Distantes en el Mercosur. Con votos contrapuestos en la OEA y en las Naciones Unidas. Alineamientos diferentes en Medio Oriente, las próximas elecciones de Estados Unidos y la postura frente a los Brics, que encabezan China y Rusia.
Sin diálogo, ni feeling personal entre ellos -solo hubo un saludo protocolar, y sin fotos, en la cumbre del G-7 en Italia-, el presidente Javier Milei y su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, intercambian desde hace meses dardos de distinta intensidad, sin intenciones aparentes de acercar posiciones. Hechos de patrones ideológicos antagónicos, siguen reclamándose mutuamente disculpas, sin chances para una reconciliación inminente.
Más allá de esta innegable y áspera realidad, la relación bilateral fluye en momentos clave. Y, en la última semana, la vía diplomática funcionó a pleno, dando como resultado que Brasil se hiciera cargo de las dos sedes diplomáticas argentinas en Caracas, incluidos los seis opositores al régimen chavista asilados desde marzo en la residencia oficial del embajador.
“Por suerte, la relación entre los presidentes va por un lado, y la diplomacia por otro. Esperemos que siga así”, comentaron, aliviados, cerca de la canciller Diana Mondino, cuando la bandera de Brasil ya flameaba en la residencia, señal inequívoca de distensión, mientras la delegación diplomática nacional se dirigía al aeropuerto para iniciar el lento e intrincado retorno a Buenos Aires.
En el Palacio San Martín, pero también en la diplomacia de Itamaraty, recuerdan que el pacto en Caracas tiene antecedentes. Uno de los más visibles fueron las gestiones de Mondino y su par de Brasil, Mauro Vieira, que a fines de mayo permitieron la provisión de gas en momentos en los que el crudo invierno generaba un pico de consumo que el Gobierno no estaba en condiciones de atender. El acuerdo de cielos abiertos, firmado en marzo, y la quita de trabas a las importaciones desde Brasil fueron otros dos avances económicos que saltearon sin dificultades las trifulcas verbales y desplantes entre ambos presidentes.
En el caso de los asilados, la intimación del presidente chavista Nicolás Maduro obligó a acelerar esfuerzos antes del fin del ultimátum para dejar el país, que vencía en la tarde del jueves. Y allí fueron dos diplomáticos de carrera (el vicecanciller Leopoldo Sahores, de un lado, y el embajador de Brasil en nuestro país, Julio Bitelli, del otro), quienes dieron los primeros pasos el martes, fundamentales para que Mondino y su par de Brasil, Mauro Vieira, sellaran el acuerdo que dejó a Brasil como ocupante temporario de las sedes diplomáticas en Venezuela.
¿Será posible sostener este modo de vínculo de aquí en adelante? Ambos gobiernos creen que sí. Y también los expertos en relaciones económicas bilaterales.
“La tensión entre los presidentes no influye en la economía. Estábamos en un ciclo de bajo comercio, y el año que viene veremos una recuperación, aunque tal vez haya tensión en algunos sectores nacionales como calzado o textiles por la llegada de productos brasileños”, afirmó a este diario Dante Sica, exministro de Trabajo y titular de la consultora Abeceb.
“El ruido político no afectó las relaciones comerciales. Y las diferencias no evitaron que, en el caso de los asilados, se lograra un acuerdo”, coincidió en diálogo con LA NACION Marcelo Elizondo, consultor y Presidente de la International Chamber of Commerce (ICC) en Argentina. Para Elizondo, “en cuestiones prácticas, la relación está mejor que cuando había gobiernos amigos, más allá de que el Mercosur ha ido perdiendo importancia relativa”.
De todos modos, el consultor consideró “negativo” el faltazo de Milei a la cumbre del Mercosur, el mes pasado, “porque tener disidencias es normal, pero lo importante es no llegar al punto del conflicto entre presidentes”, destacó. Y pronosticó que “este año las exportaciones a Brasil subirán un 8 por ciento, y lo mismo ocurrirá con las importaciones. Estamos en una situación de equilibrio”, detalló.
Más allá de la fluidez en el comercio y los acuerdos diplomáticos, la tirantez entre ambos presidentes parece difícil de suavizar. “Las relaciones diplomáticas con Brasil y la colaboración mutua, desde el comienzo de la gestión, han sido impecables”, dijo el jueves el portavoz Manuel Adorni, en un intento por separar esos vínculos de la relación personal, y sin mencionar ni una sola vez por su nombre a Lula da Silva. “El agradecimiento del presidente es un agradecimiento en términos de relaciones diplomáticas y de lo que Brasil ha aportado a darnos una mano en esta compleja situación, con el dictador Maduro”, dijo Adorni.
-¿No es un agradecimiento personal hacia Lula?-repreguntó un periodista en la conferencia de prensa en la Casa Rosada.
-No, claro que no-respondió el portavoz, sin lugar para dobles interpretaciones.
Desde Brasilia, la interpretación del futuro del vínculo deja lugar para la duda, pero también para el optimismo. “Eso es difícil responder si la relación personal va a mejorar, porque depende de cada uno de ellos. Lo que sí podemos decir es que aunque entre ellos no se hablen, las relaciones siguen. Son muy intensas, en todas las áreas”, destaca la diplomacia de Brasil.
A fin de dejar un mensaje tranquilizador, en el Palacio San Martín aseguran que, en Caracas, las banderas de ambos países flamearán juntas en breve. Cuentan que la delegación de Brasil trajo a la residencia y las oficinas de la embajada argentina banderas muy grandes y no entraban ambas en el mástil que Argentina acababa de dejar. La instalación de mástiles más grandes permitirá que ambas flameen juntas. “Todo un simbolismo de amistad entre ambos países que me parece importante tener en cuenta y rescatar en estos momentos difíciles”, explicaron cerca de Mondino.
¿Encuentro con Boric en Chile?
Si bien no tuvieron desencuentros mediáticos constantes como otros mandatarios del continente, el libertario Javier Milei y su par socialdemócrata chileno, Gabriel Boric, sostienen un vínculo frío, más allá de la presencia del presidente de Chile en la asunción presidencial del líder libertario, en diciembre de 2023.
Pasado el entredicho por la instalación de paneles en territorio chileno en la Patagonia, entredicho que incluyó la amenaza de Boric de “retirar los paneles” por la fuerza, lo que finalmente no se cumplió, el Presidente viajará a Chile el jueves próximo, luego de asistir a un acto en el yacimiento Vaca Muerta, en Neuquén. “Nos vamos bien temprano, luego pasamos a Chile y regresamos por la noche al país”, detallaron cerca del jefe de Estado.
Por invitación de la empresa Gas Andes, que regentea el gasoducto que une a ambos países ligada al empresario Eduardo Eurnekian, el Presidente llegará a un hotel de la capital chilena junto a la canciller Mondino, y probablemente también junto al ministro de Economía, Luis Caputo, más empresarios del universo bancario y dirigentes ruralistas. Allí se realizará el acto, en el que también prometió estar el presidente chileno.
El pedido de audiencia de Milei, cuentan fuentes oficiales, llegó muy sobre la hora, por lo cual el problema surge cuando de confirmar la reunión bilateral entre ambos presidentes se trata. En principio, Mondino llegará el miércoles para reunirse en la embajada en Chile que encabeza Jorge Faurie con dirigentes de distintos partidos políticos chilenos, y se quedará un día más, ya que tiene una reunión pautada para el viernes 9 con su par de Chile, Alberto van Klaveren.
El problema, comentaron fuentes oficiales, es la agenda de Boric, quien tiene previsto recibir al presidente de Brasil el 6 y 7 de agosto, y para el mismo 8 está prevista la presencia de Alicia Bárcenas, secretaria de Relaciones Exteriores de México. “Es una buena señal, esperemos que el presidente encuentre un resquicio en su actividad oficial para poder encontrarse con Milei”, respondieron desde la diplomacia chilena.
“No está contemplada una reunión [de Milei] con Boric. Ese día, el Presidente tenía contemplado una visita a distintas regiones, pero tendremos mucho gusto en recibir a la comitiva argentina”, indicó en una conferencia de prensa el canciller Van Klaveren, aunque la agenda se irá definiendo más cerca del evento.
De llevarse adelante, Milei y Boric encontrarán fácilmente un punto en común. Ambos criticaron, aún con matices diferentes, los resultados oficiales de las elecciones en Venezuela. Como ambos pidieron conocer las actas oficiales de los comicios para creer en el triunfo de Nicolás Maduro, se quedaron sin representación diplomática en el país caribeño. “En eso estarán de acuerdo”, afirmaron, con pragmatismo, en Santiago de Chile.
Distantes en el Mercosur. Con votos contrapuestos en la OEA y en las Naciones Unidas. Alineamientos diferentes en Medio Oriente, las próximas elecciones de Estados Unidos y la postura frente a los Brics, que encabezan China y Rusia.
Sin diálogo, ni feeling personal entre ellos -solo hubo un saludo protocolar, y sin fotos, en la cumbre del G-7 en Italia-, el presidente Javier Milei y su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, intercambian desde hace meses dardos de distinta intensidad, sin intenciones aparentes de acercar posiciones. Hechos de patrones ideológicos antagónicos, siguen reclamándose mutuamente disculpas, sin chances para una reconciliación inminente.
Más allá de esta innegable y áspera realidad, la relación bilateral fluye en momentos clave. Y, en la última semana, la vía diplomática funcionó a pleno, dando como resultado que Brasil se hiciera cargo de las dos sedes diplomáticas argentinas en Caracas, incluidos los seis opositores al régimen chavista asilados desde marzo en la residencia oficial del embajador.
“Por suerte, la relación entre los presidentes va por un lado, y la diplomacia por otro. Esperemos que siga así”, comentaron, aliviados, cerca de la canciller Diana Mondino, cuando la bandera de Brasil ya flameaba en la residencia, señal inequívoca de distensión, mientras la delegación diplomática nacional se dirigía al aeropuerto para iniciar el lento e intrincado retorno a Buenos Aires.
En el Palacio San Martín, pero también en la diplomacia de Itamaraty, recuerdan que el pacto en Caracas tiene antecedentes. Uno de los más visibles fueron las gestiones de Mondino y su par de Brasil, Mauro Vieira, que a fines de mayo permitieron la provisión de gas en momentos en los que el crudo invierno generaba un pico de consumo que el Gobierno no estaba en condiciones de atender. El acuerdo de cielos abiertos, firmado en marzo, y la quita de trabas a las importaciones desde Brasil fueron otros dos avances económicos que saltearon sin dificultades las trifulcas verbales y desplantes entre ambos presidentes.
En el caso de los asilados, la intimación del presidente chavista Nicolás Maduro obligó a acelerar esfuerzos antes del fin del ultimátum para dejar el país, que vencía en la tarde del jueves. Y allí fueron dos diplomáticos de carrera (el vicecanciller Leopoldo Sahores, de un lado, y el embajador de Brasil en nuestro país, Julio Bitelli, del otro), quienes dieron los primeros pasos el martes, fundamentales para que Mondino y su par de Brasil, Mauro Vieira, sellaran el acuerdo que dejó a Brasil como ocupante temporario de las sedes diplomáticas en Venezuela.
¿Será posible sostener este modo de vínculo de aquí en adelante? Ambos gobiernos creen que sí. Y también los expertos en relaciones económicas bilaterales.
“La tensión entre los presidentes no influye en la economía. Estábamos en un ciclo de bajo comercio, y el año que viene veremos una recuperación, aunque tal vez haya tensión en algunos sectores nacionales como calzado o textiles por la llegada de productos brasileños”, afirmó a este diario Dante Sica, exministro de Trabajo y titular de la consultora Abeceb.
“El ruido político no afectó las relaciones comerciales. Y las diferencias no evitaron que, en el caso de los asilados, se lograra un acuerdo”, coincidió en diálogo con LA NACION Marcelo Elizondo, consultor y Presidente de la International Chamber of Commerce (ICC) en Argentina. Para Elizondo, “en cuestiones prácticas, la relación está mejor que cuando había gobiernos amigos, más allá de que el Mercosur ha ido perdiendo importancia relativa”.
De todos modos, el consultor consideró “negativo” el faltazo de Milei a la cumbre del Mercosur, el mes pasado, “porque tener disidencias es normal, pero lo importante es no llegar al punto del conflicto entre presidentes”, destacó. Y pronosticó que “este año las exportaciones a Brasil subirán un 8 por ciento, y lo mismo ocurrirá con las importaciones. Estamos en una situación de equilibrio”, detalló.
Más allá de la fluidez en el comercio y los acuerdos diplomáticos, la tirantez entre ambos presidentes parece difícil de suavizar. “Las relaciones diplomáticas con Brasil y la colaboración mutua, desde el comienzo de la gestión, han sido impecables”, dijo el jueves el portavoz Manuel Adorni, en un intento por separar esos vínculos de la relación personal, y sin mencionar ni una sola vez por su nombre a Lula da Silva. “El agradecimiento del presidente es un agradecimiento en términos de relaciones diplomáticas y de lo que Brasil ha aportado a darnos una mano en esta compleja situación, con el dictador Maduro”, dijo Adorni.
-¿No es un agradecimiento personal hacia Lula?-repreguntó un periodista en la conferencia de prensa en la Casa Rosada.
-No, claro que no-respondió el portavoz, sin lugar para dobles interpretaciones.
Desde Brasilia, la interpretación del futuro del vínculo deja lugar para la duda, pero también para el optimismo. “Eso es difícil responder si la relación personal va a mejorar, porque depende de cada uno de ellos. Lo que sí podemos decir es que aunque entre ellos no se hablen, las relaciones siguen. Son muy intensas, en todas las áreas”, destaca la diplomacia de Brasil.
A fin de dejar un mensaje tranquilizador, en el Palacio San Martín aseguran que, en Caracas, las banderas de ambos países flamearán juntas en breve. Cuentan que la delegación de Brasil trajo a la residencia y las oficinas de la embajada argentina banderas muy grandes y no entraban ambas en el mástil que Argentina acababa de dejar. La instalación de mástiles más grandes permitirá que ambas flameen juntas. “Todo un simbolismo de amistad entre ambos países que me parece importante tener en cuenta y rescatar en estos momentos difíciles”, explicaron cerca de Mondino.
¿Encuentro con Boric en Chile?
Si bien no tuvieron desencuentros mediáticos constantes como otros mandatarios del continente, el libertario Javier Milei y su par socialdemócrata chileno, Gabriel Boric, sostienen un vínculo frío, más allá de la presencia del presidente de Chile en la asunción presidencial del líder libertario, en diciembre de 2023.
Pasado el entredicho por la instalación de paneles en territorio chileno en la Patagonia, entredicho que incluyó la amenaza de Boric de “retirar los paneles” por la fuerza, lo que finalmente no se cumplió, el Presidente viajará a Chile el jueves próximo, luego de asistir a un acto en el yacimiento Vaca Muerta, en Neuquén. “Nos vamos bien temprano, luego pasamos a Chile y regresamos por la noche al país”, detallaron cerca del jefe de Estado.
Por invitación de la empresa Gas Andes, que regentea el gasoducto que une a ambos países ligada al empresario Eduardo Eurnekian, el Presidente llegará a un hotel de la capital chilena junto a la canciller Mondino, y probablemente también junto al ministro de Economía, Luis Caputo, más empresarios del universo bancario y dirigentes ruralistas. Allí se realizará el acto, en el que también prometió estar el presidente chileno.
El pedido de audiencia de Milei, cuentan fuentes oficiales, llegó muy sobre la hora, por lo cual el problema surge cuando de confirmar la reunión bilateral entre ambos presidentes se trata. En principio, Mondino llegará el miércoles para reunirse en la embajada en Chile que encabeza Jorge Faurie con dirigentes de distintos partidos políticos chilenos, y se quedará un día más, ya que tiene una reunión pautada para el viernes 9 con su par de Chile, Alberto van Klaveren.
El problema, comentaron fuentes oficiales, es la agenda de Boric, quien tiene previsto recibir al presidente de Brasil el 6 y 7 de agosto, y para el mismo 8 está prevista la presencia de Alicia Bárcenas, secretaria de Relaciones Exteriores de México. “Es una buena señal, esperemos que el presidente encuentre un resquicio en su actividad oficial para poder encontrarse con Milei”, respondieron desde la diplomacia chilena.
“No está contemplada una reunión [de Milei] con Boric. Ese día, el Presidente tenía contemplado una visita a distintas regiones, pero tendremos mucho gusto en recibir a la comitiva argentina”, indicó en una conferencia de prensa el canciller Van Klaveren, aunque la agenda se irá definiendo más cerca del evento.
De llevarse adelante, Milei y Boric encontrarán fácilmente un punto en común. Ambos criticaron, aún con matices diferentes, los resultados oficiales de las elecciones en Venezuela. Como ambos pidieron conocer las actas oficiales de los comicios para creer en el triunfo de Nicolás Maduro, se quedaron sin representación diplomática en el país caribeño. “En eso estarán de acuerdo”, afirmaron, con pragmatismo, en Santiago de Chile.