpas públicamente a mi exmujer”.
Luego de la presentación de los nuevos concursantes y del primer día de encierro televisado, llegó este martes por la noche el segundo programa de la nueva edición de Gran Hermano, con un resumen de algunas de las situaciones más sobresalientes de la convivencia y el análisis de los “especialistas”.
Una de las incorporaciones de este año al equipo es la de Marina Calabró, que este martes compartió el panel con los históricos Sol Pérez, Laura Ubfal, Gastón Trezeguet y Ceferino Reato y también con Eliana Guercio. El primer cruce televisivo de la noche entre el conductor, Santiago Del Moro, y los participantes fue a instancias de un anuncio de Gran Hermano: “Quiero referirme a los eventuales gritos de afuera y el protocolo que se debe cumplir en el caso de que se produzcan. Está totalmente prohibido interactuar con quien envíe un mensaje desde el exterior. Ustedes de ninguna manera podrán gritar ni establecer ningún tipo de diálogo con el afuera”, les recordó el dueño de casa. Y agregó que en el caso de que se encuentren en el jardín y escuchen un grito, deberán ingresar a la casa inmediatamente al interior y cerrar la puerta. A su vez, explicó que, a diferencia de lo que ocurría en ediciones pasadas, tienen prohibido hablar entre ellos sobre lo que escucharon desde el exterior.
Ronquidos, sonambulismo y lágrimas
Luego, sí, Del Moro les preguntó cómo pasaron la primera noche en la casa. “Sin dormir”. “Una locura”, se escuchó, como respuesta. Y entonces, el conductor les recomendó que administraran la comida, porque los vio “jugando” con los alimentos. También les anunció que el ganador de la prueba de liderazgo obtendría un “super beneficio” y les comunicó que en esta edición funcionará una especie de kiosco con mercadería, como cigarrillos o golosinas, que van a poder canjear con tickets que les van a ser entregados. Lo que no les contó fue que quien gane esta primera prueba de liderazgo tendrá la potestad de prohibirle a cuatro compañeros que entren al confesionario a votar.
Petrona Jerez fue sin dudas una de las grandes protagonistas de las primeras 24 horas en la casa. Un clip la mostró primero roncando -de hecho dos miembros del incipiente grupo de “las lindas”, Martina Pereyra y Delfina De Lellis fueron a quejarse al confesionario y a pedir tapones para los oídos- y luego levantándose de su casa sonámbula y golpeando los lockers.
Aunque la escena duró segundos, un grupo de las chicas salió corriendo de la habitación y fue a buscar ayuda al cuarto de los varones. Durante todo el día, a sus espaldas, algunas de sus compañeras conspiraron para que a partir de esta noche ya no durmiera en el cuarto de las mujeres. Mientras hablaba con Delfina De Lellis, Martina Pereyra, Keila Sosa, Luz Tito y otros participantes, Chiara Mancuso señaló: “Que se quede a dormir con nosotras. Hay una realidad: si ella ronca o es sonámbula, es parte de la convivencia. Hoy vamos a estar todas cansadas y capaz que no la vamos a escuchar, probemos hoy”. Petrona, que oía atentamente las opiniones de sus compañeras, se puso a llorar.
Después de que Trezeguet marcara que no le creyó nada a la participante y Calabró indicara que sí, la producción puso al aire otro tape que mostraba cómo la tucumana acompañó uno a uno a sus compañeros hasta las habitaciones, llevándoles la valija, a medida que iban ingresando a la casa. “Le creo poco, pero claramente hizo un debut a lo grande”, sintetizó Reato.
El siguiente clip mostró el brindis de bienvenida, en el que cada uno dijo unas palabras. Petrona cortó el clima de estudiantina con una carta fuerte: “Acuérdense de que el juego es individual”.
Las otras protagonistas
En una edición repleta de chicas que quieren ser modelos y varones que solo quieren entrenar, la historia de Luciana Martínez se reveló en estas primeras horas como una de las más complejas. En su presentación, la chica trans santacruceña explicó: “Mi apellido es artístico. No comparto el apellido de mis hermanos porque mi papá abandonó a mi mamá cuando yo estaba en la panza y tengo una lucha con eso. Soy bailarina, tengo una escuela de baile. La verdad es que el baile vino a mi vida en un momento en el que la estaba pasando mal; me sanó y me salvó”.
“Tengo 7 hermanos y 19 sobrinos. Somos una familia numerosa, unida. Siempre recalco esto de la unión porque mis hermanos son casi todos varones, trabajan muchas horas afuera y es difícil a veces juntarnos a todos. El último recuerdo que me traigo es el Día de la Madre, con ellos”, continuó, emocionada. Y enjugándose las lágrimas, indicó: “Mamá es lo único que tengo. Fue criada en el campo, sin estudios. Mi padre la dejó y tuvo que salir a trabajar para criarnos a todos. Es mi orgullo mi mamá. Más adelante les voy a contar un poco más de mí, pero este es el resumen de lo que soy”.
Durante la tarde del martes, en diálogo con Keila, otra de las protagonistas de este primer día, le contó: “Hablé con Sandra y con Petrona, y creo que van a ser mis pilares. Necesito que ella dos estén conmigo. Y cuando yo cuente mi historia quiero su apoyo. Voy a esperar el momento. Quizá en el fogón va a estar bueno, porque vamos a estar todos”. “Me gustaría que cuentes tu historia. Es fuerte. Vas a ver que vamos a ser todos muy compañeros y te vamos a apoyar. Hay gente buena todavía en el mundo”, le respondió la otra concursante.
Un liderazgo polémico
Como en las últimas ediciones, la prueba de liderazgo se definió en vivo entre los finalistas, que debían embocar una pelota en una plataforma giratoria. El vencedor resultó el uruguayo Santiago Algorta, que debió elegir también en vivo a los cuatro competidores a los les quitaba el derecho a votar. Su decisión no sorprendió demasiado a los televidentes clásicos del formato: “La primera que elijo es Petrona, porque de a poquito voy viendo cómo se va armando gente con la que conecto, con la que siento que vamos a hacer una buena experiencia acá, que vamos a hacer ruido, que vamos a generar cosas. Y capaz que pienso que algunas de esas personas van a intentar nominar por esa gente que yo quiero mucho en estas horas”, se justificó.
Y continuó, con cierta soberbia: “La segunda persona que elijo es por lo mismo. Considero que son personas que necesitan un poquito más de tiempo para conocer, para ver qué está pasando antes de nominar. Siento que si nominan ahora, la van a errar, se van a confundir, Esa persona es Sandra”. A nadie sorprendió que las otras dos participantes elegidas por el uruguayo fueran mujeres: “A otra persona que le puede venir bien pensar un poquito más es Jenifer. Y la cuarta persona, por el mismo motivo, es Delfina”.
Su decisión, desde luego, generó el enojo de algunas de las protagonistas, sobre todo de Delfina, que no dudó en dar a conocer su descontento. Frustrada, la participante se quitó el maquillaje, se puso el pijama y se fue a dormir en medio de un ataque de llanto.
Que siga el llanto
Otro de los clips que presentó Del Moro mostró a Juan Pablo De Vigili llorando en el confesionario. “Me agarró un ataque de angustia. Es muy difícil por las cosas que dejé”, se lo escucha decir. Luego, se dirige directamente a su cama y Andrea Lázaro intenta consolarlo. “Estoy bien, posta. Es que están todas mis cosas tan lejos… Sobre todo mis perros”, le explica antes de mostrarle las fotos de sus mascotas.
Minutos después, todavía con lágrimas en los ojos, el salteño les contó a algunos de sus compañeros: “A mí me hicieron mucho daño. Emocional y económico. Me usaron, me expusieron y me vulneraron de una manera que me hicieron sentir un pelotudo. Me hicieron una estafa muy grande, me usaron porque yo tenía una posición en mi ciudad. Tenía un bar que era muy exitoso y estaba abriendo restaurantes. Y unos flacos, unos traders, me hicieron un laburo de muchísimo tiempo, hicieron un fondo… Cuestión que nunca existió tal trader. Me expusieron ante un montón de gente y perdí todo, literal, porque todo lo que había conseguido con años de esfuerzo se derrumbó, Toqué fondo y pensé en pegarme un tiro, pero no lo hice por mis perros”, recordó, todavía muy angustiado.
Y explicó: “¿Ahora entienden por qué los extraño? Yo estaba ahí, tirado en el piso, y ellos la pasaron muy mal, viendo todo. Entrar a la casa para mí es un logro en todo sentido. Vengo a contar mi verdad, a salir adelante y a hacer borrón y cuenta nueva. Ya estoy acá, ahora lo que pase de ahora en más, bienvenido sea”, indicó.
“Soy una exbotinera”
Otra de las historias en las que la producción decidió hacer hincapié durante este segundo programa fue la de Jenifer Lauría. “Tengo una hija de tres años y medio. Soy la exmujer de un jugador de fútbol, soy una exbotinera”, comenzó contándole a sus compañeros. Y si bien en un principio se negó a decir el nombre de su ex, sí aceptó mencionar uno de los clubes en los que jugó: Boca Juniors, y cuando alguien preguntó si se trataba de Ricardo Centurión, asintió.
“Él es el padre de mi hija. La realidad es que me cansé de que me metiera los cuernos. Estaba superenamorada de él. Enamorada de verdad. Lo conocí y al principio no éramos novios, pero andábamos. Después nos pusimos de novios, quedé embarazada, nos fuimos a vivir juntos y ahí arrancaron los problemas”, rememoró.
“La familia de él me tenía bronca y me empezaron a hacer cosas malas. Pasé un embarazo heavy. Decían que yo era una negra, que me sacó de un pozo. Nunca dejé de trabajar estando con él, aunque me lo pidió un montón de veces. Hoy vivo gracias a mí, porque él se quedó sin nada. No le desearía ni a mi peor enemigo lo que yo pasé”, indicó. Y más tarde le contó a Petrona: “La gente piensa que si estás con un jugador tenés una vida de lujos y no es así”.
Brian también se quebró antes de cumplir las primeras 24 horas de encierro. “Soy Brian Ezequiel Alberto. Soy vendedor ambulante en trenes. Trabajo desde los 12 años. Tengo 28 años y soy de San Miguel. Lo que me trajo acá es el deseo de salir de la situación económica que estamos pasando con mi familia. Por emprender, me endeudé. Pedía plata prestada para hacer negocios y me salía mal, me quedaba con la mercadería y la cuenta. Pero siempre poniéndole onda y actitud. Siempre para adelante, con esta sonrisa que me ven”, comenzó contándole a sus compañeros.
“Salgo todos los días a pelearla, a lucharla, porque tengo tres hijos a los que darles de comer y una mujer hermosa. Si yo estoy acá, es pura y exclusivamente por ellos. No quiero fama. Quiero solamente darles lo que yo no tuve”, continuó.
Por la tarde, se quebró y recibió el abrazo apretado de Giuliano Vaschetto, que también dejó afuera un hijo de 7 años. “Yo sé lo que es. Mandales saludos. Ellos te ven; sos vos el que la está sufriendo, le aconsejó.
Doble vida
La última historia que decidieron transitar durante el segundo programa fue la de Carlos Tocco. Como en los otros casos, el tape comenzó con la presentación ante los otros competidores. “Me dicen Cali. Creo que soy el más grande de la casa. Soy de Ituzaingó. Vivíamos en la casa de mis abuelos, en un galponcito en el fondo. En una pieza dormíamos todos. Fue una época difícil. Yo era jugador de fútbol profesional y cuando terminó mi carrera, con lo que pude hacer en ese tiempito me compré una casa, un coche y puse un boliche baiable”, empezó relatando.
Y disparó: “Por algo muy feo que me pasó, me operé de la columna, me hicieron mala praxis dos veces y quedé en silla de ruedas. Puse fuerza de voluntad y hace diez días pudo volver a jugar al fútbol”. Sin embargo, todavía faltaba un detalle: “Durante mucho tiempo tuve una doble vida. Mi exmujer es una persona excelente, pero con un carácter muy difícil, muy complicado. Las peleas diarias eran tremendas, Mis hijos sufrieron muchísimo. Y yo les tengo que pedir disculpas por no haber tenido los huevos para separarme. Conocí a otra persona que es mi pareja actual, que me dio todo lo que faltaba. Estuve así con más de 20 años. Ella siempre estuvo a la sombra. Nunca me pidió nada, ni que me separe, ni que la deje. Ella siempre estuvo ahí, me esperó. Me gustaría pedirle disculpas públicamente a mi exmujer”.