Sorpresa es la palabra que define con más precisión cómo le cayeron a Victoria Villarruel y a su círculo más íntimo las duras palabras con las que Javier Milei se despachó anoche cuando afirmó que la vicepresidenta no tiene injerencias en la toma de decisiones del Gobierno y la acusó de “estar cerca de la casta”, un pecado capital para el evangelio libertario de la Casa Rosada.
“Todavía estamos tratando de entender por qué dijo lo que dijo”, contó un colaborador de Villarruel a LA NACION cuando se lo consultó sobre qué camino iba a seguir la vicepresidenta. “Casi la mitad del reportaje se lo dedicó a Victoria y mirá que tenía temas para hablar”, agregó el asesor de la vicepresidenta.
Que el golpe fue sorpresivo lo atestigua el hecho de que a media tarde, la vicepresidenta seguía evaluando cómo responder a la embestida presidencial. Desde que llegó al Palacio Legislativo, poco antes del mediodía Villarruel se recluyó en su despacho del primer piso del Senado para analizar la situación con sus colaboradores más cercanos. Según pudo saber este diario, el clima político que se respiraba era de tensión y preocupación por una crisis que a pesar de venir de larga data, fue inesperada.
Si bien aseguran que se evitará una ruptura frontal con la Casa Rosada, sus colaboradores dijeron que Villarruel analiza emitir alguna declaración pública para aclarar “algunas imprecisiones” de las manifestaciones del jefe del Estado. Eso sí, afirman que no será una respuesta directa a Milei.
“Mi díálogo con Villarruel es solo institucional”: Milei marcó distancias con la vicepresidenta
Esta no es la primera vez que el jefe del Estado discrepa de manera pública con su vicepresidenta, pero sí la más dura y definitiva desde el punto de vista político. Hace poco más de un mes Milei había cuestionado la decisión de Villarruel de rendir homenaje a María Estela Martínez, la viuda de Perón, instalando un busto de la exvicepresidenta y expresidenta en el Salón de las Provincias del Senado, el mismo del que unos meses antes había ordenado sacar uno de Néstor Kirchner porque “no tuvo ninguna relación” con la Cámara alta.
Desde que la ruptura de relaciones con la Casa Rosada comenzó a cristalizarse en los medios y en las redes sociales, con los insistentes y poco diplomáticas críticas públicas de la diputada Lilia Lemoine y los ataques en X (ex Twitter) de las cuentas libertarias asociadas al Gobierno, la vicepresidenta siempre intentó exculpar al Presidente de los ataques que la tenían como blanco.
Los apuntados desde el despacho de la presidencia del Senado ante cada embate, aunque nunca de manera pública, siempre fueron Karina Milei y Santiago Caputo. “No soportan que Victoria no esté a tiro de decreto”, era una de las explicaciones que daban cerca de la vicepresidenta para explicar los cortocircuitos con Balcarce 50.
Hasta ahora, la única reacción pública del entorno de la vicepresidenta partió desde las redes sociales de Juan Martín Donato, director de la Oficina de Atención Ciudadana del Senado y sindicado como líder de los “villarruelines”, grupo de jóvenes militantes de derecha, no libertarios, con llegada directa al despacho del primer piso del Senado, sede de la presidencia de la Cámara alta.
Las críticas a la Vicepresidente son injustas e innecesarias. A pesar de tener minoría en el Senado, está realizando un gran trabajo para avanzar en las ideas de la libertad que pregonamos durante la campaña. Presidente, no se deje influenciar por los cantos de sirena. Las… pic.twitter.com/jXqCkxk0BG
— Francisco Paoltroni (@PaoltroniF) November 21, 2024
“Por 3% ganó el hijo de puta de Massa en primera vuelta. Que ganas de hinchar las pelotas y subestimar el voto popular”, dice el posteo que el funcionario del Senado subió a sus redes sociales poco después de la medianoche y que está acompañado del link a una nota periodística que da cuenta de las críticas presidenciales a Villarruel.
En un tono más diplomático, la vicepresidenta recibió el apoyo del senador Ezequiel Atauche (Jujuy), presidente del bloque de La Libertad Avanza. “Ha venido trabajando para los objetivos del Gobierno dentro del Senado y eso se vino viendo. Ella cumple con su rol institucional. Cada vez que ha tenido que llamar a sesiones, lo ha hecho, y cada vez que ha tenido que tomar decisiones en pos del gobierno, lo ha hecho”, afirmó anoche el legislador.
También tuvo el respaldo del senador Francisco Paoltroni. “Las críticas a la Vicepresidente son injustas e innecesarias. A pesar de tener minoría en el Senado, está realizando un gran trabajo para avanzar en las ideas de la libertad que pregonamos durante la campaña. Presidente, no se deje influenciar por los cantos de sirena. Las personas con las que se está rodeando no son los mismos de siempre, son los peores de antes”, dijo el formoseño, que se abrió de La Libertad Avanza por diferencias con Milei.
El ataque del Presidente activó las alarmas políticas de la vicepresidenta de inmediato. Así, la noche misma del miércoles, los celulares de Villarruel y sus colaboradores entraron en modo crisis, con llamados cruzados para opinar y analizar lo que terminaba de decir Milei en el reportaje concedido a LN+.
“Estuvo con Trump, con Macron y con Meloni. Pensábamos que iba a estar contento hablando de eso”, confió a LA NACION otro colaborador de Villarruel que tampoco terminaba de entender las razones de la diatriba presidencial.
Sorpresa es la palabra que define con más precisión cómo le cayeron a Victoria Villarruel y a su círculo más íntimo las duras palabras con las que Javier Milei se despachó anoche cuando afirmó que la vicepresidenta no tiene injerencias en la toma de decisiones del Gobierno y la acusó de “estar cerca de la casta”, un pecado capital para el evangelio libertario de la Casa Rosada.
“Todavía estamos tratando de entender por qué dijo lo que dijo”, contó un colaborador de Villarruel a LA NACION cuando se lo consultó sobre qué camino iba a seguir la vicepresidenta. “Casi la mitad del reportaje se lo dedicó a Victoria y mirá que tenía temas para hablar”, agregó el asesor de la vicepresidenta.
Que el golpe fue sorpresivo lo atestigua el hecho de que a media tarde, la vicepresidenta seguía evaluando cómo responder a la embestida presidencial. Desde que llegó al Palacio Legislativo, poco antes del mediodía Villarruel se recluyó en su despacho del primer piso del Senado para analizar la situación con sus colaboradores más cercanos. Según pudo saber este diario, el clima político que se respiraba era de tensión y preocupación por una crisis que a pesar de venir de larga data, fue inesperada.
Si bien aseguran que se evitará una ruptura frontal con la Casa Rosada, sus colaboradores dijeron que Villarruel analiza emitir alguna declaración pública para aclarar “algunas imprecisiones” de las manifestaciones del jefe del Estado. Eso sí, afirman que no será una respuesta directa a Milei.
“Mi díálogo con Villarruel es solo institucional”: Milei marcó distancias con la vicepresidenta
Esta no es la primera vez que el jefe del Estado discrepa de manera pública con su vicepresidenta, pero sí la más dura y definitiva desde el punto de vista político. Hace poco más de un mes Milei había cuestionado la decisión de Villarruel de rendir homenaje a María Estela Martínez, la viuda de Perón, instalando un busto de la exvicepresidenta y expresidenta en el Salón de las Provincias del Senado, el mismo del que unos meses antes había ordenado sacar uno de Néstor Kirchner porque “no tuvo ninguna relación” con la Cámara alta.
Desde que la ruptura de relaciones con la Casa Rosada comenzó a cristalizarse en los medios y en las redes sociales, con los insistentes y poco diplomáticas críticas públicas de la diputada Lilia Lemoine y los ataques en X (ex Twitter) de las cuentas libertarias asociadas al Gobierno, la vicepresidenta siempre intentó exculpar al Presidente de los ataques que la tenían como blanco.
Los apuntados desde el despacho de la presidencia del Senado ante cada embate, aunque nunca de manera pública, siempre fueron Karina Milei y Santiago Caputo. “No soportan que Victoria no esté a tiro de decreto”, era una de las explicaciones que daban cerca de la vicepresidenta para explicar los cortocircuitos con Balcarce 50.
Hasta ahora, la única reacción pública del entorno de la vicepresidenta partió desde las redes sociales de Juan Martín Donato, director de la Oficina de Atención Ciudadana del Senado y sindicado como líder de los “villarruelines”, grupo de jóvenes militantes de derecha, no libertarios, con llegada directa al despacho del primer piso del Senado, sede de la presidencia de la Cámara alta.
Las críticas a la Vicepresidente son injustas e innecesarias. A pesar de tener minoría en el Senado, está realizando un gran trabajo para avanzar en las ideas de la libertad que pregonamos durante la campaña. Presidente, no se deje influenciar por los cantos de sirena. Las… pic.twitter.com/jXqCkxk0BG
— Francisco Paoltroni (@PaoltroniF) November 21, 2024
“Por 3% ganó el hijo de puta de Massa en primera vuelta. Que ganas de hinchar las pelotas y subestimar el voto popular”, dice el posteo que el funcionario del Senado subió a sus redes sociales poco después de la medianoche y que está acompañado del link a una nota periodística que da cuenta de las críticas presidenciales a Villarruel.
En un tono más diplomático, la vicepresidenta recibió el apoyo del senador Ezequiel Atauche (Jujuy), presidente del bloque de La Libertad Avanza. “Ha venido trabajando para los objetivos del Gobierno dentro del Senado y eso se vino viendo. Ella cumple con su rol institucional. Cada vez que ha tenido que llamar a sesiones, lo ha hecho, y cada vez que ha tenido que tomar decisiones en pos del gobierno, lo ha hecho”, afirmó anoche el legislador.
También tuvo el respaldo del senador Francisco Paoltroni. “Las críticas a la Vicepresidente son injustas e innecesarias. A pesar de tener minoría en el Senado, está realizando un gran trabajo para avanzar en las ideas de la libertad que pregonamos durante la campaña. Presidente, no se deje influenciar por los cantos de sirena. Las personas con las que se está rodeando no son los mismos de siempre, son los peores de antes”, dijo el formoseño, que se abrió de La Libertad Avanza por diferencias con Milei.
El ataque del Presidente activó las alarmas políticas de la vicepresidenta de inmediato. Así, la noche misma del miércoles, los celulares de Villarruel y sus colaboradores entraron en modo crisis, con llamados cruzados para opinar y analizar lo que terminaba de decir Milei en el reportaje concedido a LN+.
“Estuvo con Trump, con Macron y con Meloni. Pensábamos que iba a estar contento hablando de eso”, confió a LA NACION otro colaborador de Villarruel que tampoco terminaba de entender las razones de la diatriba presidencial.